La empresa, debe ser parte de la solución y tomar conciencia de que los desafíos sociales y medioambientales de la época, se convierten en una oportunidad para la innovación y el desarrollo de negocios estables e incipientes. De esta forma, la responsabilidad social empresarial se convierte en un impulso decisivo del crecimiento económico, considerando que al involucrar a la empresa en los mercados que se producen en la base piramidal, provoca un nuevo desafío, un nuevo enfoque, una oportunidad para disminuir la pobreza y promover la Sostenibilidad.
Dentro de estos desafíos, uno de los más importantes es la educación y la formación de su capital humano en una sociedad que exige, cada vez más, a personas flexibles y creativas al momento de encarar la vida laboral. De esta forma, se apoya a las personas otorgándoles oportunidades a través del desarrollo de nuevas competencias, con el objetivo de enfrentar su campo laboral, el mercado y mejorar su calidad de vida.
Para desarrollar el capital social es necesario entregar competencias que permita a las personas desenvolverse óptimamente en el trabajo, capaces de desarrollar su creatividad, innovación, integrar y promover la inclusión del género femenino y también, de fomentar negocios y emprendimientos que se han convertido en potenciales oportunidades para mejorar la calidad de vida de quienes emprenden, así como de fomentar una economía dinámica y competitiva.
Se requiere entonces, que las empresas y organizaciones educacionales, estatales y del mundo privado, incorporen variables de responsabilidad social y sustentabilidad en sus decisiones. Y en la caso puntual de las entidades educacionales, además de aportar una formación centrada en una metodología que impulse el cambio en las personas y fomente una educación permanente, abierta al aprendizaje continuo.
El Estado por su parte, debe entregar más recursos económicos los que deben traducirse en planes y programas adecuados a los actuales requerimientos globales, en recurso humano capacitado en innovación y gestión del cambio. Así también, debe mejorar las políticas públicas para promover la integración y generar un esfuerzo conjunto y triangular entre la educación, la empresa privada y el estado, logrando con ello, un esfuerzo conjunto que satisfaga las necesidades del capital humano más vulnerable.
La tarea debe ser responsablemente compartida entre todos los sistemas y estamentos. El sistema debe darse sobre un enfoque de trabajo que produzca un proceso de cambio que dependa de las iniciativas y requerimientos de cada localidad, acorde a sus necesidades y características en los ámbitos demandados.
Por otra parte, además de aquellas empresas prestadoras de servicios, debe integrarse a aquellas empresas industriales y hacedoras de productos tangibles para crear nuevos puestos de trabajo, ofertar productos requeridos por el nivel básico de la pirámide social y apoyar a los emprendedores y empresarios a requerir sus productos, incluyéndolos en la oferta que estos tienen, otorgándoles la oportunidad de desarrollarse.