La informalidad es fuente de ingresos para muchas personas que no encuentran oportunidades en el mercado formal. En América Latina, de quienes están en la informalidad, el 49% son asalariados y el 44% son pymes y trabajadores por cuenta propia. No están en la informalidad por elección y se mantienen al margen de la ley como estrategia de supervivencia.
Les impide formalizarse, aseguran, la falta de incentivos para ser formal, dificultades para entender la normativa, que no haya programas de apoyo al emprendimiento, la falta de capital, no ser sujetos de crédito, altos impuestos, la corrupción y algunas obligaciones laborales.
Producir y trabajar en esas condiciones genera ventajas transitorias para algunos, pero ocasiona altos niveles de competencia desleal contra los trabajadores y las empresas formales, especialmente pymes. Estas pierden cuotas de mercado y con ello desaparecen empleos de calidad, ya que los informales más que compensan su inefi ciencia y menor productividad con la evasión fiscal y el incumplimiento de las normas.
Esa evasión fiscal genera menos recursos para que el Estado invierta en salud, seguridad, educación, justicia, pensiones, infraestructura, vivienda, etc., hace que desaparezcan empresas formales y elimina puestos de trabajo decente. Por ello, la informalidad pone en riesgo la capacidad de la sociedad de mantener adecuados niveles de bienestar intergeneracionales, transmitiendo la pobreza hacia generaciones futuras. Suele haber consenso en el diagnóstico del problema, pero ¿por qué no soluciona?
Una razón, es la difi cultad de los gobiernos para gestionar adecuadamente políticas públicas y hacer cumplir la ley. La mayoría de las veces no es por el diseño de las políticas, sino por difi cultades para implementarlas. Las propuestas tienen que orientarse a solucionar problemas propios del contexto en el cual se aplicarán. Hay que partir de la raíz del problema y no desde lo que aparenta ser el problema, para lograr resultados que se darán a lo largo del tiempo y en forma incremental.
Otra razón se vincula con los incentivos para que las empresas informales dejen de serlo. Deben reducirse los costos de ser formal y hacerlo atractivo, introduciendo cambios específi cos. Es muy importante que la pertenencia al sector formal se transforme en una oportunidad y no en una carga. Con respecto al cumplimiento de la ley, la sociedad debe tomar conciencia de que la informalidad perjudica a todos en forma directa o indirecta. Además de ralentizar el desarrollo del país, produce más exclusión, limita el acceso a derechos fundamentales a los trabajadores y empresarios, vulnera los derechos de propiedad, baja la calidad de los empleos y retroalimenta la permanencia en la pobreza de la mayoría de quienes están en esa situación.
Hay que revalorizar la importancia de cumplir la ley, principio esencial para garantizar la convivencia en sociedad y su desarrollo. Acorde con estos lineamientos, la OIT adoptó una nueva norma internacional en la última Conferencia Internacional del Trabajo (Recomendación N° 204), ofreciendo por primera vez orientación a los Estados miembros sobre cómo pasar de la economía informal a la formal, persiguiendo un triple objetivo: facilitar la transición de los trabajadores y de las unidades económicas de la economía informal a la formal, promover la creación de empresas y de empleos decentes en la economía formal y prevenir la informalización de los empleos formales.