Este jueves 5 de marzo se celebró el Día Mundial de la Eficiencia Energética, cuyo principal objetivo es crear consciencia y sensibilizar acerca de la necesidad de reducir el consumo de energía, mediante su uso razonable y sustentable. Según el informe de World Energy Outlook, la eficiencia energética sería responsable de aproximadamente el 44% de la reducción de emisiones en 2040, una cifra relevante y que depende de nosotros que siga en aumento.
La Agencia Internacional de Energía (IEA) define la eficiencia energética como la piedra angular de la transición energética a una matriz más sostenible. Junto con las energías renovables es la herramienta más efectiva en cuanto a reducción de los gases efectos invernadero y de los contaminantes locales, favoreciendo el cuidado de los recursos naturales, potenciando la productividad y competitividad de la economía y además contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas.
Hay un amplio acuerdo respecto de que el cambio climático es una realidad. Frente a esto las industrias tienen un rol crucial para el cuidado del medio ambiente y un ejemplo concreto es a través del uso racional de la energía, así como del uso de energías proveniente de fuentes con menores emisiones de gases de efecto invernadero. Se hace indispensable que tanto las empresas como las personas adopten un compromiso y responsabilidad social frente al cuidado de la energía.
Es en este escenario que en BASF se desarrolla el proyecto Triple E (Excelencia en Eficiencia Energética), que fomenta las acciones relacionadas a reducir el impacto ambiental y mejorar los indicadores en las distintas localidades de la compañía en América del Sur. El proyecto busca aumentar la competitividad de la empresa con base en tres pilares: eficiencia energética, mejora de los costos de energía y reducción de los impactos ambientales.
Este programa está siendo implementado en nuestra planta productiva de Concón, ubicada en la V región con muy buenos resultados gracias al compromiso del equipo. Además de Concón, el proyecto está siendo implementado en las unidades de Guaratinguetá, Demarchi, Camaçari, Jacareí, Indaiatuba en Brasil y General Lagos en Argentina.
Entre algunos de los resultados obtenidos que destacan desde el comienzo del programa son la obtención de aprobaciones de 135 proyectos con 3,7mEUR de reducción anual de costos de energía. Esas oportunidades representan una mejora en el consumo de energía de 62,6GWh por año y una disminución de la generación de 10,9mil toneladas de CO2eq por año.
Gracias a cambios de hábito generados por las iniciativas del programa hemos obtenido la recomendación para la certificación ISO 50001, convirtiéndonos en la primera gran empresa química del país en recibirla.
La ISO 50001:2018 ayuda a las empresas a establecer prácticas más eficientes y modernas en relación con la gestión energética y es una de las más importantes del segmento energético.
Fundamental en este proceso ha sido el trabajo en conjunto llevado a cabo con la Agencia de Sostenibilidad Energética, con quienes hemos trabajado en conjunto logrando una mejora continua en cuanto a lo que es el desempeño energético de nuestra compañía y en el cumplimiento de estándares relacionados con la disminución de nuestro consumo.
Este día nos refuerza la necesidad imperante de que las industrias sigan creciendo en el camino por lograr una producción más limpia y amigable con el medioambiente, elevando los parámetros que se tienen establecidos en cuanto a consumo energético y lograr así eficiencia para poder avanzar en la meta de crecimiento carbono neutral.