Para abordar la temática de la responsabilidad social es necesario considerar que implica traer a colación todos los factores que vinculan a las entidades con ciertos valores que reafirman el compromiso de las mismas con la complejidad del entorno que les rodea. En tanto, son muchos los autores que referencian la responsabilidad social coincidiendo en su mayoría que para un análisis detallado es imprescindible sostener que deben existir componentes que garanticen el establecimiento de políticas de gestión que tiendan a abordar aspectos éticos, democráticos, científicos, ecológicos, de calidad (Vallaeys, 2006), que en definitiva se traduzcan en la materialización de vínculos formales entre la entidad y el entorno que les rodea.
Tales políticas vienen a sostener la premisa de que no solamente importa el cuánto genera una empresa, sino cómo lo genera. En este contexto, cabe mencionar que un factor de éxito de una empresa no está dado sólo por la mera obtención de utilidades, sino que existe un tejido mucho más complejo que implica establecer un cambio de paradigma, cambiando el concepto de éxito por otro u otros más inclusivos que saquen el sentido individualista que caracteriza el exitismo exagerado que finalmente se convierte en un estereotipo sin cuerpo ni alma, lo que representa parafraseando a Edgar Morin una competencia permanente de todos contra todos bajo leyes darwinianas de selección natural del más fuerte, pero el sentido de la responsabilidad social de una empresa representa justamente lo contrario que implica en cierta medida la retribución a la sociedad donde esta desarrolla sus operaciones (Vega, 2005).
En este caso se tratará de poner de manifiesto la responsabilidad social que debe tener una empresa con sus trabajadores, pues se usará la premisa de que el trabajador debiera ser considerado como el eje central de cada organización, aunque es sabido que la realidad dicta mucho de ser de éste modo, pero es necesario mencionarlo, para analizar de manera más amplia la labor que representa un trabajador en la empresa.
Para adentrarnos más aún en el tema se pondrán algunos temas que generalmente se encuentran asociados a la gestión empresarial, pero que en definitiva son impulsados naturalmente con el esfuerzo de los trabajadores. Esto ocurre, por ejemplo cuando se habla de emprendimiento y se reconoce a los grandes empresarios que dan vida al establecimiento de empresas, pero este en general no se auto-identifica como trabajador, pues significa bajar uno o más peldaños del estatus en que cree estar, pero se debe tener en cuenta que gran parte de ese emprendimiento es fundamentalmente generado por los trabajadores. Sin embargo, se trata de ensalzar sólo la figura del liderazgo ejercido por el directorio o la gerencia, dándole un énfasis sobrecargado a los niveles estratégicos de las empresas, desconociendo que el verdadero motor de cualquier entidad esta dado por la fuerza operativa, donde se sitúan los trabajadores que se les denomina peyorativamente “la mano de obra no calificada”. Sin embargo, podría considerarse un aliciente, la tendencia de que hoy en día los sistemas empresariales establecen que la pirámide organizacional debiera ser cada vez más horizontal, incluso algunos autores proponen simplemente darla vuelta, lo que implica ir eliminando paulatinamente los excesos de la burocracia empresarial en una suerte de cambio paradigmático, que estaría presente principalmente en la mirada de quien ve a los trabajadores como el eje fundamental dentro de una empresa.
Siguiendo la línea de los conceptos de gestión empresarial que cruzan sus definiciones con la labor de los trabajadores, se puede mencionar otros como la externalización, tercerización, outsoursing o subcontratación, los cuales no se consideran como sinónimos en la naturaleza sus definiciones, sin embargo, todos son asociadas a distintas formas de precarización, que buscan zafar la responsabilidad principal de cualquier empresa para con sus trabajadores, colocando la figura de una empresa tercerista que debilita la relación entre la empresa principal y el trabajador. Si bien es cierto, algunas leyes han tratado de regular, en cierta forma, la validación de los derechos de los trabajadores, en términos de la subcontratación principalmente, pero los resultados siguen siendo insatisfactorios, pues una simple forma de comprobar estos dichos es indagando en los medios de comunicación, que han plagado de titulares con noticias que dejan en evidencia la cantidad de abusos y vulneración de derechos fundamentales que muchas empresas realizan en contra de los trabajadores.
Otro de los vicios que utilizan muchas empresas, están relacionados con el establecimiento de resquicios legales, para disfrazar sus ganancias, lo que afecta naturalmente a los trabajadores a la hora de recibir gratificaciones legales, pues esta forma de eludir impuestos afecta constantemente la relación entre la empresa y sus trabajadores, por la pérdida de confianza que genera efectos colaterales, que en la práctica son muy difíciles de detallar, pero en general terminan por afectar la remuneración final de las personas.
Ahora bien, no sería justo realizar generalizaciones argumentando que todas las empresas tienden a vulnerar los derechos de sus trabajadores, pues también existen entidades que valoran significativamente la labor de ellos, actuando con genuina tutela, pero lamentablemente este tipo de entidades son contadas con los dedos de la mano, en tanto, el desafío esta justamente en generar una cultura empresarial que entienda que un trabajador satisfecho realiza sus labores actuando con naturalidad y compromiso, lo cual no necesariamente está relacionado con el mero aumento en la remuneración, puesto que hablar de responsabilidad social empresarial involucra factores mucho más complejos como se menciona al principio de esta columna, los que están relacionados con aspectos que se encuentran un escenario esencialmente cualitativo, extrayendo elementos tanto subjetivos como objetivos.
Finalmente resulta necesario dilucidar que la intención de esta columna es dejar en evidencia que existen muchas empresas que teniendo la posibilidad de implementar políticas de responsabilidad social con sus trabajadores, prefieren ir por otros caminos que conducen a transgredir valores fundamentales, que si se analizan en forma estratégica y al largo plazo terminan por debilitar directa e indirectamente lo que constituye la base de la actividad productiva.
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