Barranquilla, conocida en el pasado como “La Arenosa” por sus calles polvorientas, ha dado un giro hacia un modelo de desarrollo urbano que prioriza el medioambiente y el turismo sostenible. Esta transformación no solo revitaliza su imagen, sino que la convierte en un destino atractivo tanto para locales como para visitantes, destacando su biodiversidad y sus iniciativas ecológicas bajo la administración del alcalde Alejandro Char.
La ciudad ha invertido en proyectos de infraestructura que unen lo natural y lo urbano, como el Gran Malecón y el Ecoparque Mallorquín, que muestran el potencial turístico y ambiental de Barranquilla. Además, las playas de Puerto Mocho y el tren turístico entre el barrio Las Flores y Bocas de Cenizas refuerzan el compromiso de la ciudad por ofrecer espacios sostenibles para el ecoturismo. Barranquilla ha implementado la primera Ruta Turística Distrital con buses ecológicos, que permitirán a los visitantes explorar su riqueza cultural e histórica en un recorrido ambientalmente responsable. Esta ruta, gratuita durante sus primeros meses de operación, se complementará en marzo con buses amigables con el medioambiente, permitiendo una experiencia cómoda y ecológica.
El ecoparque Mallorquín se ha convertido en un emblema de recuperación ambiental y en un motor clave del ecoturismo en Barranquilla. El alcalde Char ha subrayado que este proyecto refleja cómo el desarrollo urbano puede integrarse con la protección del medioambiente, creando un equilibrio entre conservación y progreso. Este enfoque ha sido reconocido internacionalmente, como en la COP16, donde Barranquilla fue destacada por sus esfuerzos en la preservación de la biodiversidad y la recuperación de ecosistemas estratégicos.
Además, la playa de Puerto Mocho y la conexión con el tren turístico ofrecen una oportunidad única para que los visitantes experimenten el contraste entre el río Magdalena y el mar Caribe, en un recorrido que conecta la infraestructura urbana con los paisajes naturales de la región. Para el secretario de Desarrollo, Richard Fernández, Barranquilla es hoy un ejemplo de turismo sostenible que no solo exhibe su riqueza natural, sino que también se proyecta como un modelo a seguir en Colombia en términos de conservación y desarrollo sustentable.
Las cifras de visitantes avalan el éxito de estos proyectos ecoturísticos. Desde su apertura en 2017, el Gran Malecón ha recibido más de 31 millones de visitas, y el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín ha atraído a 323.712 personas desde septiembre de 2023. Barranquilla consolida así su posición como un destino turístico diverso, que apuesta por el equilibrio entre crecimiento urbano y respeto por el medioambiente, impulsando un futuro en el que el turismo y la sostenibilidad puedan prosperar de la mano.
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