Los municipios del Atlántico están a la espera de la autorización para implementar proyectos de Comunidades Energéticas, una iniciativa que busca aprovechar los altos niveles de radiación solar en la región para generar energía limpia y económica. Este enfoque tiene como objetivo principal ofrecer soluciones a la creciente crisis energética, marcada por las altas tarifas, al mismo tiempo que se fomenta la autonomía energética de comunidades vulnerables.
En este contexto, varios municipios como Baranoa, Polonuevo, Malambo, Sabanalarga, Galapa, Manatí y el Distrito de Barranquilla han presentado proyectos al Ministerio de Minas y Energía, confiando en la posibilidad de transformar la región en un polo energético sostenible. El alcalde de Baranoa, Edinson Palma, destacó el entusiasmo de la comunidad, explicando que ya se han postulado dos terrenos para instalar paneles solares y que se espera que el proyecto beneficie a varios sectores de la población. “La idea es que barrios como Villa Carolina, Santa Helena y Las Palmitas cuenten con energía limpia para mejorar su calidad de vida”, señaló Palma.
Por su parte, el alcalde de Polonuevo, Oscar Ávilez, también presentó un proyecto que contempla la instalación de paneles solares en un terreno de dos hectáreas. Este sistema generaría suficiente energía para abastecer la Alcaldía y tres barrios cercanos. Ávilez subrayó el potencial de esta iniciativa no solo para reducir costos, sino para mejorar las condiciones de vida de los habitantes más necesitados. “Hoy pagamos cerca de $30 millones mensuales en energía, y con este proyecto, esos recursos podrán ser destinados a obras sociales”, explicó el alcalde.
Además, la secretaria de Planeación de Polonuevo, Paola Cerquera, destacó que el terreno seleccionado para el proyecto tiene acceso cercano a las líneas de energía convencional, sin riesgo de inundaciones. “Este proyecto no solo garantizará una mayor sostenibilidad energética, sino que podría convertir a la zona en un atractivo turístico”, afirmó Cerquera.
Desde la perspectiva de la comunidad, habitantes como Gustavo Gil de Baranoa, consideran que estos proyectos son cruciales para mejorar el servicio de energía. “La mayoría de las familias aquí no tienen estabilidad laboral y enfrentan tarifas de electricidad muy altas, además de los constantes apagones”, expresó Gil. La implementación de Comunidades Energéticas sería una forma efectiva de aliviar estos problemas y ofrecer una solución más económica y confiable.
El Ministerio de Minas y Energía aún no ha priorizado los proyectos en la región, aunque han comenzado a trabajar en coordinación con las autoridades locales para asegurar los recursos necesarios para su ejecución. En Barranquilla, el Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para Zonas No Interconectadas (IPSE) ya ha comenzado a implementar el proyecto Canchas Solares, y la Universidad del Atlántico se ha sumado a la iniciativa como la primera comunidad energética educativa del país. Con este tipo de proyectos, el Atlántico avanza hacia una transición energética que promete un futuro más sostenible para sus habitantes.
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