Con 39 años de trayectoria, Oro del Pacífico se ha consolidado como una de las empresas líderes en la producción y exportación de camarón en Guatemala. En un sector donde la sostenibilidad es clave, la compañía ha desarrollado estrategias que garantizan una producción eficiente sin comprometer el medio ambiente ni a las comunidades locales.
“Contamos con la tecnología más avanzada para el cultivo intensivo de camarón vannamei de América Latina y nos ubicamos entre los camaroneros más eficientes de la región”, afirmó Andrés Ponce, Coordinador de certificaciones de Oro del Pacífico, en conversación con Corresponsables. No en vano, sus camarones son exportados a México, Estados Unidos, Europa y Asia.
Camarón sostenible
“Desde nuestros inicios, nos esforzamos por producir camarones sostenibles. Buscamos constantemente crear valor, así como un impacto positivo en la comunidad que nos rodea”, explicó Ponce. Por tal razón, la empresa basa su modelo en tres pilares fundamentales: social, ambiental y productivo.
En el ámbito social, mantiene una estrecha relación con las comunidades vecinas de Blanca Cecil y Santa Marta, ubicadas en Iztapa, Escuintla. “Trabajamos de la mano con ellos en proyectos medioambientales y de empleo. Cuando buscamos nuevos trabajadores, priorizamos a las personas de la región”, aseguró el coordinador de certificaciones de Oro del Pacífico.
Asimismo, mantienen una comunicación constante con las comunidades a través de sus líderes locales y estudios de impacto social. “Nos reunimos periódicamente con los líderes comunitarios y les apoyamos en áreas clave como la educación, con donaciones de mobiliario escolar y contratación de docentes”, comentó Ponce y explicó que con frecuencia organizan actividades para acercar a la población a su industria, como la celebración del Día del Niño dentro de la finca. “Es importante que conozcan la actividad camaronera y cómo se trabaja en ella”, dijo.
A nivel ambiental, la empresa participa activamente en la reforestación de manglares y en la gestión responsable de los efluentes: “No descargamos directamente nuestras aguas al medio ambiente; primero pasan por un proceso de oxidación y sedimentación para reducir su impacto”, dijo. Además, la compañía forma parte de la Mesa del Mangle, una iniciativa que reúne a actores del sector privado, el gobierno y las comunidades para la protección de los ecosistemas en Guatemala.
Y, en el aspecto productivo, la empresa ha migrado a un sistema de cultivo superintensivo, que permite mantener los mismos niveles de producción en un área menor, con menor consumo de agua y mayor eficiencia.
Altos estándares de calidad
Uno de los valores diferenciadores de Oro del Pacífico es su compromiso con la inocuidad, que es una característica clave para cumplir con las exigencias del mercado internacional. “No utilizamos antibióticos en nuestro proceso de producción, lo que garantiza un producto libre de residuos químicos, saludables y limpios”, enfatizó Ponce.
El mantenimiento de la calidad también depende de estrictos protocolos de bioseguridad. “Nuestros estanques bioseguros se construyen sobre tres pilares: agua salada limpia de los pozos, animales limpios libres de patógenos y estanques de fondo limpio a través de un sifón central. Aquí la limpieza es una prioridad. Los módulos de producción están sectorizados y el personal no puede trasladarse entre ellos para evitar contaminación cruzada”, detalló.
Además, la empresa ha incorporado tecnología avanzada en su planta de procesamiento, incluyendo el sistema de congelación IQF (Individual Quick Freezing), que permite que cada camarón alcance su punto óptimo de congelación de forma individual, sin formar bloques. “Esto asegura que el producto llegue en perfectas condiciones a los mercados internacionales”, afirmó.
Para Andrés Ponce, la clave del éxito de Oro del Pacífico en el sector es su ubicación privilegiada y la constante innovación. “Nuestra ubicación en la Costa del Pacífico de Guatemala, junto con nuestra tecnología de cultivo, permiten el cultivo exitoso de camarón durante todo el año. Somos una empresa innovadora, luchadora y, sobre todo, responsable”, culminó.