El próximo 5 de junio se conmemora el 50 aniversario del día Mundial del Medio Ambiente, dirigido y creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el cual se observa como el acontecimiento anual más importante para la divulgación de los problemas y los avances en materia ambiental a nivel mundial.
Se celebra el 5 de Junio, porque en el año de 1972, en esta misma fecha, se desarrolló en Estocolmo (Suecia) la Primera Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente, que trató de hacer visible ese tema de vital importancia para el planeta. En ella, los países participantes aceptaron por primera vez, una serie de principios para la gestión racional del medio ambiente, incluida la llamada “Declaración y el Plan de acción de Estocolmo” para el medio humano.
Lo más interesante de esta convención radica en su origen, ya que nace en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, el cual planteó la obligatoriedad de convocar una conferencia, ante la imperante necesidad de aunar esfuerzos a nivel mundial para eliminar o como mínimo, limitar el deterioro de la salud y medio ambiente humano, resaltando que para lograr el desarrollo económico y social era necesario prestar atención a los ecosistemas y demás temas ambientales.
Concordante con lo anterior, la Asamblea General de Naciones Unidas reafirmó el compromiso de realizar una Conferencia sobre el Medio Humano, a través de la resolución de la Asamblea General 24/2581, del 15 de diciembre de 1969, que se celebraría en Suecia en 1972, afirmando que “el principal objetivo de la conferencia debería ser el de constituir un medio práctico de fomentar la actuación de los gobiernos y de las organizaciones internacionales encaminadas a proteger y mejorar el medio humano y proporcionar directrices para esa actuación y, con la cooperación internacional, corregir e impedir el menoscabo de dicho medio, teniendo presente que es muy importante hacer que los países en desarrollo puedan impedir que surjan problemas de ese tipo”, indicó el documento.
A la conferencia, asistieron representantes de 113 países, resaltando la presencia de China, quien por primera vez acudió a una reunión de la ONU, aunque no estuvieron presentes países como Rusia, Bulgaria, Hungría, Alemania Oriental ni otros de Europa del Este. El lema de la Conferencia fue “Only One Earth” (Una sola Tierra), teniendo tres eventos paralelos: El Foro sobre Medio Ambiente (en el que participaban los amigos de la yierra); el Foro del Pueblo (organizaciones políticas, económicas y sindicales) y la conferencia Dai-Dong (conformada por solo intelectuales y científicos).
Al finalizar esta conferencia, resultaron aprobados dos documentos principales:
La declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Humano con 26 principios rectores.
El plan de Acción para el Medio Humano con 109 recomendaciones que incluyen 5 temas principales:
- Gestión de los asentamientos Humanos
- Gestión de los recursos naturales
- Agentes contaminantes
- Educación ambiental
- Desarrollo y medioambiente
- Condena a los ensayos con armas nucleares
Al finalizar la conferencia, el tema ambiental entra a formar parte de las agendas políticas de cada país, y se convierte en una de las prioridades de las futuras negociaciones sobre medio ambiente; de igual forma, mediante la Recomendación 2 se crea y promueve el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA/UNEP), y asegura la creación y apoyo a la agencias dedicadas al medio ambiente en decenas de países, fortaleciendo la creación de ONG`s y la participación de la sociedad civil en las problemáticas ambientales.
Si bien es cierto que, desde un punto de vista sociopolítico, la Conferencia de Estocolmo fue la primera y más significativa referencia del tema medioambiental en el mundo, también es claro que a esta le faltó fundamentar una visión ecológica profunda del problema ambiental y del valor del equilibrio de los sistemas naturales. A la Conferencia se le reprochó principalmente el no tener la suficiente profundidad sobre el tema del desarrollo, condición un tanto compleja, para lo que en su momento llamaban ‘países en desarrollo’, y la marcada diferenciación que se les dio a los ‘países del norte’ o desarrollados.
Desde el derecho internacional, los principios de la Declaración y el Plan de Acción de Estocolmo representan una de las primeras y más claras herramientas básicas de discusión legal para preservar y mejorar el medio humano, y aún que hoy, 50 años después de su proclamación, continúan siendo relevantes.
Debemos reconocer, como lo hace el principio 4 de la Declaración, que el hombre tiene la responsabilidad especial de preservar y administrar juiciosamente el patrimonio de la flora y fauna silvestres y su hábitat, que se encuentran actualmente en grave peligro por una combinación de factores adversos.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día del Medio Ambiente