La transición hacia una economía circular en el sector del plástico en Colombia exige una colaboración integral entre gobierno, empresas y consumidores. Este cambio de paradigma se centra en reutilizar, reducir y reciclar recursos para evitar su agotamiento y fomentar la sostenibilidad a largo plazo. La economía circular impulsa innovaciones en modelos de negocio y requiere inversiones y una reconversión industrial que sólo puede lograrse si todos los actores trabajan juntos.
Colombia ha avanzado con su Estrategia Nacional de Economía Circular de 2018 y leyes como la 2232, que prohíbe plásticos de un solo uso, pero la implementación ha sido compleja. La reciente Resolución 0803 fue emitida apenas cinco días antes de la vigencia de la ley, dejando a las empresas con poco tiempo para adaptar sus prácticas. A pesar de que se espera un plan de adaptación laboral y reconversión productiva, su avance ha sido limitado, lo que genera incertidumbre en el sector.
En esta transición, es esencial concienciar a los consumidores para que adopten hábitos responsables: utilizar bolsas y utensilios reutilizables, rechazar plásticos innecesarios y reciclar desde sus hogares. Sin embargo, la transición hacia la economía circular debe ser gradual; aplicar un cambio drástico sin una hoja de ruta clara puede provocar confusión y perjudicar la competitividad del sector. Colombia tiene la oportunidad de liderar en economía circular en la región, pero requiere una estrategia bien planificada para asegurar que tanto el sector empresarial como los consumidores puedan adaptarse de forma sostenible y efectiva.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.