A medida que las olas de calor han azotado a España durante este verano, se ha vuelto evidente que la pobreza energética sigue siendo un desafío crítico para muchos hogares. El aumento del consumo energético debido a las altas temperaturas ha provocado que la demanda eléctrica alcanzara máximos de agosto este año, resaltando la necesidad de abordar esta problemática de manera urgente.
Según datos recopilados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el consumo energético en los hogares españoles durante los meses de verano ha experimentado un incremento significativo en comparación con otros períodos del año. Este aumento se debe principalmente a la demanda creciente de sistemas de refrigeración, como aires acondicionados y ventiladores, necesarios para sobrellevar las temperaturas extremas. Sin embargo, este incremento también ha expuesto las disparidades en la capacidad de los hogares para hacer frente a los costes energéticos adicionales.
En este sentido, los perfiles más comunes afectados por la pobreza energética son aquellas personas con bajos ingresos, bajo nivel educativo o que se encuentran en situación de desempleo y que, en muchas ocasiones, tienen algún problema de salud declarado. La mayoría también vive en edificios con una deficiente calidad constructiva, con una mayor proliferación de la pobreza energética en las regiones menos frías.
Cabe destacar que aquellos hogares con un elevado gasto energético que dedican gran parte de sus ingresos para poder pagar las facturas -superior a 2 veces la mediana del país- son los grandes afectados por la pobreza energética. Ellos representan un 16,4% de la población, que junto al 9,3% que sufre pobreza energética escondida, es decir, los que debido a su bajo nivel de renta no pueden priorizar el gasto en energía, suman un cuarto de la población española que está bajo la amenaza de la pobreza energética según el informe de indicadores del MITECO de 2022.
La imposibilidad de mantener una temperatura ambiente adecuada debido a limitaciones económicas puede tener consecuencias adversas para la salud y el bienestar de los miembros del hogar, particularmente para los más vulnerables, omo los niños y los ancianos.
En 2022 fallecieron más de 61.600 personas en Europa debido al calor. Sin embargo, solamente se registran los indicadores de temperatura inadecuada en invierno, poniendo en manifiesto la inadvertencia de la pobreza energética durante el verano, ignorando sus consecuencias.
Los hogares mejor aislados sufren menor pobreza energética
Existen múltiples consecuencias de no contar con viviendas bien aisladas y, por tanto, no poder mantener una temperatura óptima combinada con una buena ventilación en verano. Esto provoca que las personas que viven en el hogar, o bien decidan no encender el aire acondicionado poniendo en riesgo su salud, o bien realicen un consumo excesivo, lo que encarece mucho la factura. De hecho, a partir de los 26ºC, descender 1ºC la temperatura con el uso del aire acondicionado supone encarecer la factura más de un 7%. De ahí que los hogares con mayor poder adquisitivo que han invertido en aislamiento, o pudieron acceder a una vivienda según requerimientos actuales, sufran menor pobreza energética.
Ante esta problemática, Albert Grau, Local Public Affairs de ROCKWOOL Peninsular alerta de que “con el cambio climático la situación sólo se prevé que pueda empeorar, por lo que es de vital importancia para la salud de los españoles tomar medidas urgentes para aislar sus hogares y prevenir temperaturas extremas en el interior. No olvidemos que el parque residencial de España tiene de media más de 50 años de vida, por lo que muchos edificios no son adecuados para los estándares energéticos y de calidad de vida actuales. La problemática, cada vez más frecuente, de las olas de calor veraniegas ha puesto sobre la mesa que en los países mediterráneos el problema de salud que genera la pobreza energética no deriva del frío”.
“La pobreza energética de verano es un problema complejo que afecta muy claramente a las rentas bajas y a perfiles en exclusión social, que requiere de acciones específicas por parte de la Administración para acompañar a estos perfiles, siendo la solución más adecuada y prioritaria acometer rehabilitaciones profundas de viviendas y edificios en las que el aislamiento térmico sea un imprescindible, que facilite a los hogares más vulnerables mantener una temperatura estable además de tener un consumo energético asequible, pudiendo así mantener una condiciones de vida dignas y saludables durante los meses de calor intenso”, añade.
Rehabilitación exprés para proteger las viviendas del calor
Debido a esta situación, ROCKWOOL Peninsular y Ecodes han colaborado para desarrollar unos paquetes de rehabilitación exprés con materiales de aislamiento térmico de lana de roca, ofreciendo una solución para proteger los hogares de las altas temperaturas.
Una acción que se ha producido en el marco de la iniciativa ‘Ni un Verano Más’ impulsada por la entidad y con el apoyo de ROCKWOOL Peninsular, el Observatorio Ciudad 3R, la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (ANERR) y Green Building Council España.