Un mundo sostenible está hecho de intersecciones: entre el medio ambiente y la sociedad, la ciencia y la innovación, la colaboración y la acción. Porque los desafíos que enfrentan nuestras comunidades locales y globales son cada vez más complejos e interconectados, y requieren un enfoque colaborativo e integrado. También requiere ideas revolucionarias impulsadas por la ciencia y el ingenio humano.
Sabemos que el diseño para la reciclabilidad es fundamental en la creación de productos optimizados, así como en la posterior reutilización de sus componentes. Esta filosofía es una piedra angular, que implica una serie de consideraciones desde las etapas de concepción y desarrollo. Comprendemos que para generar un cambio real no solo debemos repensar la selección de materiales, sino reducir el uso de componentes complejos y difíciles de separar, con múltiples capas o mezclas.
Adicionalmente, es necesario facilitar los procesos de desmontaje y reciclaje con el objetivo de evitar que los residuos contaminen el medio ambiente. Ante este panorama, el reciclaje mecánico proporciona la base para la innovación en la economía circular, pues gracias a los mecanismos de trituración, lavado y fundición del plástico se obtienen gránulos o pellets que pueden ser utilizados como materia prima en la fabricación de nuevos artículos, reduciendo la necesidad de recursos vírgenes.
Como lideres de la industria de ciencia de materiales a nivel global somos conscientes de que, para avanzar hacia una economía verdaderamente circular, es necesario abordar de manera integral y colaborativa el problema de los residuos plásticos, promoviendo acciones transversales que involucren a todos los actores de la sociedad.
Desde mi posición como Director General de Dow para países Andinos, nuestra prioridad es seguir trabajando con la cadena y aliados para implementar innovaciones en los procesos de clasificación, separación, lavado y transformación, que contribuyen a la reducción de la huella de carbono y a la reincorporación de material reciclado en productos de cada vez mayor valor agregado.
Reconocemos que esta transición no será fácil, pero es fundamental si queremos garantizar un futuro sostenible y crear un cambio profundo en nuestras prácticas actuales. Por esto, la invitación es para que como ciudadanos sigamos creyendo y aportando a un cambio sustancial, así como para que las empresas evalúen sus propias prácticas y establezcan objetivos realistas para mejorar su desempeño ambiental, incluso desde su cadena de valor.
Es importante entender que la lucha contra el cambio climático no solo es esencial para proteger el ambiente, sino también para fomentar el crecimiento económico, la innovación tecnológica y el bienestar de todas las personas que habitamos el planeta.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día del Medio Ambiente