Por regla general, estamos poniendo las miradas críticas en las empresas e industrias, porque no implementan una cultura responsable frente a los residuos que generan y los impactos que esto trae sobre el medio ambiente, ¡que lo deben hacer, por supuesto que sí!, sin embargo y frente a una realidad, es bueno analizar qué hacemos desde nuestros hogares por aportar a la disminución de los efectos de gas invernadero y por disminuir la producción de residuos propios, evitando el alto grado de contaminación por basuras en ríos y mares, y desde luego en los rellenos sanitarios, tema crítico si tenemos en cuenta que en Colombia alrededor de 321 rellenos cumplirán su vida útil en los próximos 3 años.
En Colombia, un ciudadano puede emitir 1,6 toneladas de CO2, según datos del Banco mundial en 2018, aunque estamos por debajo del promedio mundial, es un compromiso social y ambiental individual, implementar acciones para reducir las actividades que generan contaminación.
A esto le sumamos que Bogotá genera al día 7.500 toneladas de residuos, de los cuales solo se aprovechan 1.200 toneladas, es decir el 16% y esto gracias a los más de 22 mil recicladores de la ciudad. (de acuerdo con la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos), Según la UAESP – Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos podríamos lograr un porcentaje del 70% de residuos reciclados.
En promedio, un ciudadano colombiano puede generar cerca de 23 kilos de residuos al mes, esto puede disminuir notablemente si implementamos en cada hogar la cultura del reciclaje, y dejamos las críticas de lado por el hacer, definiendo reglas para toda la familia, difundiendo en su barrio, amigos y familiares, puede ser un buen tema para una charla de amigos.
Claro, nos vamos a encontrar con muchos opositores, como el que no le ve sentido, porque toda la basura que dejemos en bolsas negras y verdes van al mismo relleno sanitario sin ningún tipo de separación, como decimos coloquialmente, todo para la misma olla, y por supuesto las basuras aquí se contaminan y se convierten en un peligroso contaminante ambiental llamado gas metano.
Pues bien, para esto existen varias alternativas, la primera por supuesto de estrategias gubernamentales, la Isla de San Andrés, cuenta con una planta generadora de energía a partir de residuos sólidos, Bogotá por su parte, está trabajando en una nueva planta de termovalorización, que buscara generar energía a partir de las basuras, buen ejemplo de países como Noruega y Suecia, quienes vieron la oportunidad de oro para generar energía a partir de los desechos de fábricas y hogares, con esto alimentan las plantas que generan calefacción y electricidad.
También es necesario la educación ambiental permanente, tomar ejemplos como el de Medellín, donde se puede canjear el pasaje del metro por envases, o en Brasil donde se otorgan créditos en la factura de energía a quienes reciclen en sus hogares. Y la más poderosa es la estrategia para aplicar en casa, por ejemplo, sabía que existen agricultores que pasan por la ciudad recogiendo los residuos de comida que se depositan en la bolsa verde, esto para generar compostaje, seria de mucha utilidad contactar a quienes pasan por su barrio.
Cada vez demandamos más productos, ropa, comida, vivienda, las familias van creciendo y requieren lugares distintos para vivir, desde ese punto cero cuando formamos una nueva familia o nos independizamos, podemos transformar estos hábitos, como implementar en el hogar la moda sostenible, comprar en mercados locales, si los productos vienen envasados estos se pueden reutilizar como envases de vidrio o plástico, implementar la economía circular en los hogares en lugar de usar y tirar, recordemos que la economía circular permite alargar la vida de los materiales.
Nuestras costumbres actuales nos están llevando a generar una catástrofe mundial, no estamos pensando en el futuro, solo en vivir el presente, no podemos ser ajenos a los desastres ambientales que entre todos estamos causando, por el simple hecho de pensar que eso no es de nuestra competencia, seamos protagonistas activos, y no críticos sin acción al cambio.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje en Latinoamérica.