Si reciclar es, utilizar algo reiteradamente o re-aprovechar lo utilizado para evitar desperdicios, y para ello se requiere un proceso de transformación, creo que para poder reconsiderar la reutilización de materiales, es primordial reciclar positivamente los corazones y renovar la forma de pensar al observar el mundo que nos rodea.
Es inconcebible que existan personas y organizaciones incapaces de desarrollar una forma de vida y un modelo de negocio sostenible, esto es, en el que fraternicen la gestión ética, las metodologías esbeltas, la bondad humana y el buen desarrollo tecnológico.
La sostenibilidad únicamente es posible con grandes dosis de sentido común, el cual es o debiese ser el más común de los sentidos, porque lo que se hace sin sentido común tiende a salir mal y cuando el sentido común es protagonista surge la vida inteligente.
Pero, tristemente aún existen personas carentes del verdadero sentido de sostenibilidad, vivimos la ausencia de personas que piensen verde y sientan como inevitable la necesidad de mejorar la calidad de vida y el obligatorio momento de construir lugares en los que sea placentero vivir, crecer, estudiar, recrearse y trabajar.
Por ello debemos crear iniciativas para producir cambios saludables en los lugares que frecuentamos, comprendiendo la importancia de hogares verdes, empresas verdes, ciudades verdes y en general comunidades verdes.
Con sentido de urgencia también debemos tomar acción en lo que denominamos vida inteligente, esto es, comunidades que brinden excelente calidad de vida al estar en presencia de:
- Habitantes inteligentes, amantes del civismo, la ética y el humanismo.
- Economía inteligente que es respetuosa con el ambiente y el progreso reflexivo.
- Desarrollo inteligente que cuida la movilidad e implementa adecuadas tecnologías.
- Gobierno inteligente, que planifica para futuras generaciones.
Desde mi perspectiva, siempre existirán iniciativas que pueden ser liberadas por personas con conductas dignas de imitar en cuanto a:
- Reciclar, Reutilizar, Reparar.
- Conciliar lo urbano con lo rural.
- Desarrollar propuestas que cuiden a generaciones actuales y futuras.
- Abrir mentes y corazones para cuidar la vida y el bienestar.
Mi aporte a la sosteniblidad
Aunque no puedo predecir cómo será el panorama en 10, 15 o 20 años, puedo suponer que si actuamos como personas inteligentes, amantes de la sostenibilidad y deseosas del mejor futuro posible estaremos mejor que ahora, de lo contrario inevitablemente estaremos cavando nuestra propia sepultura.
Sabemos que el deseo de sostenibilidad está proyectado, únicamente faltan acciones reales, efectuadas por personas seriamente comprometidas con la sostenibilidad, por eso les comparto mi contribución.
Diariamente me pregunto ¿Si todas las personas reciclaran, reutilizaran, repararan y cuidaran el planeta como yo lo hago, este planea estaría mejor o peor? La respuesta me lleva a comportarme cada día mejor como ciudadano planetario, como consultor y como promotor de mi premisa de vida “Aportar belleza al mundo”.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje en Latinoamérica.