Colombia tiene 60 millones de hectáreas de bosques y casi el 50% están tituladas a comunidades indígenas o comunidades afro, quienes están trabajando con el sector público y privado desarrollando una economía forestal que permite la producción de madera sostenible. La meta para el 2030 es reducir las hectáreas deforestadas a 50.000, frente a la cifra de 156.000 que se espera del monitoreo del 2022.
“El país tiene un gran potencial en sus bosques, no solo desde el aprovechamiento de madera, sino desde el uso sostenible de productos secundarios como fibras y frutos, que favorecen su conservación. Siendo la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) un referente para el desarrollo adaptado y resiliente al clima, que realizamos con el Ministerio de Ambiente y la Unión Europea” declaró Diego Mora, oficial de programas de FAO Colombia.
En el evento ‘Apuesta Climática 2023: avances y retos de la economía forestal sostenible en Colombia frente a la NDC’, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Unión Europea, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Comunidad de Yurumanguí, Fedemaderas y la comunidad indígena Eperara Siapidara del Resguardo Calle Santa Rosa dialogaron acerca de los cambios que ha tenido el desarrollo de la economía forestal sostenible y los desafíos que se enfrentan en su implementación.
Sobre los retos de la economía forestal Lucio Santos Acuña, oficial forestal de FAO Roma comentó que “buscamos promover la conservación de los bosques a través de la participación de diferentes sectores, como lo son el privado, las comunidades locales, la administración pública, y la cooperación internacional para llegar a la meta 2030”.
Como ejemplo del beneficio de las alianzas Graciano Caicedo, miembro del Consejo de la Comunidad Yurumanguí, ubicada en el departamento del Valle del Cauca comentó que en su comunidad viven casi 550 familias que dependen del bosque natural, en 54.000 hectáreas de tierras tituladas colectivamente. Además, agregó “formar parte del proyecto nos ayudó a comprobar que sí se puede vivir del bosque y generar las condiciones económicas. Pero, también se debe mantener su ciclo de producción integrando a los diferentes sectores”.
Es evidente los avances que se han conseguido gracias a la integración de los diferentes actores en la implementación de la economía forestal sostenible. Sin embargo, aún existen desafíos a futuro afirmó Lucio Santos Acuña, oficial forestal de FAO Roma “Existe una relación estrecha entre la proximidad de los bosques y la pobreza extrema. El 80% de las personas en situación de pobreza extrema residen en zonas rurales, luego la economía forestal sostenible y el enfoque que estamos desarrollando es lo que se debe trabajar para cambiar las condiciones de esas economías locales, mejorar los medios de vida y, por lo tanto, contribuir al logro de estas metas”.
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