Desde hace 11 años, se viene desarrollando el proyecto palmero de la empresa Poligrow, iniciativa que se fundamenta en la sostenibilidad ambiental, económica y social, en Mapiripán, Meta, un municipio fuertemente golpeado por la violencia, pero que hoy avanza por la ruta del progreso y la paz, y el resurgimiento de la esperanza por parte de sus habitantes sobre un mayor desarrollo para la región y para el país.
“Mapiripán ha surgido de la oscuridad a la luz, es una zona que a pesar de las adversidades y de todos los problemas de violencia que se vivieron hace varios años, ha tratado de salir adelante gracias a la intervención de empresas privadas como Poligrow”, compartió, Jersson Espinosa, coordinador de la Casa de la Cultura de Mapiripán.
Desde sus inicios, el proyecto productivo de Poligrow fue planificado con criterios de sostenibilidad ambiental, en armonía con el entorno. Lo primero fue trazar una línea base ambiental, la cual permitió identificar, antes de comenzar con cualquier intervención, las áreas de alto valor de conservación, topografía, tipos de suelo, flora y fauna asociada y los diferentes ecosistemas. De esta forma, el proyecto respetó esa riqueza natural existente en la zona y esa fue la base para definir las políticas de protección.
“El proyecto Poligrow nace con una visión de sostenibilidad robusta, que se ha materializado en iniciativas y proyectos sociales y ambientales de gran importancia para la gestión de nuestros altos valores de conservación”, afirma Emilio Fandiño Laverde, Coordinador Ambiental de Poligrow Colombia SAS.
Igualmente, Fandiño enfatizó que la información que se analizó antes de la estructuración del proyecto Poligrow, fue clave para construir un manual de guía que protegiera esos valores de conservación como humedales, bosques de galería y morichales, y también ha generado las condiciones propicias y necesarias para mantener la calidad y la cantidad de agua de las microcuencas y recuperar la biodiversidad, que en el pasado se vio afectada por la explotación descontrolada de los recursos, las quemas y los cultivos ilícitos.
Como resultado de este esfuerzo, en Poligrow se han identificado 649 especies de flora y fauna, un nuevo género de serpiente para la ciencia, el primer registro de un puma depredando un venado dentro de una plantación de palma africana, la creación del centro de conservación, investigación y educación ambiental de Churrubay y la realización por siete años consecutivos de la Semana Ambiental, iniciativa pionera en el municipio y cuya finalidad es la generación de conciencia ambiental.
Por su parte, la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, está trabajando de la mano con el sector palmero colombiano en el desarrollo del Programa de Aceite de Palma Sostenible de Colombia. “Nuestro compromiso con la sostenibilidad y de acuerdo con nuestro papel como gremio que orienta y defiende los intereses de los palmicultores, permitió que lanzáramos hace un año el Programa de Aceite de Palma Sostenible, nuestra apuesta de mediano y largo plazo para promover las mejores prácticas de sostenibilidad y consolidarnos en el mercado nacional e internacional como referentes en este tema”, comentó Andrés Felipe García, Director de Planeación Sectorial y de Desarrollo Sostenible de Fedepalma.
Poligrow, ejemplo de manejo ambiental del sector palmero colombiano en Mapiripán
En el marco del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, en su versión 47 se han presentando 6 casos de éxito del trabajo ambiental y social de los Programas de Responsabilidad Empresarial que adelantan las empresas palmicultoras de Colombia
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