Carlos Carrión, presidente de la cooperativa vitivinícola Paco & Lola, viajó hasta Colombia para compartir su experiencia con Caficosta, una cooperativa cafetera ubicada en la región Caribe del país. Junto con la ONG española Acodea, Carrión se embarcó en un proyecto de consultoría estratégica para ayudar a los caficultores colombianos a redefinir su futuro a través de un enfoque de calidad y sostenibilidad.
Caficosta, que reúne a más de dos mil productores de café, enfrenta serios retos logísticos y financieros desde la pandemia. Las plantaciones de café se encuentran dispersas en una vasta área montañosa, lo que dificulta la organización y gestión de la producción. A pesar de contar con una gran extensión de terreno, las distancias, que pueden superar los 600 kilómetros entre cultivos, y la falta de infraestructura, han sido factores que han limitado el crecimiento y la competitividad de la cooperativa.
Acodea, una organización española especializada en asesorar cooperativas agrarias en Sudamérica, fue la que puso en contacto a Carrión con los responsables de Caficosta. “Nos pidieron ayuda para renovar su estrategia, así que buscamos a alguien con experiencia en cooperativas que también hubiera enfrentado desafíos similares”, cuenta Rafael Lesmes, coordinador de Acodea en Colombia. La elección recayó en Carrión, quien vio una oportunidad de aplicar el conocimiento adquirido en la viticultura gallega a los caficultores colombianos.
Aunque las cooperativas de vino y café tienen naturalezas diferentes, Carrión reconoce que ambos sectores comparten retos similares, especialmente en términos de gestión y marketing. “El mundo del vino tiene mucho que enseñar al del café, sobre todo en lo que respecta al posicionamiento de producto y la comunicación de sus valores”, explica. De hecho, uno de los aspectos clave que discutieron durante su visita fue cómo mejorar la visibilidad del café colombiano en los mercados internacionales.
Una de las características únicas de Caficosta es su sistema de producción. A diferencia de las cooperativas tradicionales, donde los socios venden su cosecha directamente a la cooperativa, en Caficosta los productores elaboran el café en sus casas y lo entregan cuando está listo para su venta. “Es como si cada viticultor trajera su vino en lugar de las uvas, pero tiene sentido en Colombia, donde las distancias son enormes y no puede pasarse mucho tiempo entre la recolección y el procesamiento”, dice Carrión. Sin embargo, este sistema presenta complicaciones logísticas y dificulta el control de calidad.
Durante su estancia en Colombia, Carrión también detectó otros problemas, como la falta de un sistema de información ágil. “Estaban usando métodos tradicionales que no permitían compartir datos de forma eficiente, lo que complicaba la toma de decisiones rápidas”, añade. Así que el presidente de Paco & Lola compartió con los directivos de Caficosta sus conocimientos sobre la digitalización en el sector agrario, un área donde las cooperativas de vino han avanzado significativamente en los últimos años.
La colaboración entre Paco & Lola y Caficosta fue más allá de la mera consultoría técnica. Carrión subraya el entusiasmo y la actitud positiva de los caficultores colombianos, quienes, a pesar de las dificultades, mostraron un gran interés por mejorar y aprender. “Me sorprendió ver cuán dispuestos estaban a asumir nuevas ideas y cómo se involucraron en el proceso de planificación estratégica”, comenta.
La experiencia también permitió a Carrión y a Lesmes desafiar algunos prejuicios comunes sobre Colombia. “Aquí en Europa tenemos una visión distorsionada del país, generalmente asociada con la violencia y la inseguridad. Pero lo que encontré fue un país lleno de dinamismo y con una gran cultura empresarial, especialmente en el ámbito agrícola”, reflexiona Carrión. Según Lesmes, esta experiencia también ha sido enriquecedora para Acodea, que sigue apostando por la colaboración entre expertos del sector agrario español y las cooperativas de Sudamérica.
Los resultados de la visita fueron contundentes. Tras cuatro intensos días de trabajo, el equipo de Caficosta ya tiene una estrategia renovada con objetivos claros para los próximos años. Además, la experiencia dejó un valioso aprendizaje sobre la importancia de conocer el mercado global del café y cómo las cooperativas deben adaptarse a las tendencias de consumo internacionales. “Es fundamental que los productores comprendan lo que ocurre más allá de sus fronteras para no quedar en una posición vulnerable”, advierte Lesmes.
Por último, Carrión se siente satisfecho con el impacto de su visita. “Aunque no pude visitar las plantaciones debido a las distancias, la lección aquí fue que, aunque el café colombiano se cultiva en condiciones extremas, el esfuerzo de los caficultores es aún más heroico que el de nuestras bodegas gallegas”, concluye.
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