En un entorno donde el estrés afecta al 44,7% de los niños en Colombia, según cifras del Ministerio de Salud, el bienestar emocional y físico de los más pequeños se ha convertido en una prioridad. Estudios del Hospital Infantil del Condado de Orange (CHOC) demuestran que actividades que combinan relajación muscular, creatividad y estimulación sensorial pueden reducir significativamente el estrés en niños, mejorando al mismo tiempo habilidades como la concentración, la motricidad fina y gruesa, y el autoestima. Estas iniciativas, como la musicoterapia, la aromaterapia y talleres creativos, no solo les brindan calma, sino que también les enseñan habilidades de autocuidado que los acompañarán a lo largo de su vida.
La psicóloga infantil María José Barrios subraya la importancia de estos espacios en el desarrollo emocional de los niños: “Es fundamental enseñar a los niños que el disfrute y la calma son posibles. Estas actividades no solo fortalecen el vínculo con los adultos, como los padres, sino que fomentan una mayor regulación emocional y habilidades clave como establecer límites”.
Un ejemplo destacado es el Glitz Spa de Niñas, en el Hotel Punta Diamante, un espacio que combina cuidado integral, creatividad y diversión. Este modelo, enfocado en las niñas, crea entornos seguros donde pueden explorar su motricidad, fortalecer su confianza y aprender la importancia del autocuidado desde temprana edad. Además, estos espacios sensoriales refuerzan la capacidad de autorregulación emocional, reducen el estrés y promueven el desarrollo integral.
Más allá del disfrute, estos espacios son una herramienta para que las familias trabajen juntas en el bienestar infantil, fomentando momentos de conexión y aprendizaje en un ambiente de calma. “Al proporcionar estas experiencias en la infancia, no solo ayudamos a los niños a gestionar mejor sus emociones, sino que los preparamos para ser adultos más resilientes y equilibrados”, concluyó Barrios.
Iniciativas como estas no solo destacan la relevancia del bienestar infantil en la agenda social, sino que marcan un cambio de paradigma en la crianza, posicionando el autocuidado como un pilar fundamental para el desarrollo de niños más seguros, felices y saludables.