¿Cuál es la situación de los derechos de la mujer colombiana?
En Colombia ser mujer signiica ser más propensa a vivir situaciones de discriminación y violencia en todos los entornos debido a la prevalente desigualdad de género.
Las mujeres en Colombia son más de la mitad de la población, y aunque las normas establecen sus condiciones de igualdad, se enfrentan a circunstancias que les impiden desplegar al máximo su potencial y ejercer plenamente sus derechos.
La discriminación basada en género antecede al conlicto y se está superando muy lentamente, como vemos en datos actuales. Por ejemplo, a pesar de ser el 51,6% de la población, las mujeres ocupan solo el 15,6% de los cargos de elección popular a nivel territorial y el 21% del Congreso.
Asimismo, las brechas se mantienen en la incorporación de las mujeres al mercado laboral: 20 puntos porcentuales menos que los hombres de participación laboral y 5 puntos porcentuales más de desempleo; tienen una brecha salarial del 20%; dedican el doble del tiempo al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado; y aún son muy pocas las que ocupan cargos de dirección en el sector económico. En Colombia cada día 112 mujeres son víctimas de violencia de género y cada 3 días una mujer es asesinada por su pareja o expareja.
Además, esas mujeres representan el 48%, de las cuales el 16%, son niñas en edades comprendidas entre 0 y 11 años. El conflicto afecta de manera diferente a las mujeres y las niñas, por ejemplo el 92% de las víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual.
Estas alarmantes cifras responden a varios factores entre ellos la tolerancia social a la violencia contra las mujeres. Según un reciente estudio de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer con apoyo de ONU Mujeres, el 37% de los colombianos y colombianas piensa que las mujeres que se visten de manera provocativa se exponen a que las violen. Para cambiar la situación de las mujeres es necesario transformar estos pensamientos.
¿En qué consiste el trabajo que realiza ONU Mujeres en Colombia a favor de los derechos de la mujer?
En el marco de su mandato coorganismo de Naciones Unidas, ONU Mujeres en Colombia viene realizando desde hace varios años iniciativas de apoyo al Estado colombiano de incidencia y asistencia técnica en cuatro frentes de trabajo: liderazgo; inclusión y representación política; empoderamiento económico; eliminación de las violencias contra las mujeres, paz y seguridad.
Estas áreas de trabajo han sido acordadas con el Gobierno colombiano a través de nuestro marco de cooperación en alineamiento con las prioridades nacionales.
Nuestro principal objetivo está encaminado a apoyar la implementación de los estándares internacionales para los derechos de las mujeres suscritos por Colombia en su realidad nacional, generando iniciativas que le permitan al país y a las mujeres estar más empoderadas como ciudadanas plenas, ejercer su derecho al liderazgo social y político, que se reconozca su papel clave en un escenario de desarrollo y construcción de paz, que las políticas macroeconómicas y las iniciativas de desarrollo las involucren activamente y que se erradique la violencia contra la mujer, previniendo y garantizando su sanción, elementos todos que se convierten en oportunidades para acabar con la desigualdad de género.
Si logramos todo esto, las mujeres colombianas podrán gozar plenamente de sus derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos. Y con ello, Colombia tendría a la mitad de su ciudadanía aportando al desarrollo y la paz.
¿Cuáles han sido los resultados de su labor?
ONU Mujeres apoya que cada vez haya más mujeres candidatas en la política, que ocupen cargos políticos y que acudan a las urnas.
La entidad ayuda a las mujeres a procurarse trabajos decentes, acumular bienes e inluir en instituciones y políticas públicas, al tiempo que subraya la necesidad de reconocer, reducir y redistribuir la carga que soportan las mujeres en calidad de cuidadoras no remuneradas. Asimismo, promueve el papel y el liderazgo de las mujeres en la prevención de conlictos y los esfuerzos para garantizar la paz y la seguridad y en la acción humanitaria.
Hemos trabajado para asegurar que los gobiernos relejen las necesidades de las mujeres y las niñas en la elaboración de planes y presupuestos, y que se involucre a los hombres y los niños, pidiéndoles irmemente que se conviertan en defensores de la igualdad de género, a través de iniciativas como HeForShe.
Uno de los mayores resultados ha sido el tema del proceso de paz, donde contribuimos a que las mujeres tengan un rol reconocido e incluyente, y no solamente que estén, sino que generen cambios. No son sólo víctimas de violencia sexual que en el caso de Colombia, han sido cerca del 90% del total de las víctimas de este crimen, sino víctimas de desplazamiento y de muchos otros tipos de violencia. Pero además son ciudadanas de pleno derecho.
¿Cuáles son las principales lecciones aprendidas de su gestión?
Son muchas las lecciones aprendidas para aplicar en nuestra gestión futura. Una de ellas es la importancia que tiene la sociedad civil y particularmente las organizaciones de mujeres en su diversidad para la construcción de la paz y su sostenibilidad y la relevancia de apoyar su fortalecimiento.
Hemos visto la importancia de las alianzas y coaliciones para las transformaciones que requiere el país.
También hemos visto que hay que trabajar con los hombres, jóvenes y niños, sin ellos no podremos transformar los imaginarios de discriminación que siguen afectando a las mujeres, y en esto un rol importantísimo además, lo juegan los medios de comunicación, con ellos hay que apostarle a un cambio de narrativa.
En la educación, hay que trabajar por la tolerancia y la igualdad, los currículos educativos tienen que generar los elementos y herramientas para que los niños y niñas sientan libertad para ejercer sus roles, que no por ser niña tienen que gustarme las muñecas y no los carros, yo puedo decidir con qué me gusta jugar, y que cuando me pregunten qué quieres estudiar, yo, como niña, tenga la libertad de decir: astronauta, ingeniera o ama de casa.
Y hay que invertir mucho más en la prevención y en la transformación cultural. Como dijo Simón de Beauvoir: “El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente”.