¿Cómo ha ido evolucionando el trabajo de la Cooperación Española en Colombia a lo largo de los últimos años y como se ha ido adaptando a la evolución de la sociedad?
A pesar del crecimiento económico sostenido de los últimos años en el país, persisten brechas de inequidad muy importantes y queremos seguir acompañado sus esfuerzos en los temas relacionados con la prevención del conflicto y la construcción de la paz.
Tenemos una trayectoria de trabajo en Colombia en cuatro ámbitos:
– Construcción de la paz, que abarca temas como la gobernabilidad para la paz, los derechos humanos y el acceso a la justicia, y la cultura de paz;
– Género en desarrollo, fortaleciendo la participación de las mujeres las políticas públicas y mecanismos de igualdad en el país y luchando contra violencia de género;
– Crecimiento económico para la reducción de la pobreza, que es el que yo coordino, desde el que buscamos fortalecer el tejido productivo a través, entre otras estrategias, de potenciar la colaboración y articulación de los sectores públicos y privados para la implementación de la agenda de desarrollo del país, que ayuden a erradicar la pobreza, una pobreza que es una de las principales causas estructurales favorecedoras del conflicto.
– Otro pilar de nuestro trabajo actual en Colombia es el ámbito del Agua y saneamiento básico. En este país, el acceso al agua potable es un derecho que no está al alcance de todos los ciudadanos, por lo que apoyamos a al país a llevar cobertura a aquellos lugares rurales o periurbanos con una concentración de población desplazada importante que tiene carencias en este sentido.
¿Podrías comentarnos algún proyecto en concreto?
Desde el año 2011 formalizamos en Colombia una estrategia de cooperación (Marco de Asociación País 2011-2014- MAP), la cual sigue en vigor y contempla las líneas de trabajo mencionadas anteriormente, y que incluye trabajar en el tema de Empresas y Derechos Humanos, de acuerdo a los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre el tema, acercando la agenda de los derechos humanos al sector privado y buscando fortalecer sus capacidades y las del sector público y la sociedad civil para la implementación de la misma. Sin duda, es un reto para la cooperación en general y la cooperación española en particular, articularse más y mejor con el sector privado para que pueda ejercer un rol más significativo como agente de desarrollo que es, bajo el marco del respecto a los derechos humanos.
En este sentido, el tema de los derechos humanos siempre ha sido uno de los ámbitos de trabajo de la Cooperación Española en Colombia y la aprobación de los Principios Rectores se dio cuando nos encontrábamos en proceso de elaboración del MAP, por lo que era el momento de impulsar esta agenda con el sector privado. Las empresas deben hacer un análisis de cuáles son sus riesgos de impacto en derechos humanos y, en función de este análisis, potenciar lo positivo e implementar medidas de prevención de lo negativo.
Siguiendo con este mismo tema, la Cámara de Comercio Española en Colombia constituyó con nuestra colaboración un comité de Responsabilidad Social Empresarial que busca generar una agenda de trabajo con las empresas afiliadas, mayoritariamente españolas que operan en Colombia, para el desarrollo de prácticas responsables. Un ejemplo sería la implantación de planes de equidad, contribuyendo así a las metas de la política pública que Colombia estableció en este sentido el año pasado.
¿Cómo comunicáis este trabajo que estáis haciendo?
Con las herramientas habituales con las que la oficina de AECID en Colombia difunde todo su trabajo. Contamos con un departamento de comunicaciones que maneja una estrategia con diferentes herramientas como nuestra web, un boletín que lanzamos a nuestra red de contactos de manera periódica, redes sociales y cuando hay algún hito especifico, se convoca a medios y se envían notas a los mismos.
¿A nivel de Colombia, como ves la evolución de la RSE en estos últimos años y que restos tiene por delante?
Colombia ha evolucionado al ritmo de la dinámica internacional. El sector privado colombiano es muy diverso, hay empresas muy grandes que tradicionalmente tiene una trayectoria de trabajo en el tema de RSE. Para las empresas medianas y pequeñas la agenda todavía sigue siendo, en muchos casos, un poco lejana; consideran que sus capacidades son muy limitadas como para abordar compromisos en relación al desarrollo y los derechos humanos. Creo que en todas las partes del mundo fortalecer el trabajo con PYMES es un reto.
En las empresas que son referentes por su trabajo en materia de RSE, uno encuentra un compromiso de larga data pero que en algunas ocasiones todavía está poco vinculado a la agenda de desarrollo, a la política pública, a acciones estratégicas y transformadoras y sigue respondiendo más a las necesidades inmediatas del contexto o micro entorno en donde operan.
Es estratégico seguir avanzando en que cada vez mas empresas asuman compromisos, desde la gestión integral de la RSE, es decir, tomando medidas en su core business que es donde tienen como empresas la gran potencialidad de transformación. Por ejemplo, analizando como ciertos cambios en mis políticas de compras, de contratación, en mi relacionamiento con los diferentes stakeholders, mejoran mis impactos en desarrollo y en derechos humanos. Y en contexto actual, vinculando esos esfuerzos a los eventuales acuerdos con las FARC. Hay que profundizar en el debate de cuál va a ser el rol del sector privado en ese escenario.