¿Qué momento vinculado a la responsabilidad social destacaría en el último año en la Universidad Santo Tomás?
Somos una institución con Acreditación Institucional de Alta Calidad Multicampus. Nuestra misión es formar y educar en todos los procesos de enseñanza y aprendizaje. En ese sentido tenemos una responsabilidad, no sólo como Universidad, sino también como parte de la sociedad.
Creo que debemos distinguir la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y hablar, en nuestro caso de Proyección Social ligado a la Responsabilidad Social Universitaria. En este aspecto, desde hace dos décadas, venimos trabajando de cara a la formación de profesionales integrales, éticos, críticos y creativos, fundamentados en tres categorías: la docencia, la investigación y la proyección social.
¿Tienen dentro de la Universidad una oficina de Responsabilidad Social?
En nuestra Institución tenemos una Unidad de Proyección Social porque la tercera función sustantiva de la Universidad Santo Tomás es precisamente la proyección social, y está articulada a todos los procesos de enseñanza y aprendizaje, tanto en los públicos internos -estudiantes, docentes y colaboradores administrativos- como en escenarios externos, locales y regionales, que son generalmente lugares en condiciones vulnerables de Colombia. En eso consiste la articulación y el impacto que tiene la Universidad en contextos de desigualdad, injusticia y conflicto.
En el país hay muchas personas que vienen a las ciudades por el desplazamiento forzado y que terminan, generalmente, en condiciones de pobreza. Por eso los profesionales que formamos tienen contacto y desarrollan proyectos directamente relacionados con estas temáticas. Ese es el valor más importante de nuestra responsabilidad.
¿Cómo definiría el perfil del estudiante tomasino?
Nuestro proyecto, como lo indica el nombre de la Universidad, está inspirado en el pensamiento humanista cristiano de Santo Tomás de Aquino, quien decía que el principio de educar es conducir al ser humano para que tenga el desarrollo de todas sus dimensiones en toda su naturaleza. Estas dimensiones son plenamente desarrolladas cuando formamos con valores humanos, cristianos, dominicos y tomistas al profesional que ingresa a nuestra Institución.
Hablando de temas de Responsabilidad Social, ¿cuál ha sido el principal logro en materia de responsabilidad para ustedes este año?
Yo diría que son dos: el primero es lograr ser la primera Universidad privada con presencia en todo el territorio nacional que recibe la Acreditación Institucional de Alta Calidad Multicampus, porque nos convierte en una institución educativa de gran impacto en la región; el segundo es seguir participando, como desde hace muchos años, del discurso de Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas sobre el desarrollo humano, y lo que significa para los Dominicos vivir en torno a unos principios con más de 800 años de historia. Tenemos en este sentido un programa a destacar, con más de 20 años de fundación, llamado ‘Comunicación Social para la Paz’, porque nuestro compromiso con la paz es un tema que venimos trabajando a conciencia, desde muchos años antes de que se dieran las negociaciones en La Habana, para la salida pacífica del conflicto que, por más de medio siglo, ha generado graves problemas sociales, económicos, políticos y culturales para el pueblo colombiano.
¿Qué aspectos abarca este programa?
Las fortalezas del programa radican en su visión humanista; una mirada pedagógica problémica que se desarrolla mediante un sistema modular de ejes temáticos. Es decir, el objetivo es formar Comunicadores Sociales que sean sujetos activos de la historia, comprometidos con la realidad nacional, la verdad y la justicia, para que a través de su intervención profesional contribuyan a la construcción y fortalecimiento de espacios participativos de diálogo, concertación y respeto al servicio de la paz. La Facultad de Comunicación Social ofrece un espacio de reflexión y acción sobre el papel de la comunicación como un escenario privilegiado para la producción, reproducción y transformación de la realidad social.
Finalmente, considero que la pertinencia de un programa de comunicación para la paz se hace evidente en relación con la necesidad de formar comunicadores conscientes de su país y de su historia, a través de un currículo vinculado a la construcción y el fortalecimiento de nuevas formas de ciudadanía y de espacios públicos incluyentes.
Otro logro que ustedes han tenido tiene que ver con las asociaciones con otros stakeholders, ¿cuál de estas asociaciones destacaría y considera como la más importante en este último año?
La Universidad es gestora del Observatorio de Responsabilidad Social Universitaria, como miembro del Observatorio de Responsabilidad Social para Latinoamérica y el Caribe. En este sentido quiero destacar nuestro trabajo con el Centro de Memoria Histórica (CMH) y con organizaciones de base, población indígena, población carcelaria, entre otros. Trabajamos conjuntamente para generar de la mano de estas organizaciones escenarios que aporten a la transformación de nuestro país.
En este sentido, ¿cuáles son los principales proyectos que tiene previstos para el próximo año?
Estamos construyendo, no solo para el próximo año sino para los próximos 12 años, el Plan Integral Multicampus (PIM). En esa línea está la visibilidad de la Universidad, en sus egresados, y en el impacto que estamos teniendo en el contexto colombiano e internacional. A la fecha son ya 143.505 egresados y más de 32.000 estudiantes en pregrado y posgrado. Estamos formando a una nueva generación que será parte fundamental para nuestro país, después de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las Farc. Esta generación que hoy en día está en nuestras aulas tendrá la capacidad de generar nuevos escenarios para la reconciliación. Estamos formando a una sociedad que podríamos llamar ‘la generación de la paz’, donde es esencial el diálogo, el perdón, la equidad, la educación y el consenso.
¿¿Qué noticias sobre Responsabilidad Social le gustaría escuchar este año?
En Colombia somos más de 280 instituciones de educación superior y solo 39 estamos acreditadas de Alta Calidad. Eso no quiere decir ser más que los otros, sino que estamos llamados a ayudar y apadrinar a todos los demás, para que se les permita estar en ese escenario de calidad. Por eso una de las noticias que me gustaría escuchar sería cómo acompañar en este proceso a aquellas instituciones que buscan ser acreditadas, porque una Universidad de calidad no solo debe tener en cuenta la formación de profesionales de excelente calidad educativa, sino también la manera como ellos ayudarán a la transformación de la sociedad y de nuestro país, en un inminente escenario de posacuerdo.