¿Cuáles han sido los últimos logros de CEMDES y cuáles van a ser los principales frentes de actuación durante los próximos años?
Cemdes se encuentra en un proceso de consolidación institucional bajo los principios de la Sostenibilidad. Nuestro reto es posicionar la Sostenibilidad como el eje fundamental de los negocios. Nuestras empresas miembro han logrado conectarse con este mensaje y contar con una agenda para los negocios, como la Visión 2050, que facilita el reconocimiento de que el business as usual ya no es una opción y que esta hoja de ruta señala el camino hacia una forma sostenible de hacer negocios en el futuro.
La hoja de ruta para los próximos años se plantea como objetivos crear masa crítica empresarial en torno a la Sostenibilidad, fortalecer el conocimiento de las empresas ecuatorianas de cómo hacer más con menos, promover condiciones marco para una contribución empresarial efectiva (políticas públicas), la articulación público-privada para contribuir en el cambio de la matriz productiva y energética, y dar voz a los casos empresariales.
¿Cuál es la situación actual de la Sostenibilidad en Ecuador? ¿Cuáles son sus puntos fuertes y sus puntos débiles?
Considero que existe un gran número de empresas que desarrollan su gestión de negocio buscando la mejor rentabilidad pero con baja incidencia en los temas ambientales y sociales. El reto está aquí, en ofertar herramientas prácticas que faciliten, no solo la compresión por parte de los empresarios de los temas de Sostenibilidad, sino que contribuya a hacer más con menos, generar valor, prosperar y mejorar la condición humana.
Es importante destacar que en el ámbito del sector público aún hay una tarea pendiente: establecer relaciones de colaboración con el sector privado, la sociedad civil, el mundo académico y con las organizaciones no gubernamentales para que todos ganemos y hay que hacerlo bien. Se requieren políticas públicas, incentivos y mecanismos de control que sean adecuados.
¿Cómo valoras el desempeño ambiental de las empresas Ecuatorianas?
Según las estadísticas del INEC, hasta el 2012 el 17% de las empresas contaban con licencias ambientales, la mayoría otorgadas por los gobiernos seccionales con competencias ambientales. Entre el 2010 y 2012 se redujo el número de empleados que trabajan dedicados a temas ambientales en las empresas. El gasto en protección ambiental se incrementó del 0,5% en el 2010 al 4% en el 2012, mientras que la proporción de inversión en protección ambiental varió de 2% en el 2010 al 8% en el 2011, reduciéndose al 5% en el 2012. El consumo energético de 2011 y 2012 fue menor que el de 2010.
En promedio, dos de cada 100 empresas cuentan con sistemas de gestión ambiental certificados (ISO 14001) al año 2012. A este mismo año, el 90% de las empresas realizaron la recolección diferenciada de residuos sólidos no peligrosos y el 55% de los residuos domésticos y similares fueron tratados por gestores municipales o autorizados, registrándose proporciones menores en las otras clases de residuos no peligrosos que reciben el mismo manejo. En promedio, una de cada 20 empresas (5%) no realiza la recolección de residuos peligrosos de manera diferenciada.
El 93% del agua utilizada por las empresas se obtuvo de red pública y el 14% de fuentes naturales mayoritariamente captada de aguas superficiales. De esta cantidad, el 34% fue destinada a procesos industriales. A nivel nacional, el 9% de las empresas realizó algún tratamiento de sus aguas residuales. El 32% de las empresas utilizaron diésel como combustible principal y el 40% utilizó GLP. El 47% de la inversión de las empresas en protección ambiental se concentró en protección del aire y el clima.
Esta radiografía ambiental económica de las empresas nos permite evidenciar que con la implementación de mecanismos de control y la desconcentración de competencias ambientales a ciertos gobiernos seccionales, muchas empresas han sido comprometidas, a través de sus planes de manejo ambiental, a gestionar de mejor manera su actividad productiva. Con seguridad estos datos estadísticos se concentran en las empresas más visibles, es decir, las más grandes, mientras que con las medianas y pequeñas aún la autoridad tiene la tarea pendiente.
Este análisis nos permite concluir que aún falta trabajar con las empresas para que reconozcan que el desafío de conservar el medio ambiente constituye una oportunidad de reducir sus costos y mejorar su competitividad. El costo de implementar políticas públicas no consensuadas genera otro desafío, el de acercar el sector público a la empresa privada y al emprendimiento.
¿En qué momento se encuentra actualmente el diálogo con los grupos de interés en el Ecuador? ¿Cuáles son las claves para su impulso?
Hay poca información disponible sobre el número de empresas que gestionan sus grupos de interés de acuerdo a los objetivos empresariales. Generalmente se gestiona por asuntos de coyuntura y de manera reactiva. En nuestro país aún es un proceso lento. Las empresas reconocen que deben establecer sus propias estrategias de compromiso con sus grupos de interés. La clave para impulsar este proceso está en lograr la articulación apropiada mediante mecanismos ganar-ganar.
¿Cómo se puede impulsar la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad entre las pymes ecuatorianas?
Es un proceso difícil en un país en vías de desarrollo como el nuestro. Si las empresas grandes aún no lo incorporan en la estrategia de negocio, menos lo harán las pequeñas. La participación del sector público a través de la creación de estímulos (financieros, tributarios, condiciones de mercado, etc.) es clave y la colaboración del sector empresarial, siendo un socio activo e incorporando a pequeñas y medianas empresas y trabajadores locales en sus cadenas de suministros, es fundamental.
¿Cuál es la situación del buen gobierno y la transparencia de las empresas ecuatorianas?
El buen gobierno en nuestro país aún es un proceso en construcción, de a poco el sector empresarial va tomando interés. Según estudio de Deloitte en el Ecuador, solo el 32% de las empresas encuestadas han implementado estas prácticas y cuentan con estructura adecuada para el manejo de las mismas.
¿Cómo valora el desempeño de las empresas ecuatorianas en materia de derechos humanos?
Los derechos humanos están garantizados en la Carta Internacional de Derechos Humanos proclamados por Naciones Unidas y desde su creación estos derechos han sido recogidos en la Constitución del 1998 y reforzados en la del 2008, incluyendo los derechos de la naturaleza. Según un estudio de la Responsabilidad Social del Ecuador 2012 (IDE, AVINA GIZ), el 54% de los empresarios dispone de políticas para sensibilizar sobre derechos humanos a proveedores y distribuidores. El 77% de empresas sensibiliza sobre derechos humanos a sus colaboradores y el 67% dispone de políticas de respeto a estos derechos. Si bien la actual Constitución es garantista, y el hecho de que el enfoque de derechos humanos se recoge en el Plan Nacional para el Buen Vivir, se considera que aún algunos de estos derechos no se traducen en acciones. Aún falta mucho camino por andar en cuanto a la aplicación y cumplimiento de los derechos reconocidos en esta carta magna. Se plantea la necesidad de establecer indicadores de derechos humanos que permitan hacer el seguimiento sobre el avance en esta materia.
¿Se está generalizando en el Ecuador la extensión de la Sostenibilidad a la cadena de suministro?
En la actualidad existe mayor interés, pero aún se avanza de forma lenta. Acelerar este proceso requiere creatividad, innovación, adaptación, colaboración e incentivos.
¿Cree que las administraciones públicas están estimulando e incentivando de manera suficiente a las empresas para que integren la Sostenibilidad?
Aún es insuficiente y lo existente no ha logrado ser atractivo. Según la revista Factor Sostenible de febrero 2014, el director general del SRI indica que tres empresas registraron información para la aplicación de los incentivos verdes, mientras que la Ministra del Ambiente señala que se ha otorgado 10 a ocho empresas. Esto nos permite concluir que, o los incentivos no son atractivos, o no existe suficiente información o a las empresas no les interesa. Es necesario entonces hacer una revisión que facilite el acceso a los incentivos.
Por otro lado, la propuesta de cambio de la matriz productiva se proyecta como oportunidad importante para las empresas siempre y cuando se incorporen principios de Sostenibilidad para quienes participen de este proceso.
¿Cuáles son los grandes retos de la Sostenibilidad en Ecuador?
Demostrar que agrega valor a largo plazo para los negocios, que reduce costos y aumenta la competitividad, mientras se mejora la condición humana y se protege el ambiente.