En este orden de cosas se potencia la gestión social, el voluntariado personal como el voluntariado corporativo, el intercambio de experiencias comunitarias, la transferencia de metodologías, la prestación de servicios socialmente responsables con valoraciones de sostenibilidad en todas sus acciones.
Si bien es cierto, que las condiciones económicas globales y en particular las señales de -dificultades económicas- en nuestro país; han estado cerrando espacios de participación, no solo para las ONGs sino también para ciertas OSCs, en las cuales existe el factor común del activismo por lo social, la ayuda a grupos y sectores vulnerables, con la intención de sumar acciones de colaboración desde lo privado, así como también para fortalecer las acciones y políticas públicas. Actualmente las organizaciones de asistencia social nos enfrentamos a ciertas dificultades en la operación de programas y proyectos, dado que los organismos del estado ven en este sector una especie de -competición por visibilidad- en la prestación de servicios en lo social, vivienda, salud, ambiente, etcétera; cuales tratamos de complementar por la creciente demanda de la colectividad en estos espacios.
Si bien es cierto desde el sector público, la posibilidad de poder solicitar cooperación, financiamiento de proyectos, inyección de recursos para la ejecución de programas o prestación de servicios en las ONGs, en lo local está centralizado a un servicio público de contrataciones; de esta manera se limita su ámbito de acción, ya que no podemos comparar o poner a competir a varias compañías con ánimo de lucro, versus una organización sin ánimo de lucro orientada al beneficio común y que procura la sostenibilidad de sus programas enfrentando condiciones de limitación.
De a poco vamos perdiendo espacios de participación, potenciales donaciones, subvenciones, incentivos, beneficios por la labor que realizamos y ya no es común escucharlas; las ayudas, las exoneraciones, las facilidades para procurar sostenibilidad de los programas que venimos ejecutando casi son inexistentes, salvo por contadas instituciones y gobiernos locales u otras cuantas iniciativas privadas. Hemos sido medidas con la misma vara que a las grandes empresas con afán de lucro, cuales sin desmerecer cumplen una finalidad clara en cuanto a las condiciones de mercado, producción y libre competencia en cumplimiento de sus estatutos de creación.
La creciente incorporación y desarrollo de Programas de RSE en el sector privado, sin duda fortalecerá nuestra gestión y ampliará la participación del sector de las ONGs, ya que se facilitará el desarrollo de propuestas de servicios para los distintos componentes de estas iniciativas innovadoras. La sostenibilidad hace viables los modelos de gestión de algunos programas socialmente responsables y sus intervenciones reflejan particularidades en lo social; son claros modelos las ONGs que han conseguido liderar a lo largo de años de experiencia con programas y proyectos, alcanzando objetivos y motivando evidentes cambios de vidas en sus comunidades de influencia directa.
La empresa privada tendrá presente a este aliado estratégico, que se encuentra pendiente para tener la oportunidad de colaborar en sus actividades sostenibles. La finalidad de lucro en las empresas no limita a las ONG para dinamizar acciones socialmente responsables con sus diversas interacciones, ya que ambas procuran el fortalecimiento del gobierno corporativo en aplicación de los principios fundamentales de la RSE.
Las empresas que logren aplicar estos modelos socialmente responsables, debieran ser consideradas para recibir políticas e incentivos para fortalecer sus procesos, con participación activa de los grupos de interés, de manera que potencien sus principales gestiones en procura que se mantengan en el tiempo. El estado central debería apuntar hacia una normativa -amigable-, con estímulos en favor del sector productivo que desarrolla valiosas iniciativas de RSE, las que en algunos casos merecen ser replicadas, en razón que van más allá de cumplir con todos sus deberes formales, tributarios, laborales, legales, sociales y ambientales.