Esta situación ha convocado a varios investigadores y organizaciones a unirse en un plan de acción para tratar de cambiar este panorama.
Stella de la Torre, profesora de la Universidad San Francisco de Quito y presidenta del Grupo de Estudio de Primates del Ecuador (GEPE), explica que uno de los principales objetivos es bajar en una categoría el grado de amenaza de las especies que habitan en el país. Es decir, que los ejemplares que ahora son considerados como “en peligro”, en los próximos 10 años deberían descender a la categoría de “vulnerables”, y los que están en esta última, bajarían al estado de “casi amenazados”.
Esta meta es parte de un conjunto de acciones que se busca implementar durante esta década (hasta el 2028). De la Torre explica que el proceso se inició en el 2016, cuando se realizó un taller con las personas que estaban trabajando con primates.
Después de compartir experiencias sobre cómo mejorar la conservación de estos animales, empezaron a crear la línea base del plan. Esta se realizó bajo la guía del Ministerio del Ambiente y fue presentada a finales del 2018.
El plan nacional cuenta con siete puntos que se relacionan con el manejo de los primates en cautiverio, el monitoreo de las poblaciones silvestres, el control de cacería y tráfico de especies; la investigación, la educación ambiental y las formas de potenciar a los grupos que trabajan con monos.
Actualmente, ya se están llevando a cabo acciones como el primer censo nacional de primates, que se inició en noviembre del 2018 y se espera que termine en marzo de este año. Esto permitirá identificar la ubicación y la abundancia de las poblaciones silvestres.
Hasta el momento se conoce que existen 21 especies de monos en el país. De estas, 17 se encuentran en la Amazonía y cuatro se ubican en la Costa. Para la Presidenta del GEPE, la situación es preocupante, ya que de todas las especies que existen, 11 están en las categorías de “vulnerables”, “en peligro” o “en peligro crítico”.
Además, dos grupos de monos del país han sido parte de la lista de las 25 especies más amenazadas del mundo. Este informe, que publica cada dos años la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), incluyó al mono araña de la Costa en el 2016 y al capuchino ecuatorial en el 2018.
Según los estudios realizados hasta el momento, los especímenes que viven en la Costa ecuatoriana son los que enfrentan los mayores peligros debido a la deforestación y a la pérdida de su hábitat. En esta zona ya se realizó un censo regional, que se incorporará a los datos que se están recolectando en todo el país.
En la Amazonía, los monos aún deben enfrentarse a la cacería por parte de diferentes grupos que habitan en esta zona y consideran a la carne de los primates como un alimento. El comercio y tráfico ilegal de especies es otro de los grandes problemas que amenaza a los monos a escala nacional.
Estos especímenes son hallados frecuentemente en los operativos que realiza la Unidad de Protección del Medioambiente de la Policía Nacional. Muchos de estos animales son hallados en hogares, donde los tienen retenidos como mascotas. La tenencia y el comercio ilegal se sancionan hasta con tres años de prisión.