Cada 28 de enero se conmemora el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, también conocido como el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Global Terrestre, con el fin de concienciar a la población sobre las repercusiones del cambio climático y presentar acciones concretas que se deben abordar para la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero.
Se estima que 2/3 partes de las emisiones de CO2 proceden del uso de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) utilizados en el transporte, generación de energía térmica, industria, etc.; mientras un 1/3 proviene de las actividades en la silvicultura, como la ganadería, agricultura, deforestación, entre las más relevantes. Del total emitido, solo un 45% permanece en la atmósfera, 30% es absorbido por los océanos y, el restante 25%, pasa a la biósfera terrestre.
La acción a favor del clima se ha convertido en una prioridad nacional, es así que, en agosto de 2019 el Ecuador se alineó al Acuerdo de París (con vigencia hasta 2025), al considerar que el cambio climático pone en riesgo el acceso al agua, la seguridad alimentaria, el desarrollo productivo y la actividad ecosistémica. Por ello se ha planteado la reducción del 9% de las emisiones de GEI, que, con la cooperación internacional esta cifra podría aumentar al 20.9%.
Acciones de sostenibilidad
El cambio climático es la principal amenaza a la que se enfrenta la humanidad y sus efectos están siendo visibles en todo el mundo. El cambio del uso del suelo y la quema de combustibles fósiles para la producción de energía son las dos causas principales para este fenómeno, debido a las emisiones de gases de efecto invernadero que generan. Varias son las acciones que se deberían considerar para lograr la reducción de gases contaminantes, entre ellas: movilidad sostenible, eficiencia energética, energía renovable, alimentación responsable, consumo de productos de cadena corta y siembra de árboles con el control de la deforestación y disminución de las áreas selváticas.
En el proceso de producción de cemento existen varias ventajas operativas, en cuanto a la disposición y eliminación de desechos peligrosos y no peligrosos; esta práctica se conoce como coprocesamiento. Desde 2010, Unacem Ecuador ha sustituido sus combustibles fósiles por residuos de otras industrias como las biomasas. En 2015 el Ministerio del Ambiente confirió a la empresa la licencia ambiental para el coprocesamiento de aceites usados convirtiéndose en la primera cementera autorizada, que puede darles disposición final ambientalmente sustentable a nivel nacional. Utiliza también residuos industriales como materias primas alternativas, este es el caso del yeso sintético y escorias provenientes de la industria siderúrgica del país.
“La elaboración de cemento requiere gran cantidad de energía y materiales por lo que las medidas que se aplican para reducir el consumo de estos elementos son esenciales en la disminución de emisiones de CO2. Nosotros continuamos trabajando con combustibles alternos y materias primas recicladas para la producción de cemento, en línea con nuestro compromiso de industrialización sostenible y enfoque en economía circular. En los últimos años, nuestro sistema de gestión ambiental se vio fortalecido con la implementación de tres estándares ambientales relacionados al control de emisiones, manejo de desechos y huella de carbono”, comentó Patricio Díaz, Gerente de Ecología Industrial de Unacem Ecuador.
La compañía emplea combustibles alternos amigables con el ambiente para la generación de energía térmica en sus hornos de clínker. Uno de ellos es la biomasa que proviene de la cascarilla de la palma africana,residuo que genera la industria productora del aceite vegetal. El 15,8% del consumo de combustibles proviene de biomasa que contribuye a mitigar las emisiones de CO2, y el 14,7% proviene del coprocesamiento de residuos de hidrocarburos proporcionando una disposición final limpia y evitando que puedan ser vertidos al suelo y al agua.
Compromisos
Uno de los fundamentos de la Producción Sostenible es la Simbiosis Industrial cuyo modelo se basa en el uso compartido de recursos y subproductos entre distintas empresas, a partir de su gestión organizacional, lo que implica que los residuos generados por una empresa se convierten en la materia prima de otra, dicha acción se enmarca en el modelo de economía circular, que se presenta como una oportunidad real para que todos los esfuerzos normativos generados, puedan ser aplicados y canalizados hacia la optimización y el rendimiento de los recursos. En ese sentido el objetivo de la simbiosis industrial se orienta a la reducción del impacto ambiental que generan las empresas.
“Ser pioneros en proyectos como la sustitución de combustibles fósiles por otros alternos como la biomasa también nos ha permitido contribuir a la activación de un mercado donde los residuos empiezan a ser valorados, residuos industriales que pueden convertirse en materias primas alternas, es factible y un éxito en UNACEM. El Foro Económico Mundial estima que el cambio hacia una economía circular podría generar 100.000 empleos en cinco años, a nivel mundial. En economías como la nuestra y, en una coyuntura como la del COVID-19, trabajar en este concepto, es una gran oportunidad”, añadió Díaz.
Acciones
Las autoridades y los gobiernos son los encargados de reducir la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. El ciudadano común, desde sus propios espacios, también puede aportar y lograr el cambio que necesita nuestra sociedad. Aquí algunas recomendaciones que podrían aplicarse:
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No encender aparatos eléctricos o de combustión innecesariamente.
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Procurar el consumo de alimentos locales.
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Utilizar el transporte público siempre que se pueda.
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Para caminos pequeños o desplazamientos cortos no utilizar el auto. Caminar ayuda a disminuir la contaminación y ayuda a mejorar la salud.
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Compartir el vehículo con amigos o vecinos.
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En lo posible secar la ropa con la luz solar, sin utilizar secadoras.
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Apagar todas las luces de habitaciones que no se están ocupando.
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Reducir el uso de bolsas de plástico. Llevar una bolsa reutilizable propia al supermercado.
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Apagar el computador cuando ya se deje de utilizar.
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Depurar la información que almacenamos en la nube.
Coyuntura COVID-19
Varios análisis del portal especializado Carbon Brief muestran que este año las emisiones de CO2 disminuyeron entre un 4% y 8%, lo que representa entre 2.000 y 3.000 millones de toneladas menos de este gas en la atmósfera.
Según un informe de la BBC, desde febrero, los satélites de la NASA han detectado caídas de entre el 20% y el 30% de las emisiones de emisiones de dióxido de nitrógeno en algunas regiones de países golpeados fuertemente por el coronavirus, como Italia, China y Estados Unidos. El dióxido de nitrógeno es un gas nocivo emitido por motores de vehículos, plantas de energía y complejos industriales.
Estos y más datos denotan que la pandemia del coronavirus ha generado la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia. Pero no todo es ‘color de rosa’, porque en este mismo estudio se describe que: China y EE.UU., las dos superpotencias, han visto cómo la pandemia destruye su economía. Esto quiere decir que al regresar a la normalidad y para rescatar su economía, estas grandes potencias querrán volver a los niveles de producción anteriores al virus, así que sus líderes pueden pensar que la manera más segura de lograrlo es recurriendo a los viejos y confiables combustibles fósiles.
En el Ecuador, en el 2018, a través de un proceso participativo, se formuló la Primera Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) del país, la misma que fue presentada a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, y oficializada mediante Decreto Ejecutivo en 2019. Este instrumento de gestión de cambio climático, contiene los compromisos del país en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de la vulnerabilidad ante los efectos adversos del cambio climático.
“UNACEM Ecuador participó activamente en la construcción y desarrollo de esta iniciativa, particularmente en la propuesta de reducción de emisiones de GEI en el sector cementero, acción que ha sido reconocida y felicitada por la Subsecretaría de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Agua del Ecuador; lo cual demuestra que una industrialización sostenible es posible mediante la promoción de un uso eficiente de recursos y la adopción de tecnologías y procesos industriales limpios y ambientalmente adecuados”, puntualizó Patricio Díaz.