En general, en los últimos años también la situación de las obligaciones legales de las empresas en el país ha cambiado mucho y se exige más responsabilidad, sostenibilidad y cumplimiento por parte del Estado ecuatoriano. Hay varias organizaciones que tratan de concientizar, apoyar e incentivar el sector privado y público en sus actividades y caminos hacia la RSE. El trabajo de estos actores es muy importante, ya que crean redes que se extienden cada día más y permiten dar más importancia y peso al mismo.
Quito lleva un importante liderazgo en el tema, contando con el Consejo Metropolitano de Responsabilidad Social, que está compuesto por representantes del sector público, productivo, actores de la economía popular y solidaria, universidades y muchos más. Esta diversidad dentro del Consejo tiene todo el potencial de crear una interesante dinámica tratando de ser un espacio de diálogo y participación institucionalizado, donde los actores pueden expresarse y proponer acciones y medidas para generar un territorio competitivo y sostenible. A pesar de todo lo que se ha alcanzado, está muy claro que lo fundamental no se ha logrado todavía: crear una cultura de RSE que significa una inmanencia del tema en las gestiones empresariales en general.
La RSE sigue siendo algo limitado a un cierto círculo que en muchos casos se trata de una moda que siguen sobre todo las empresas grandes que logran proyectos de gran alcance y los correspondientes beneficios publicitarios. Las iniciativas de pymes son mucho menos conocidas y por ello sacan menos beneficio, lo cual resulta en menos motivación e interés.
Por otro lado, las pymes son marginadas en este tema porque piensan que no pueden hacer mucho debido a que no tienen mucho presupuesto. No tienen los conocimientos ni las ideas sobre RSE para poder adaptarla a su realidad y definir proyectos o estrategias que estén a su alcance. Por esto considero que el actor reglamentador, el Gobierno del Ecuador en este caso, debería crear medidas de apoyo, especialmente para pymes, y así posibilitar y reconocer esfuerzos en esta área.
Para anclar la acción responsable dentro de las gestiones empresariales es necesario dar una mano al sector empresarial. Con esto no quiero decir que el Estado es el que a la final tiene que asumir la responsabilidad para la empresa, sino mas bien, que tiene que encontrar la manera de trabajar en conjunto para aprovechar sinergias y crear nuevas dinámicas, ya que es el actor que puede definir un marco de acción dentro de una economía.
Una buena herramienta en este sentido son proyectos publico-privados que permiten perseguir fines comunes y beneficiar a todos los participantes. Crucial es que la empresa privada asuma el rol de líder en el proyecto para lograr el ownership que llevará al actor privado a asumir su compromiso y ser consciente de su rol tanto en el proyecto como en sus futuras actividades.