El primer diccionario de la reputación que se edita en el mundo ya es una realidad gracias a la implicación de Villafañe & Asociados como editores y al trabajo de una selección de líderes empresariales iberoamericanos de la que formas parte. ¿Qué te ha llevado a participar en este proyecto?
Cuando llegó la invitación, lo sentimos como un privilegio, pero también como un reconocimiento por las buenas prácticas que se impulsan desde Accenture. Por lo mismo, consideramos que era una buena oportunidad para apoyar la difusión de estos intangibles reputacionales tan importantes.
Vivimos tiempos complejos, donde en muchos lugares se cuestiona el rol de la empresa, por lo que este tipo de iniciativas ayudan a mostrar que las compañías son mucho más que simples negocios, sino que tiene un rol que trasciende lo económico y que impacta directamente en la calidad de vida de las personas, algo que en Accenture se empuja con mucha determinación.
Desde tu punto de vista como líder empresarial, ¿qué criterios debe cumplir una organización para poder ser responsable?
Como standard básico, debe ser una organización que no centra sus esfuerzos sólo en los negocios, sino que tiene una visión integral en donde todos sus stakeholders son importantes: colaboradores, clientes, proveedores, inversionistas, el ecosistema en general.
Para lograrlo es clave tener una visión 360° e integrar esa visión a nuestra cultura organizacional y visión de negocios.
En un mundo desafiante, con cambios abruptos y constantes, las organizaciones deben abrazar los cambios, no tenerles temor. De hecho, muchos cambios permiten que las compañías encuentren nuevas oportunidades, lo que las ayuda a potenciar sus capacidades, lo que a su vez les permite tener una mirada mucho más equilibrada de los cambios que pudieran venir en el futuro.
En buena parte de tus declaraciones públicas sostienes que la tecnología nos ayudará a superar la actual coyuntura social y económica. ¿Cómo han de desarrollar este concepto las organizaciones para garantizar el cumplimiento de los ODS?
Lo que ocurre es que las nuevas tecnologías están contribuyendo de manera notable a elevar los niveles de productividad de todas las industrias y en todos los países.
Cuando las empresas comienzan a mejorar y a crecer -mediante la incorporación de nuevas tecnologías- se genera una cascada de beneficios que alcanza a los colaboradores de las compañías, a sus familias, a los proveedores e incluso a las personas que buscan trabajo, ya que se abren nuevas oportunidades laborales. Es un círculo virtuoso que genera progreso, con todos los beneficios que esto conlleva, tanto a nivel social como económico.
Pero para planificar de buena manera este crecimiento en las empresas, es clave contar con una visión externa que pueda enriquecer la conversación. El uso de tecnologías a modo de silos no siempre genera crecimiento ni aumento de productividad y este error suele repetirse en muchas compañías.
¿Qué peso debe tener la comunicación de las buenas prácticas socialmente responsables de las organizaciones en su estrategia reputacional?
Es clave, porque lo que no se comunica no se conoce. El que una empresa sea reconocida por sus buenas prácticas incluso atrae a los mejores talentos.
Todos estamos buscando trabajar en un entorno donde sintamos que nuestros propios valores y buenas costumbres son parte de la organización a la que pertenecemos. Pero en este punto creo que muchas veces las empresas pecan de modestas. A veces deciden, intencionalmente, no comunicar las cosas que realizan quizás por temor a las críticas o a los cuestionamientos. Sin embargo, la vida diaria no es un noticiario donde siempre tienen prioridad las noticias negativas.
En el mundo real, las buenas noticias, los buenos ejemplos deberían primar, ya que ayudan a establecer estándares de buenas
Pero si la sociedad no conoce la contribución que las empresas realizan, se seguirá acrecentando la brecha entre lo que opina la gente de las empresas y lo que realmente las empresas son.
En la actual coyuntura tan convulsa que estamos viviendo, ¿cuáles son a tu parecer los grandes retos a los que se enfrentan las organizaciones en materia de reputación corporativa y gestión socialmente responsable?
La pandemia no solo está causando estragos sanitarios, sino que también generará mucha inestabilidad económica, algo que en muchos sectores ya se está sintiendo. Por lo tanto, uno de los retos más grandes que tendrán las empresas será seguir empujando la economía de los países, de manera que se disminuyan al máximo los efectos negativos de la crisis económica para las personas.
Es cierto que muchas compañías no podrán sobrevivir a esta crisis, pero es de esperar que sean las menos. Aquí hay una labor conjunta entre el mundo privado y el público de cara a afrontar de la mejor forma posible este tremendo desafío.
Pero con todo lo vivido a partir de la pandemia en 2020 -y en Chile desde octubre de 2019 donde se inició un estallido social importante- también nos damos cuenta de que la estabilidad aparente que nos rodea puede cambiar de un momento a otro. Por eso, las compañías tendrán que estar preparadas para adaptarse más rápido a los cambios y ser eficientes en ese proceso. Si no lo hacen, habrá un daño reputacional importante, porque la sociedad depende de las empresas para muchas de las labores que realizan diariamente, sobre todo en lo que se refiere a bienes y servicios. Por ello, será clave seguir buscando formas de eficientar sus procesos, con el cliente en el centro de sus motivaciones y planificaciones.
Y como base de esta conversación respecto a los desafíos, las empresas deberán seguir empujando el desarrollo de sus actividades dentro de un marco jurídico y económico claro, el respeto irrestricto a los valores relacionados a la libre competencia y el compromiso con el bienestar de la sociedad en su conjunto. Sin esa mirada 360°, será muy difícil afrontar de buena forma los desafíos presentes y futuros.