¿Cuál ha sido el proceso de reflexión y actuación de la ONU en referencia a los Objetivos del Milenio desde sus inicios y su evolución hasta la actualidad? Después de la década de los 90 se llegó a una autorreflexión sobre cómo afrontar las principales amenazas de la humanidad y cuál podría ser su valor añadido para resolver los problemas. Llegamos al año 2000 después de un crecimiento económico sin precedentes, con la mayor capacidad de recursos y avances tecnológicos de la historia y seguimos viendo que hay 1.200 millones de personas que aún viven bajo el umbral de la pobreza, 800 millones de personas desnutridas, 121 millones de niños sin ir a la escuela primaria; problemas que, dadas las circunstancias económicas y tecnológicas disponibles, eran inaceptables. Así, se propone crear dentro de esa Declaración del Milenio un programa orientado a objetivos concretos para poder trabajar conjuntamente con todas las agencias, resolver un poco la interposición de mandatos que existe entre ellas y mejorar en eficiencia de organización.(…)
2015 es la fecha clave marcada en la agenda para comprobar si los Objetivos del Milenio impulsados por la ONU han podido ser implementados o si aún se necesitarán más años de esfuerzo en estas materias. Para llegar a un desenlace positivo, ¿cuáles son las claves y retos para llegar a ese plazo marcado con ciertas garantías de éxito? El objetivo más importante, el octavo, es el que define responsabilidades políticas de los países ricos y pobres. Mientras se promueva este punto, la alianza global para el desarrollo, los otros siete apartados se pueden cumplir. Es imprescindible que emerja la voluntad política en cooperación y proyectos. Son, por su parte, objetivos que se retroalimentan.
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