¿Podría empezar explicándonos cómo llegaste a este mundo de la RSE y qué recuerdas de esos inicios, cómo estaba la RSE en nuestro país y tu organización en la materia?
Puedo hablar desde mi experiencia en Barcelona Activa que es la empresa en la que he visto más claramente el impacto de la responsabilidad social. Es cierto que Barcelona Activa, por su misión pública, lleva más de 30 años siendo socialmente responsable. Sin embargo, y aunque no ejercíamos una política consciente en este ámbito, sí que ha sido contemplada desde sus inicios y ha estado integrada en todas nuestras actuaciones. Sin embargo, hace dos años, en 2017, se estableció la voluntad de iniciar el primer Plan de RSC de Barcelona Activa para el que contamos con la opinión de los grupos de interés. Creíamos que era un paso necesario para dar ejemplo al ecosistema de empresas con el que trabajamos y también para aumentar nuestros propios retos y compromisos. Cabe destacar que nuestra empresa, como agencial local, ya está orientada a un modelo justo de desarrollo económico y local, de fomento del empleo, y de cubrir necesidades a la ciudadanía, desde la perspectiva de la pluralidad y la diversidad.
En esta línea, ¿cómo ha evolucionado la estrategia de RSE de su organización en estos últimos años hasta la actualidad y cuáles son, actualmente, sus principales líneas de actuación?
Creo sinceramente que una decisión importante fue sumarnos al Pacto Mundial de las Naciones Unidas que nos hizo entender con precisión que implica la responsabilidad social corporativa y también como comunicarlo interna y externamente, dándole potencia. Esta también ha sido la puerta de entrada a la Agenda 2030 y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ya que nos ha ayudado a una mayor comprensión de los objetivos de este gran reto global. Fruto de ello, durante el 2018 y el 2019 hemos recibido varios reconocimientos de buenas prácticas vinculadas a los Ods. Finalmente, en abril de 2019 tuvimos la satisfacción de publicar nuestra primera Memoria RSC, que sigue el estándar GRI.
¿Puede poner ejemplos, citar buenas prácticas de su organización en estos temas?
Por ejemplo, el Pacto Mundial ha reconocido la aportación que hacemos al ODS 8 con nuestro proyecto Punto de Defensa de Derechos Laborales, que tiene como objetivo asesorar a la ciudadanía para combatir las prácticas de precariedad en el empleo. También han reconocido nuestra política de formación y sensibilización en materia de Igualdad de Género (ODS 5), y nuestro programa interno ‘Actívate con salud’ para la promoción de la Salud y el Bienestar de la plantilla (ODS 3). Otros reconocimientos han sido en relación a nuestra política de Gestión de Residuos de Barcelona Activa, en relación al ODS 11. Pero no queremos quedarnos solo con la idea de los premios ni de los reconocimientos, sino que queremos pensar que estas medidas tienen un impacto real en la sociedad, mejorándola, revertiendo las disfunciones en más equidad y mejores resultados sociales.
¿Qué papel tiene en la misma la comunicación de la RSE, qué destacaría de la misma?
Es clave, porque podemos dar ejemplo a otros y demostrar que vale la pena el esfuerzo de impulsar políticas en RSC. Además, es fundamental que nuestros 5 principales grupos de interés conozcan todo lo que llevamos a cabo y por ello hemos hecho dos estudios de materialidad con ellos. Además, nuestra memoria RSC permite ver la evolución de nuestros logros como empresa socialmente responsable
¿Cuáles son las principales ventajas y beneficios de apostar por la RSE?
No me gusta hablar de ventajas y beneficios, porque creo que no es el punto de análisis correcto. Creo que a día de hoy y en el actual contexto no es concebible ninguna actividad económica que no tenga en cuenta el impacto que genera en el territorio, como afecta a las personas o en el medio ambiente. Si aun así queremos hablar de beneficios, qué mayor ventaja que contribuir al bien común y a crear un mundo mejor y una Tierra más sostenible.
¿Cuáles son, en su opinión, los principales errores que se siguen cometiendo en la actualidad en torno a la RSE y cómo subsanarlos?
El error es precisamente encajar la estrategia en clave de los beneficios económicos e incluso competitivos que se obtienen de una política socialmente más responsable. Ciertamente una buena imagen en cuanto a responsabilidad social es muy positivo para atraer a los consumidores, cada vez más exigentes en este sentido. Pero si nos quedamos en el marketing nunca será una política sostenible y hará aguas por todos lados. Quedaremos expuestos/as a la mínima de cambio.
Aún se oye en determinados foros y personas que las empresas ‘hacen’ RSE por cosmética, por lavado de imagen, por greenwashing, ¿qué opina de ello y cómo revertir la situación?
Está relacionado con el punto anterior. Es vital que cada empresa conozca que, a largo plazo, las buenas acciones en esta materia tendrán mucho más impacto, tanto para sus consumidores como para la sociedad.
¿Cómo están fomentando en su organización la comunicación y el diálogo con los grupos de interés, ¿cómo lo llevan a cabo y cuáles son las principales buenas prácticas qué destacaría?
Hasta ahora hemos realizado dos estudios de materialidad. Uno en 2017 para ejecutar el primer plan de RSC y otro en el 2018 para la publicación de nuestra primera memoria. Nuestra intención es contar de nuevo con ellos para la elaboración del nuevo plan de RSC que debemos empezar a plantear el año que viene. Nuestra trayectoria de colaboración con terceros es larga y nuestra política de RSC no hacer más que apuntalar esta estrategia.
Finalmente, ¿cuáles son, en su opinión, los retos y desafíos de la RSE en nuestro país?
Los retos, teniendo en cuenta las previsiones y parámetros con los que trabajamos, es la aplicación de la Agenda 2030 y la contribución a los ODS que la hará posible. En nuestro caso, es interesante ver cómo inciden los pequeños cambios en las realidades macro, tanto económicas como sociales. Nos gusta pensar que con nuestro empuje contribuiremos a una economía local y global más justa, que nos permitirá seguir creando y generando riqueza, sin dañar ni al medio ambiente ni a las personas.
¿Y los retos de su organización? ¿Cómo los piensan llevar a cabo?
Nuestro próximo gran reto es la integración real de los ODS en nuestro plan estratégico, con el establecimiento de los indicadores que nos permitan medir nuestro grado de contribución a ellos.
También es fundamental para nosotros seguir dando ejemplo con nuestras actuaciones y facilitar que las empresas de nuestro ecosistema incorporen la perspectiva RSC. Para ello desarrollamos nuestro programa Empresas Responsables de Barcelona que, a través de asesoramiento y formación, tiene como objetivo promover y facilitar la integración de la Responsabilidad Social en la estrategia de negocio de las empresas participantes, a partir de un plan de acción que incorpore esta perspectiva en todas las áreas de la empresa. Es un programa gratuito que está teniendo mucho éxito y que consideramos que es la evidencia del compromiso cada vez más creciente de las empresas en esta materia.