Entrevista con Ana López-Casero, tesorera y miembro del Comité Directivo del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, para charlar sobre las actuaciones llevadas a cabo desde su organización para paliar los efectos provocados por la crisis del COVID-19 así como sobre las líneas estratégicas de su política de sostenibilidad y responsabilidad social corporativa.
Desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos habéis presentado un balance de actuaciones con todas las acciones llevadas a cabo durante la crisis del COVID- 19. ¿Cuáles han sido las más destacadas?
Esta crisis ha demostrado lo esenciales que son todos los farmacéuticos pero también la farmacia española dentro del Sistema Nacional de Salud, que ha jugado un papel sanitario y también social muy importante. De todas las acciones que hemos hecho, más de treinta y cinco acciones que están reflejadas en nuestro balance, hay varias que a mí me parecen muy relevantes porque han sacado y han desarrollado la raza, la verdadera raza sanitaria de los farmacéuticos de este país y la fortaleza que tiene el modelo de farmacia español que es muchísima. Y eso es algo que tenemos los ciudadanos como una conquista social y tenemos que ser conscientes de ello y hacerlo valer.
Nuestro primer objetivo fue que ningún ciudadano se quedara sin su medicamento y sin su tratamiento y diseñamos muchas soluciones que tenían que ver con el acceso a los medicamentos. Primero se dieron muchas soluciones tecnológicas. Teníamos que introducir cambios en las recetas electrónicas para que las personas no tuvieran que ir al centro de salud a renovar su medicación, para que no tuvieran que ir a renovar sus visados, un trámite administrativo necesario para que las personas con tratamientos crónicos pudieran acceder a medicaciones. Es decir, se hizo toda una labor de implantación de soluciones tecnológicas a toda velocidad, conjuntamente con las comunidades autónomas y con las administraciones sanitarias, para que los ciudadanos no tuvieran que ir al centro de salud a hacer este tipo de trámites. Eso por un lado.
Por otro lado, también aceleramos la implantación de soluciones tecnológicas, también para recetas privadas, porque claro, en este país tenemos un sistema sanitario público, pero también hay muchos ciudadanos que acuden al sistema privado. Y ahí hemos hecho una labor enorme de digitalización rapidísima para que todos los ciudadanos con asistencia privada pudieran tener esas soluciones con el máximo rigor y con toda la seguridad, etcétera.
Y luego quiero destacar dos muy importantes. Diseñamos un protocolo muy interesante también y necesario para poder entregar y para poder desarrollar una atención farmacéutica domiciliaria. ¿Qué es esto? Es poder dispensar los medicamentos en el domicilio del propio ciudadano para que no tuviera que desplazarse y además hacerlo con todas las garantías, como si fueran a una farmacia. No se trata de una entrega, y ya está, sino que hay que seguir un protocolo adecuado, con un farmacéutico, etcétera. Ahí contamos, además, en el caso que el farmacéutico no se pudiera desplazar, con la ayuda de voluntarios de Cáritas y de Cruz Roja. Con los que firmamos un convenio a nivel nacional para poder unir fuerzas, sinergias y poder llegar a todo el mundo y de forma muy especial a los colectivos más vulnerables.
Y por último, también quiero destacar otra iniciativa muy interesante. Teníamos el problema de que los ciudadanos no podían ir a los hospitales a recoger medicación y hay determinadas patologías cuya medicación se dispensa en los servicios de farmacia hospitalaria, que son también farmacéuticos y hacen una labor además encomiable. En este caso nos pusimos de acuerdo para dispensar de forma colaborativa con ellos los medicamentos de la farmacia, para que el ciudadano no tuviera que ir al hospital. Es decir, la dispensación o la colaboración en la dispensación con los farmacéuticos de hospital para que no tuviera que ir el paciente al hospital a recogerlo, todo la entrega y dispensación de medicamentos a domicilio, la implantación de soluciones tecnológicas. Todo eso lo hicimos para que ningún ciudadano se quedara sin su medicación. Y luego, desde el punto de vista social y desde el punto de vista de capacitación de nuestros profesionales, también lo hemos hecho varias cosas.
Ahora entraré un poco más en detalle pero, por enunciarlo, destaco la iniciativa Mascarilla-19, para poder ayudar a las víctimas de violencia de género, la colaboración con el Ministerio del Interior para la detección de personas vulnerables que no acudían a la farmacia a recoger su medicación y el trabajo con las organizaciones de pacientes, que también hemos estado con ellos en toda la pandemia. Esto es lo que hemos hecho con todos los ciudadanos. En cuanto a lo que hemos hecho con nuestros farmacéuticos, necesitábamos que la red de 74.000 farmacéuticos que tenemos fuese un ejército al servicio de la sanidad española. Y así nos lo tomamos, con esa vocación de servicio que tenemos desde el Consejo General hemos hecho: 4 informes técnicos, 12 videoconsejos, un documento de preguntas y respuestas enorme, 10 infografías, cursos de formación, desarrollo de protocolos de colaboración. Hemos hecho un montón de actividades, de documentación para capacitarles y que fuesen esa primera línea de batalla, que fuesen los mejor formados.
Habéis sido uno de los colectivos, por desgracia, más afectados y uno de los colectivos esenciales para frenar la propagación del virus también, ¿cómo habéis vivido esta crisis?
Todos los farmacéuticos en todas las modalidades de ejercicio de salud pública, de análisis clínico que estaban trabajando en los hospitales, nuestros compañeros de hospitales….todos han hecho una labor encomiable. Pero es verdad que en la farmacia comunitaria con los 54.000 profesionales que trabaja en la oficina de farmacia o farmacia comunitaria han estado en este momento en primera línea de batalla. Eso, desgraciadamente, lo hemos vivido por un lado como una gran responsabilidad pero también con mucha inquietud porque hemos tenido muchos problemas para protegernos y ahí está el impacto y las cifras que nos dicen que hemos estado en primera línea. Hemos tenido en los picos más altos 65 farmacias cerradas, 21 compañeros fallecidos, de los cuales 18 eran farmacéuticos y 3 han sido técnicos auxiliares en farmacia, que también son miembros del equipo de la farmacia, y hasta 493 afectados, que sepamos. Nosotros desde el Consejo General hicimos un Registro para poder llevar un control de cómo estaba impactando en la vida de nuestros profesionales y estos son datos que nos han hecho llegar a los colegios. Así que ahí están los datos.
Nuestro máximo homenaje a todos los farmacéuticos que, con su vocación de servicio y en pleno desarrollo de sus funciones, se han ha dejado la vida. Hemos hecho todo lo posible desde el Consejo General para que se pudieran proteger y, al final, después de pedirle protección muchas veces al gobierno, que no nos la administró, nos hemos buscado nosotros los contactos para poderlo hacer. Pero es verdad que la farmacia está en primera línea y ha querido estarlo y, además, como decía antes, es la fortaleza que tiene el Sistema Nacional de Salud español, que cuenta con una farmacia que es un establecimiento sanitario con un nivel asistencial más, con una vocación de servicio público muy importante, que es un pilar esencial desde el punto de vista sanitario y social. Y ahí está el ejemplo y, desgraciadamente, también el impacto.
Solo en el primer mes de confinamiento más de 30 millones de españoles han acudido a su farmacia. Y, además, de vuestra labor habitual habéis realizado una gran labor informativa frente al coronavirus, ¿en qué ha consistido?
Efectivamente, hemos querido también pedir la confianza y, sobre todo, testar la opinión de todo el pueblo español. Hicimos una encuesta bastante amplia a más de 3000 personas, y nos mostraron que el 93% de la población española respaldaba a la oficina de farmacia y a la farmacia comunitaria española como el establecimiento sanitario donde han acudido con más frecuencia y, además, donde más han adquirido información sobre el coronavirus y sobre otras cosas. Como digo, es la fortaleza que tiene nuestra farmacia. Y en esta encuesta también aparecía que 850.000 personas se han beneficiado de este servicio de atención farmacéutica domiciliaria y más de 9.000 pacientes se habrían beneficiado también esta dispensación colaborativa con hospitales, etcétera.
Hemos ofrecido a la población documentos de preguntas y respuestas y los hemos colgado en la web, donde tenemos una parte pública para que ellos puedan consultar. También en las redes sociales hemos hecho una gran labor de divulgación eliminando bulos, porque la verdad es que había muchas fake y creo que, como corporación y como organización profesional, la ética y el rigor de la información es algo que es un derecho del ciudadano. Y nosotros hemos querido también ahí poner un poquito de orden y hemos eliminado muchas fake, muchos bulos y hemos hecho una labor informativa muy importante a la propia poblacióncon infografías, con webinar abiertos al público, con los propios pacientes, con una campaña sobre la importancis del uso de la mascarilla…Hemos hecho muchas cosas para poder dar a los ciudadanos esa formación y esa información necesaria para que ellos puedan tener un control sobre su salud.
Desde la Organización Farmacéutica Colegial también habéis adquirido un compromiso con los más vulnerables con acciones que nombrabas antes como Mascarilla-19 ¿en qué consiste exactamente?
Desde hace tiempo la Red de Farmacias Españolas es miembro del Pacto Nacional contra la Violencia de Género y desde hace tiempo también dentro de nuestra política de responsabilidad social corporativa queremos potenciar que el farmacéutico, en todos sus ámbitos profesionales y en todas sus modalidades de ejercicio participe, pero también que la farmacia comunitaria ser un motor de transformación social. Creemos que tiene mucho impacto que se desarrolle toda esa capacitación social de nuestros profesionales. Y precisamente por llevar muy interiorizado esa función social y esa vocación social, además de sanitaria, que es algo que va muy unido, en esta pandemia, a iniciativa de varios colegios de farmacéuticos de la Comunidad Autónoma de Canarias, se desarrolló una iniciativa que se llamaba Mascarilla- 19.
Consiste en un protocolo muy sencillo, la persona que sufre de violencia de género va a la farmacia y sólo con decir palabras “Mascarilla- 19” se activa un protocolo de colaboración. El propio farmacéutico (en cada comunidad es un teléfono diferente) se pone en contacto con las autoridades y ahí se pone todo en marcha para atender a las víctimas de violencia de género. Es decir, con una pequeña intervención del farmacéutico podemos estar al lado de esas personas, además en este confinamiento han vivido situaciones muy complicadas, muy duras y de vulnerabilidad extrema. Como todas las farmacias están a diez minutos de la casa de cada uno, pues esa capilaridad tan característica de la farmacia española se ha puesto al servicio de los más vulnerables. Mascarilla-19 ha tenido mucha repercusión en todas las comunidades autónomas y hay hasta 16.000 farmacias que han participado de forma activa, o bien con información o bien con alguna intervención. Es verdad que no tenemos datos todavía de las intervenciones que se han hecho, estamos en ello, pero es una iniciativa que creo que es muy interesante. Y, por cierto, copiada en muchos países de Europa y en Latinoamérica, cada uno le ha puesto su nombre, pero copiada en muchos países. Hemos sido referentes en este tema.
Otra de las iniciativas que también ha sido muy interesante desde el punto de vista social ha sido la colaboración con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Con ellos hemos puesto en marcha un protocolo de colaboración para detectar personas que hacía tiempo que no recogían su medicación. Nosotros dábamos la voz de alarma porque, probablemente, podían ser personas que si vivían solas pues quizás estaban enfermos o tenían algún problema. Y ahí hemos actuado como sensores sociales y esa es otra de las cosas que ponemos a disposición de todo el pueblo español y de todo el Sistema Nacional de Salud y el sistema social. La farmacia española también puede actuar como sensor social, en su justa dimensión, siempre colaborando con todos, pero son fortalezas que sumando todos al final conseguimos soluciones para estar al lado de los que más lo necesitan. En este caso las personas mayores, dependientes… También estamos haciendo ahora un registro de todas estas actuaciones.
La pandemia ha sido un momento donde hemos podido mostrar muchas cosas que siempre veníamos diciendo pero que, al final, como decía antes, la mejor palabra es el ejemplo. Y ahí tenemos el ejemplo de que lo que queremos hacer es trabajar más, trabajar mejor, trabajar con todos, siempre en beneficio del ciudadano, del paciente, de nuestros profesionales sanitarios y también de nuestro país, porque es al que nos debemos y llevando no solo una actuación sanitaria, por la que se nos conoce, sino también social.
¿Cómo se engloban todas estas acciones dentro de vuestra política de responsabilidad social corporativa?
El Consejo General de Farmacéuticos, que es la Corporación de Derecho Público que tiene el honor de representar a todos los farmacéuticos de este país, tiene una política de responsabilidad social corporativa desde hace muchos años. El objetivo fundamental de esta política es crear valor a todos nuestros grupos de interés, no sólo a los farmacéuticos colegiados, que son 74.000, y a las administraciones públicas, que son uno de nuestros grupos de interés más importante, sino a todos. Es decir, a toda la sociedad, a todos los profesionales sanitarios, al resto de profesiones sanitarias, enfermeros, médicos….en fin, a todos. Y luego también a todos los agentes y las instituciones de nuestro sector.
Desde hace tiempo el Consejo General de Farmacéuticos lleva y desarrolla una política de responsabilidad social corporativa que quiere mostrar a los farmacéuticos como un motor de cambio social, que quiere impactar más desde el punto de vista social, quiere innovar en su acción y quiere impulsar sobre todo la acción social de todos los farmacéuticos ante a todos los grupos de interés. Para nosotros la pandemia ha sido un escenario donde se ha podido desplegar con toda su potencialidad la política de responsabilidad social corporativa que lleva este Consejo General, porque nos ha permitido trabajar por, con y para las asociaciones de pacientes, con las que hemos podido desarrollar un manifiesto que se llama “Atención integral al paciente crónico y complejo”. Hemos tenido muchas reuniones con ellos, hemos desarrollado este manifiesto con ellos, nos hemos comprometido porque queremos ayudarles a que su voz llegue mucho más y nos ha permitido trabajar en pro de las personas más vulnerables. Como comentaba antes, con Caritas y Cruz Roja para que podamos hacer una atención farmacéutica domiciliaria con sus voluntarios, con el Ministerio del Interior para ser sensores sociales o en iniciativas como Mascarilla- 19 para ayudar a las víctimas de violencia de género.
Todo al final lo resumo en que la pandemia ha sido un escenario donde hemos podido desplegar mucho más toda nuestra política de responsabilidad social corporativa. Y el año pasado que concretamente pusimos en marcha toda una estrategia alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, bueno, pues varios de estos Objetivos de Desarrollo Sostenible han estado presentes. Nuestras líneas estratégicas son sencillas pero su alcance son la equidad y la igualdad, la diversidad, la sostenibilidad y el bienestar social y progreso económico por decirlo de una manera muy rápida. Pero para nosotros la responsabilidad social corporativa es algo que está en el corazón, en el alma, no solo del farmacéutico, sino también de toda la organización farmacéutica colegial. Y vamos a seguir, además, desarrollando muchísimo toda esta línea de trabajo porque es una de nuestras líneas maestras del plan estratégico que se desarrolló el año pasado por el comité directivo. Se llama “Somos farmacéuticos” y trata de desarrollar esa hoja de ruta inspiradora, pero también potente y de mucho alcance que hemos estructurado en tres pilares: somos farmacéuticos y queremos ser asistenciales, digitales y sociales. Y en esos tres pilares nosotros tenemos muchas acciones, concretamente toda nuestra política de RSC está en esa línea estratégica de somos sociales. Y a partir de ahora avanzo que vamos a dar mucha guerra aquí y vamos a hacer muchas cosas porque creemos que podemos hacerlo y lo queremos poner al servicio de todos
¿Cómo vas a afrontar el futuro en materia de sostenibilidad y responsabilidad social una vez haya pasado esta crisis?
Precisamente en este momento estamos desarrollando esta estrategia social que pretende desarrollar todo lo que es la farmacia social y el año pasado hicimos nuestros pinitos, partiendo de la política de RSC que lleva ya muchos años en el Consejo. Somos miembros del Pacto Mundial, nuestra memoria de sostenibilidad se hace siempre con los estándares GRI, es decir la política de la sostenibilidad la tenemos interiorizada en la organización. Pero queremos dar un paso más y, además de la política que teníamos ya implantada, con lo vivido esta pandemia queremos diseñar una estrategia muy aterrizada, alineada con todos los objetivos de Desarrollo Sostenible. Y, con mucha probabilidad, vamos a hacer una guía de ODS para todos los farmacéuticos y apostaría también que dentro de un año, si volvemos a hablar, te pudiera decir todas las cosas que hemos hecho en toda la red de colegios farmacéuticos de este país en pro de eso Objetivos de Desarrollo Sostenible, con los que estamos muy comprometidos. Así que te emplazo a que dentro de un año podamos hablar y esa política de RSC, hayamos podido desarrollarla, crearla y convertirla en acciones de impacto social y, sobre todo, en acciones de esperanza y de futuro que hace mucha falta.
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