¿Qué importancia tiene para vuestra empresa y sector abordar los derechos humanos? ¿De qué modo consideráis que os aporta formar parte del LabS de Derechos Humanos impulsado por SERES?
Para Meliá Hotels International como empresa la importancia es alta por numerosos motivos. En primer lugar, porque contamos con unos valores corporativos de origen familiar muy arraigados. En segundo término, porque tenemos un compromiso firme para avanzar en un modelo de gestión hotelero que integre criterios éticos y responsables en una gestión que, a fecha de hoy, se extiende a más de 40 países.
A este respecto, contamos con procesos internos que nos permiten gestionar diferentes ámbitos que inciden de forma directa en los derechos humanos. Por otro lado, hemos asumido compromisos públicos en la materia y que están reflejados tanto en nuestro Código Ético corporativo como en el Código Ético del Proveedor y, por supuesto, en nuestra Política de Derechos Humanos.
Es cierto que la gestión de los ámbitos relacionados con esta materia siempre ha estado presente en la compañía, desde la firma y publicación de nuestra Política de Derechos Humanos, hemos ido formalizando su gestión de forma interna. Este es un aspecto muy importante debido, precisamente, a la necesidad de abordar la debida diligencia dado el nuevo contexto regulatorio procedente de la Unión Europea.
Y en cuanto a nuestra participación en el LabS de DD.HH. impulsado por SERES tenemos claro que nos aporta mucho. Nos permite conocer tendencias, enfoques, mejores prácticas y, sobre todo, compartir conocimiento y experiencias con otras empresas SERES con compromiso y de las que podemos aprender mucho. Es un excelente entorno para estar informado, compartir y avanzar.
¿De qué modo tu compañía apuesta por las buenas prácticas socialmente responsables en materia de DD.HH.? ¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución hasta la actualidad? ¿Y alguna buena práctica con los objetivos que persigue? ¿Cómo medís vuestro avance?
Más que apostar por prácticas responsables en esta materia desde una perspectiva vertical, lo que queremos es avanzar en prácticas responsables de gestión que impacten de forma positiva en los derechos humanos de forma transversal. Como comentábamos anteriormente, es una materia muy amplia en cuya gestión participan muchísimas áreas de la compañía.
El resultado de los avances en cada una de ellas, desde la perspectiva de los derechos humanos, es lo que permite estructurar y consolidar un modelo de gestión completo y respetuoso con estos derechos. Además, como compañía hemos ido adquiriendo compromisos públicos más ambiciosos y participamos en foros específicos para ir avanzando y mejorando nuestro modelo de gestión. Creemos que tratar el asunto de forma transversal nos permite avanzar más y mejor porque implicamos a toda nuestra cadena de valor. Este punto es, en definitiva, el gran reto de la debida diligencia.
Así, desde el año 2006, año en el que fuimos la primera Compañía turística española en firmar el Código ECPAT, a esta parte, los avances han sido importantes. En el 2008 nos adherimos a la Red Española de Pacto Mundial. En 2018 pasamos a ser socios signatory. Este es un hecho importante ya que, a través de la profundización en los 10 Principios de Pacto Mundial, empezamos a tener un enfoque cada vez más claro sobre el respeto de este ámbito en un entorno empresarial.
Un hito clave para nosotros fue el año 2012, año en el que aprobamos nuestro primer Código Ético, que establecía nuestras pautas de comportamiento a nivel global y que, de forma directa, incidía en los derechos humanos. Así, y recogiendo los aprendizajes adquiridos con el tiempo, es en 2018 cuando aprobamos nuestra Política de Derechos Humanos. Esta política recoge, con alcance global, compromisos específicos y dando cobertura a todos los ámbitos relevantes.
De hecho, nuestros grupos de interés consideran los derechos humanos un asunto material, como queda recogido en el Análisis de Materialidad de la Compañía. En este año publicamos también nuestro Código Ético del Proveedor, con mención y compromisos expresos para nuestra cadena de suministro.
Sin duda, la aprobación de la política supuso un punto de inflexión para nosotros ya que nos animó a realizar un autodiagnóstico para conocer el grado de conocimiento e implantación de los principios de nuestra política en los hoteles. Su desarrollo nos ha permitido recabar mucha y buena información sobre la materia desde la perspectiva de las unidades de negocio, identificar oportunidades de mejora y confirmar buenas pautas de gestión en diferentes ámbitos.
En cuanto a la medición de los avances, además de la medición interna, nuestra participación desde 2018 en el Corporate Sustainability Assessment de S&P Global, índice de referencia internacional en materia de ESG y que tiene un foco específico en Derechos Humanos, nos permite comparar nuestro modelo con los de otras compañías.
Este es un factor importante ya que este es un índice de referencia tremendamente exigente y riguroso. Contamos así con una visión externa, crítica y que evalúa el performance constante de las empresas. En este índice contamos con 95 puntos sobre 100, siendo Best in Class en la industria Hotels, Resorts & Cruise lines.
¿Cuál es la situación actual de la gestión de los Derechos Humanos en España y en los territorios en los que operan las empresas españolas y sus principales barreras y obstáculos?
La gestión de los derechos humanos en las empresas está ganando peso, al menos, en cuanto a políticas y compromisos. Es un ámbito sobre el que los mercados, inversores y la sociedad en general exige cada vez más a las empresas planteamientos, posicionamiento y compromisos claros. Sin embargo, aunque los avances son positivos en cuanto a este aspecto existen importantes retos por delante en cuanto a medición se refiere. De hecho, el reto de la medición del impacto es un reto que se hace extensivo a la práctica totalidad de los aspectos vinculados con el acrónimo ESG. Los derechos humanos no son una excepción.
En relación con este punto, la Red Española del Pacto Mundial, entidad de referencia en gestión de derechos humanos para la empresa, publicó a finales de 2019 la guía Empresas y Derechos Humanos: acciones y casos de éxito en el marco de la Agenda 2030.
Este estudio, además de ofrecer buenas prácticas de empresas con compromisos claros, permite conocer de primera mano el estado del arte en la materia, su vínculo directo con los ODS y otras reflexiones muy interesantes. Según el estudio, y en el caso de España, el 82% de las empresas adheridas a la red española cuentan actualmente con políticas o prácticas en derechos humanos. En caso de las pymes, la cifra es del 62%. Dado el enorme peso que tienen las pymes en el tejido empresarial español, ahí tenemos un reto en sí mismo.
Pero donde existe una enorme oportunidad de mejora es, precisamente, en la medición o evaluación del impacto. El estudio indica que sólo un 8% de las empresas españolas lo hacen. El dato asciende al 10% en el caso de empresas adheridas al Pacto Mundial. El estudio, asimismo, hace referencia también a las empresas que forman parte del IBEX 35. El 43% de las empresas cotizadas indican que realizan evaluaciones de impacto y, de ellas, el 29% lo hace a través de un proceso de debida diligencia acorde a las pautas que establecen los principios rectores definidos por Pacto Mundial.
Aunque existe amplio margen de mejora, estoy convencido de que la nueva directiva europea de debida diligencia supondrá un factor acelerador que incluso puede llevar a que empresas planteen cambios en sus modelos de gestión además de ser más exigentes en cuanto a la rendición de cuentas e información pública. Este nuevo entorno las empresas tendrán que destinar recursos para avanzar en esta materia para impulsar su conocimiento, potenciar la formación de los equipos y, en definitiva, para integrar en la gestión la dimensión de los derechos humanos.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos/oportunidades de tu organización en materia de gestión responsable de los DD.HH.?
En relación con el sector, los retos son importantes dado que el turismo es un sector con un peso muy importante en el desarrollo socioeconómico en decenas de países, muy intensivo en cuanto a personas implicadas de forma directa e indirecta, con estrechos vínculos con las comunidades locales y, por supuesto, con el entorno medioambiental.
En este sentido, considero que sin duda este es un ámbito clave dada la enorme transversalidad de los asuntos asociados a la gestión de los derechos humanos como pueden ser la no discriminación, el trato equitativo y justo, la diversidad, los derechos laborales, la necesidad de proteger y cuidar el entorno, entre otros. Sin duda alguna, la primera fase es entender bien cómo se pueden abordar estos derechos desde la perspectiva de las empresas y establecer pautas de gestión para protegerlos, defenderlos y corregir aquello que sea necesario.
El primer gran reto será profundizar en el nuevo marco de referencia definido por la directiva europea. Aunque está basado en los Principios Rectores de la ONU y la Guía sobre Debida Diligencia de la OCDE, abrirá un nuevo contexto con exigencias, directrices y pautas que habrá que estudiar con detalle. Como consecuencia, realizaremos una labor de contraste del grado de alineamiento de nuestro propio modelo de gestión con las pautas y directrices que la nueva directiva marque.
Un punto muy necesario para cualquier compañía será avanzar en formación específica y sensibilización para que el concepto, y las numerosas dimensiones que lo componen, sea comprendido y entendido por todos aquellos que puedan incidir en su mejor gestión. Por último, debemos impulsar su conocimiento a través de la cadena de suministro. En definitiva, debemos ver este ámbito como una oportunidad para mejorar la gestión de las empresas y de sus cadenas de valor.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Impulsando la gestión en DDHH, realizado en alianza con Fundación Seres.