¿Cómo ha visto la evolución de la RSE estos últimos cinco años? ¿Y la de su organización?
En estos años la RSE se ha consolidado como un elemento imprescindible en la estrategia de las empresas. La empresa y la sociedad forman parte de un mismo mundo y tienen un futuro compartido.
En este contexto, las empresas somos un actor más y tenemos un papel en la sociedad. Dialogamos con nuestros interlocutores, asumimos compromisos, incorporamos a nuestra gestión procesos que permiten el control y la mejora, y rendimos cuentas de forma transparente con el objetivo de contribuir a una sociedad más justa y equitativa.
Además, las administraciones públicas han dado un espaldarazo a este concepto de RSE que cada vez es más relevante en la gestión empresarial. Iniciativas recientes, como la Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas 2014-2020, el Plan Nacional de Derechos Humanos y Empresa, o el Código Unificado de Buen Gobierno aprobado por la CNMV, han supuesto en España un avance en la materia. A ello se suma, entre otras, la directiva de información no financiera y diversidad que la Comisión Europea aprobó en 2014, y cuya trasposición a la normativa los países se está produciendo en estos años.
En el Santander la RSE se ha consolidado como un factor elemental en nuestra estrategia. Presentamos nuestro primer Plan de Responsabilidad Social Corporativa en el año 2002, situándonos entre las empresas pioneras en este ámbito en España. Y desde entonces no hemos dejado de avanzar, siempre desde la escucha activa y el diálogo con nuestros grupos de interés, a partir del que establecemos numerosos compromisos y objetivos estratégicos con el objetivo de crear valor a largo plazo.
Una gestión que nos ha llevado un año más a renovar nuestra presencia en el Dow Jones Sustainability Index (DJSI), donde el Santander ha sido reconocido como uno de los 10 mejores bancos del mundo por segundo año consecutivo, y el primero en España. Este índice ha valorado con la máxima puntuación (100) la gestión de su huella ambiental, su posicionamiento en la financiación de energías renovables y eficiencia energética, y sus programas y actividades de inclusión financiera, entre otros aspectos. A esto se añade el compromiso que el banco tiene con las comunidades donde está presente, y que durante 2016 se ha materializado en una inversión social de 209 millones de euros.
¿Hacia dónde se encaminan los retos globales de la RSE? ¿Y los de su organización?
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas son un reto con el que nos debemos implicar todos.
En el caso del Santander contribuimos a la consecución de estos objetivos a través de nuestras actividades de negocio y nuestros programas de inversión en la comunidad, con especial foco en salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, trabajo decente y crecimiento económico, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsable, y acción por el clima.
El Santander realiza además periódicamente un análisis para identificar aquellos aspectos sociales, ambientales y de comportamiento ético más relevantes para sus distintos grupos de interés en un proceso que ayuda a definir los contenidos del informe y la agenda general de Sostenibilidad. Es un proceso de análisis sistemático al que se une el diálogo antes mencionado con los grupos de interés, y con todo ello se establecen las prioridades de actuación del banco en materia de Sostenibilidad.
*Contenido publicado previamente en la Revista Corresponsables 50.