Con la llegada de un nuevo año también llega el momento de hacer balance del anterior. En esta entrevista con Antoni Ballabriga, el director global de Negocio Responsable de BBVA nos habla sobre la evolución de la RSE en los últimos años, sus retos y tendencias.
¿Cómo has visto la evolución de la RSE estos últimos 5 años? ¿Y la de tu organización?
La RSE evoluciona positivamente en España. En los últimos años se han producido importantes avances a nivel mundial, que han permitido situar a la RSE en un plano más estratégico dentro de las empresas. Los avances son muchos y variados, pero merece la pena que nos fijemos en algunos de los grandes hitos de los últimos cinco o seis años
El lanzamiento del Marco de Derechos Humanos y Empresa de la ONU en 2011 fue un avance fundamental que generó importantes cambios en las grandes corporaciones. En años posteriores a su lanzamiento se pusieron en práctica sistemas de gestión de riesgo que hoy sirven para identificar, prevenir y contrarrestar impactos negativos en materia de Derechos Humanos.
Por otro lado la publicación de nuevas versiones de marcos e indicadores de reporte y gestión como el G4 del GRI o la tercera versión de los principios de Ecuador son fundamentales para una medición más uniforme del impacto de las corporaciones en el mundo.
En temas más concretos fue interesante el lanzamiento de nuevos índices de sostenibilidad como el Social Stock Exchange en el Reino Unido, la primera bolsa de valores para conectar el mercado financiero con las inversiones de impacto social o la globalización del movimiento B Corp, las empresas creadas para tener un impacto positivo en el mundo. Este movimiento iniciado en USA a principios del milenio entró con fuerza en Europa en 2014 y cuenta ya con de más de 2.000 empresas en 50 países y 130 sectores.
El año 2015 fue, sin duda, un año importante para la RSE pues en él se produjo la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por parte de las Naciones Unidas; la ratificación del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático; la publicación de la Directiva Europea sobre divulgación de información no financiera; y la reforma del Código de Buen Gobierno de la CNMV. Estos cuatro grandes hitos han tenido un impacto directo y fundamental en cómo se vive la RSE en las grandes empresas.
¿Cómo ha afrontado BBVA estos avances?
En BBVA hemos dado los pasos necesarios para adaptarnos a esta nueva realidad y nos hemos enfocado en la necesidad de desarrollar nuestra actividad principal, la financiera, de forma responsable.
La función de Negocio Responsable es cada vez más transversal y el departamento juega diferentes roles: En primera línea juega el papel de principal promotor de los temas más tradicionales como son el impulso de programas sociales o medioambientales, el reporting, la gestión del riesgo reputacional, etc… En una segunda línea juega el papel de ayudar y retar a otras funciones para que sitúen a las personas en el centro de todos los procesos de decisión y diseñar estándares para que la actividad de la compañía sea realmente responsable. Esto implica trabajar de forma muy cercana con prácticamente todas las funciones, desde las más vinculadas a la cadena de valor (compras, marketing, soluciones para el cliente) hasta las funciones de apoyo como RRHH, riesgos o cumplimiento.
Además renovamos nuestro modelo de Governance, que desde ya hace 5 años implica a los principales directivos de BBVA en la decisión y supervisión de las políticas de responsabilidad Corporativa
¿Hacia dónde se encaminan los retos globales de la RSE? ¿Y los de tu organización?
En primer lugar, muchas compañías estamos trabajando para encajar las iniciativas existentes en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y desarrollar otras para cumplir los objetivos marcados por Naciones Unidas para 2030.
Una segunda tendencia, a nivel general, está relacionada con la información no financiera. Aunque, en la actualidad, muchas empresas ya estamos reportando la información no financiera, creo que la directiva europea va a reforzar que cada vez sea más integrada y a buscar métricas que sean comparables.
La tercera y muy importante para nosotros tiene que ver con la integración de la RSE en los criterios de nuestros inversores, claramente la compañía crea valor en estos temas.
Para nosotros sin duda uno de los grandes retos es reconquistar la confianza de la sociedad en el sector financiero y estamos trabajando mano a mano con los equipos de negocio para conseguirlo.
¿Cuáles son las claves del éxito de la comunicación de la RSE y cómo las lleváis a la práctica?
En BBVA creemos que la función RSE debe difundirse, además de hacer hay que contar. Por otro lado creemos que la comunicación de la RSE no debería ser patrimonio exclusivo de medios especializados. Los grandes grupos de comunicación deberían hablar más y mejor de la RC, no solo denunciar lo que se hace mal, si no también promover las buenas prácticas.
Opinamos que las empresas también deben ser generadoras de contenidos propios. Nosotros hemos convertido nuestra página corporativa en un espacio donde se pone a disposición del usuario no sólo noticias o información sobre productos del banco sino contenidos relevantes, para el cliente, para nuestro sector y también para la sociedad. De hecho uno de los contenidos más visitados son los temas de Educación Financiera.
Por último, a nivel de comunicación con stakeholders, a la hora de ofrecer información sobre la compañía, es importante mostrar la relación que existe entre el desempeño financiero y los aspectos relativos a temas sociales, medioambientales y de gobierno corporativo. En este sentido, durante los últimos años en BBVA hemos dado pasos hacia una integración en el reporting global del Grupo, que facilita a nuestros grupos de interés una visión global de lo que ganamos y cómo lo ganamos.
¿Qué tendencias y desafíos de futuro destacarías en materia de comunicación de la RSE?
BBVA lleva años trabajando en un proceso de transformación digital que por supuesto afecta a los productos y servicios que ponemos en el mercado, pero también a otros ámbitos de nuestra compañía. Empezando por las nuevas formas de trabajo, la estrategia de comunicación que he comentado antes y por supuesto también en lo que se refiere a las iniciativas de RSE.
En Negocio Responsable estamos viendo ya los beneficios y oportunidades que la transformación digital puede traer. Pequeños pilotos de digitalización en temas de educación financiera o formación de emprendedores o la aplicación de big data para mejorar el impacto de los programas sociales, nos permiten ser muy optimistas en este respecto.