Carlota Galván, Head of ESG de HBX Group, empresa global de servicios digitales para el sector turístico, ha hablado con Corresponsables sobre el proyecto «Think Big”. Una iniciativa, que se integra en su estrategia de responsabilidad social corporativa y cuyo objetivo es crear microdestinos turísticos sostenibles en zonas rurales, empoderando a las comunidades locales a través de la sostenibilidad y la digitalización. Carlota analiza el papel crucial de la tecnología en el empoderamiento de las comunidades y cómo HBX Group planea expandir este modelo a nuevos países.
¿Qué motivó a HBX Group a desarrollar el proyecto «Think Big» y cómo se integra dentro de su estrategia de responsabilidad social corporativa?
Think Big es un proyecto que nace con la misión de crear microdestinos sostenibles en zonas rurales a través del empoderamiento de comunidades locales y a través de criterios de sostenibilidad. Todo esto lo hacemos con la ayuda del proyecto corporativo de la empresa, tanto in situ como de manera digital. Tenemos un grupo de voluntarios que van dos veces al año a asesorar a esas comunidades y a sus productos turísticos en terreno, y luego tenemos otro grupo que trabaja en remoto durante el año para asistirles en temas más de digitalización, como revisar la página web, mejorar y digitalizar los catálogos, y ayudarles con los planes de redes sociales, etcétera.
El proyecto nació cuando realizamos el primer estudio de materialidad de la compañía. Siendo una empresa que ofrece servicios digitales a todos los agentes de turismo, como hoteles, operadores y destinos, vimos la importancia de cuidar las zonas y comunidades donde operamos. Estamos presentes en más de 170 países, incluyendo México, Tailandia, Indonesia e India. A partir de aquí, unimos dos cosas: nuestra mayor fuerza, que es el voluntariado corporativo, y la necesidad de ayudar a zonas rurales donde operamos. Realizamos unas 12.000 horas de voluntariado anuales con nuestros 3.700 empleados en todo el mundo.
También queríamos abordar el problema de la masificación turística. Pensamos en cómo crear microdestinos sostenibles para descongestionar grandes lugares turísticos, como Cancún, y llevar un turismo especializado a zonas rurales. Este proyecto responde a un tema material de nuestra estrategia y aprovecha una de nuestras grandes fortalezas: el compromiso de nuestros trabajadores.
¿Qué resultados tangibles han observado en las comunidades en las que impactan desde el inicio del proyecto, tanto a nivel económico como cultural?
Primero, nos sorprendió muchísimo la gran concienciación que tienen esas zonas rurales en conservar su cultura, tradiciones, medio ambiente y biodiversidad. No buscan un turismo de masas, sino un turismo respetuoso que valore sus tradiciones y espacios naturales. El cambio más significativo que vemos es cómo ayudamos a reafirmar la importancia de su trabajo y su conservación cultural y medioambiental. Esto también genera esperanza y motiva a las nuevas generaciones a quedarse en sus comunidades en lugar de emigrar a las grandes ciudades.
Por ejemplo, en una comunidad pesquera en Punta Allen, un joven que se fue a estudiar a la universidad regresó para crear un producto de turismo sostenible. Dar ese altavoz a sus proyectos les ayuda a creer más en ellos y evita la despoblación rural. Además, hemos implementado tareas concretas, como digitalizar catálogos, crear WhatsApp Business para gestionar reservas, y lanzar una página web llamada Caminos Sagrados. También hemos ayudado con señaléticas, reciclaje, protocolos de sostenibilidad, y digitalizado herramientas básicas como cuadros de visitantes.
¿Cómo define HBX Group el concepto de turismo regenerativo y en qué aspectos se diferencia de otras iniciativas sostenibles en el sector turístico?
El turismo regenerativo no solo busca conservar lo existente, como tradiciones, cultura y biodiversidad, sino también mejorar el entorno y rescatar lo que se está perdiendo. En el proyecto piloto en México, por ejemplo, trabajamos para preservar la cultura maya creando un libro de tradiciones y gastronomía con el conocimiento de las personas mayores de la aldea.
También hemos desarrollado proyectos de biodiversidad, como la regeneración de la abeja Melipona, que tiene propiedades únicas y es clave para la biodiversidad local. Este tipo de iniciativas fomentan la educación y la concienciación medioambiental desde niños hasta adultos, promoviendo un impacto positivo a nivel económico y cultural.
¿Qué rol juega la tecnología en el empoderamiento de las comunidades locales participantes en el proyecto?
La tecnología juega un papel crucial para conectar a estas comunidades con los turistas y mejorar su capacidad de gestión. Muchas comunidades enfrentan aislamiento y una gran brecha digital, pero hemos trabajado en mejorar su conectividad y presencia en línea a través de redes sociales, páginas web y digitalización de procesos. También les hemos facilitado herramientas que simplifiquen su carga de trabajo, como cuadros de mando digitalizados, permitiéndoles dedicar más tiempo a mejorar sus productos y servicios turísticos.
Con planes de replicar el modelo en India, Indonesia o Marruecos, ¿qué desafíos anticipan al adaptar «Think Big» a diferentes contextos culturales y geográficos?
Uno de los principales desafíos es encontrar el partner adecuado en cada país, que comparta nuestros objetivos y valores. También enfrentamos retos culturales y logísticos, como la adaptabilidad de los voluntarios a entornos diferentes y las diferencias en los estándares de vida.
Trabajamos siempre con entidades locales, ya que conocen mejor el terreno, pero el proceso puede ser complicado y requiere un aprendizaje mutuo constante.
¿Qué impacto tiene la participación de los empleados de HBX Group en el proyecto?
La participación de los empleados es altísima y les permite desarrollar habilidades blandas al enfrentarse a retos fuera de su zona de confort. Además, fomenta la retención del talento, ya que los empleados valoran mucho la oportunidad de participar en voluntariados internacionales. Esta experiencia también genera un impacto positivo en su desarrollo personal y profesional, y refuerza el sentido de pertenencia a la empresa.
La idea de estos grupos de voluntarios es que sean perfiles muy diversos, ya sea a nivel jerárquico dentro de la empresa, como cultural, nacionalidad, idioma, para enriquecer el grupo. Intentamos buscar perfiles que sean complementarios y que puedan aportarse y sumarse. Contamos con un test de preguntas en el que vemos los valores de la persona, qué le gusta hacer en su tiempo libre, etc.
Al finalizar el voluntariado hacen una encuesta de satisfacción, y nos dicen que les ha ayudado a conocerse y asumir roles que nos son los de su día a día. Esto ayuda al desarrollo de soft skills, de capacidades blandas. Y, por otro lado, también la parte de retención del talento.
¿Cuáles son los planes a largo plazo de HBX Group para consolidar su liderazgo en turismo sostenible y garantizar el éxito de proyectos como «Think Big»?
Por un lado, nos enfocamos en el reporting, ya que es clave para demostrar de forma tangible la evolución de nuestra estrategia. También trabajamos en integrar la sostenibilidad en toda la cadena de valor, involucrando a clientes y proveedores para que Think Big sea un proyecto del ecosistema completo, no solo de HBX Group. Nuestro objetivo es expandir el modelo a más países y fomentar la colaboración con otros agentes del sector para que la sostenibilidad sea un esfuerzo compartido.
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