Financiado por la Unión Europea y ejecutado por la OIT, a través de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el Proyecto de Conducta Empresarial Responsable para América Latina y el Caribe (CERALC), trabaja en nueve países de la región como México, Costa Rica y Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina y Brasil.
Olga Orozco es jefa del proyecto de CERALC y nos cuenta que la propuesta surge como parte de las acciones de política pública y de comercio exterior de la Unión Europea; además, esta organización ha venido desarrollando legislaciones y normativas aplicadas a sus convenios comerciales relacionadas a temas de sostenibilidad, de orden social y el buen trato a los trabajadores. Así mismo, en su objetivo de mejorar las condiciones con las comunidades con quienes sostiene relaciones comerciales apoyar a que puedan implementar capítulos sociales y de sostenibilidad de los tratados de libre comercio para promocionar en toda la región el tema de la conducta empresarial responsable.
CERALC es un proyecto que viene trabajando hace cuatro años en favor de promover el crecimiento inteligente, sostenible e inclusivo en la Unión Europea y en América Latina y el Caribe, mediante el apoyo a prácticas de conducta empresarial responsable, en línea con los instrumentos de las Naciones Unidas, la OIT y la OCDE.
Un pilar fundamental
Uno de sus principales pilares es promover, a través de los gobiernos de la región el Plan Nacional de Acción de Empresas y Derechos Humanos, documento en el cual los gobiernos aterrizan los principios rectores de la ONU en este ámbito. En la región, Colombia y Chile lo vienen implementando y, esto ha permitido que otros países lo hagan como es el caso de Perú, país al que han acompañado en este proceso para la redacción de su Plan Nacional de Acción sobre Empresas y Derechos Humanos desde el 2019.
“Reconocer que han sido muy participativos y complejo, pero a la vez satisfactorio, sobre todo ver que el año pasado el Gobierno peruano aprobó este marco de política pública, alrededor de una mesa multiactor de más de 100 representantes, entre sindicatos, sociedad civil, estamentos del Estado y de empleadores”, resalta Olga Orozco.
De igual modo, Ecuador, fue otro de los países carentes de este marco de política pública y fue en el 2020 que toma la decisión de iniciar la redacción de este documento, así lo sostiene la representante de CERALC quien, adicionalmente destaca que uno de los objetivos de la organización es desarrollar herramientas para que las empresas inicien sus procesos de debida diligencia, proceso que realmente materializa el concepto de responsabilidad; al respecto nos dice:
“Tú tienes que saber qué está pasando con tu empresa y proveedores, para poder hacer algo al respecto, para poder prevenir el riesgo y tener la capacidad de remediar cualquier eventualidad que esté ocurriendo”
Asímismo, en CERALC han desarrollado herramientas prácticas para que las empresas de la región puedan medir lo que viene ocurriendo en cada una de ellas, algunas son generales y pasan por temas de conducta empresarial responsable que van desde el pago a los trabajadores al respeto por normas ambientales, entre otros aspectos y, otras herramientas más específicas que tienen que ver con el tratamiento de la problemática del trabajo infantil en la cadena de suministros agrícolas, por citar un ejemplo.
El caso Perú: procesos de diálogo y la informalidad
Los diálogos sociales nunca son fáciles, ni lo serán, sostiene Olga Orozco sobre una experiencia en particular; sin embargo, reconoce el crédito de algunos actores que participaron de la experiencia en Perú.
“No solamente el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Perú fue una pieza clave para el logro del desarrollo del Plan Nacional de Acción quien tuvo mucha paciencia y cautela para invitar a todos los actores y mediar para llegar a soluciones intermedias, también fueron los sindicatos, las asociaciones de empleadores y la sociedad civil, a pesar de que hubo muchos desacuerdos, siempre se dio esa posibilidad de ponernos de acuerdo”, recordó.
Por otro lado, mencionó que poder convocar a una mesa de diálogo es solo el punto de partida para la construcción de un documento que suscriba lineamientos de cómo se debe trabajar en el futuro cada una de las tareas asumidas por los sectores comprometidos; así como, sus respectivos retos.
“En el caso de Perú uno de los retos más relevantes es la informalidad, siempre ha sido de las más altas de la región; solo antes de la pandemia la informalidad era del 72%, hoy hablamos de casi un 80%”, enfatizó.
Empresas y derechos humanos: aportes
Para Orozco, el accionar de las empresas siempre tiene dos líneas paralelas, donde una es con la que crean valor, empleo y bienestar y, con la otra tienen el potencial de afectar negativamente a la sociedad, a través de sus productos en las comunidades donde operan y en su fuerza laboral de empleados y trabajadores.
“La empresa siempre tiene que ir por un camino de balance, produciendo valor, ganancia financiera y que esas metas no afecten a sus comunidades y empleados; por otra parte, hay un tema relevante que atender y es el tema de la discriminación. El esperar no ser discriminado o discriminada es un derecho universal de las personas y las empresas tienen el potencial de efectuar labores de no afectación a las poblaciones de mujeres, LGTBI, poblaciones indígenas o afrodescendientes, entre otros grupos de comunidades humanas”.
Sostiene que aún hace falta un proceso de sensibilización con algunos sectores empresariales para sensibilizar en el tema de derechos humanos.
“Volviendo al tema de Perú, iniciamos una campaña de sensibilización de la mano de CONFIEP con el nombre “Yo Respeto”, campaña dirigida a las Pymes con un lenguaje entendible y decirle a las empresas que el hecho de respetar los derechos de los trabajadores y de las comunidades donde operan es parte esencial de su labor”, agregó.
Esta misma campaña de sensibilización ha sido replicada en Panamá y buscan replicarla en otros países de la región. Se trata de un trabajo de ida y vuelta, debido a que por un lado comunica y sensibiliza y por otro lado educa, es donde entran a tallar los talleres de empresas y derechos humanos; además, de temas específicos como: la debida diligencia, equidad de género y trabajo infantil, cubriendo aquellos temas que son más importantes para las empresas.
Declaración de la OIT y su relación con los derechos humanos
Los principios fundamentales, aquellos que la OIT considera y que algunos países aún no ratifican, son indispensables de cumplir, y se trata de cuatro aspectos supremamente básicos: 1. Trabajo infantil, sobre todo en aquellas actividades que para los niños pueden ser peligrosas; 2. Esclavitud moderna; 2. Derecho a la sindicalización 3. La negociación colectiva; y 4. Derecho a la igualdad y equidad en todos los sentidos.
“Lo que hacemos con estos cuatro derechos fundamentales es prevenir las peores formas de abuso contra los trabajadores y trabajadoras del mundo. La misión principal de la OIT es promover de manera tripartita, junto a empleadores y Gobierno, normas internacionales que deben ser ratificadas por los gobiernos, pero en el caso de estos cuatro derechos, ligados tan intrínsecamente a los derechos humanos, es tratar de que los gobiernos no ratificados se sientan obligados de reportar su negativa y cuáles son los motivos u obstáculos que tienen para que podamos apoyarlos de manera técnica”
La gran mayoría de los países de nuestra región han ratificados los convenios con la OIT; sin embargo, son algunos países que aún no lo han hecho, y no se trata de una falta de legislación ni de ratificación, sino más bien que adolecemos del cumplimiento de las leyes. Países como Perú o como Colombia tienen legislaciones bastante complejas; sin embargo, carecemos de una de inspección laboral, sostiene.
Herramientas de fortalecimiento online
Son herramientas que se encuentran en línea y que se pueden acceder de manera gratuita a toda la información que tienen en materia de empresas y derechos humanos. En ella pueden encontrar una guía interactiva para empleadores, una plataforma de conciliación, familia y trabajo en donde podrá encontrar ejemplos de lo que han hecho otras empresas, así como un listado de las condiciones mínimas que deben de cumplir y tener en cuenta para mejorar el posicionamiento de la empresa; además, una guía de trabajo infantil y como atender las preocupaciones relacionadas a este tema desde el punto de vista empresarial.
Empleos verdes
Desde Ginebra, cuentan con un equipo de trabajo que promueven los empleos verdes, propuesta que son creadas por empresas que tienen como fin la descarbonización de la sociedad y que están relacionadas a la energía eólica y reconversión de los trabajadores y de contaminación hacia energías verdes.
Vienen trabajando en varios países, sobre todo, desde el punto de vista de política pública con el que ayudan a los gobiernos a vislumbrar los avances de sus economías con los procesos de transición hacia economías verdes.
“También pensamos mucho en la reconversión de los trabajadores y las trabajadoras. No solamente es decir que vamos a dejar el carbón, sino qué va a pasar con esos trabajadores que actualmente laboran en este tipo de industria y para ello tenemos que hacer un proceso de reconversión y de reentrenar a la gente para que puedan acomodarse a lo que será el futuro del trabajo y esto tiene que ver mucho con la digitalización y esto incluye a personas de la tercera edad. Queremos que el futuro del trabajo arranque con todos y que nadie se quede atrás”
La importancia de la comunicación
Por ser una agencia especializada de Naciones Unidas y el trabajar con los gobiernos, es fundamental que las personas del común entiendan estos conceptos y que conozcan la necesidad de tomar acciones al respecto y esto los lleva a considerar de suma importancia los temas de comunicación.
“En el 2019, la OIT cumplió 100 años y en ese momento hubo una gran campaña de comunicación que le llamamos el futuro del trabajo en el que se describe muy bien por expertos internacionales, cuáles son las preocupaciones que todos deberíamos tener sobre cómo va a ser nuestro trabajo en el futuro y nos da una campanada de alerta acerca de lo que se nos viene”.
Retos y desafíos
El proyecto CERALC concluye próximamente luego de 4 años de intensa labor en la implementación de prácticas favorables a los derechos humanos de los trabajadores y las empresas. Actualmente, vienen negociando con la Unión Europea su continuidad y esto se sustenta en las nuevas directivas y nuevas regulaciones que siguen saliendo y que afectarán de una u otra forma a las empresas de América Latina en los años venideros.
“Las regulaciones tienden a volverse más estrictas, si antes era voluntario ahora será obligatorio y las empresas como los gobiernos de la región necesitan apoyo para poder estar a la altura de los requerimientos que se vienen, en particular con este tema de comercio exterior con la Unión Europea”.
La funcionaria, manifiesta su deseo de seguir trabajando y continuar con su apoyo a los gobiernos de los países donde los planes nacionales de acción de empresas y derechos humanos están siendo desarrollados y en general, seguir apoyando a los trabajadores, trabajadoras y empresas para que estén preparadas para el futuro y el hacer negocios con Europa.
Escucha la entrevista completa aquí: