Entrevistamos a Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas que nos detalla la campaña “Quien más sufre el maltrato al planeta, no eres tú”, sobre la vulnerabilidad de la mujer por las consecuencias del cambio climático y la situación de emergencia alimentaria y sanitaria por la que están atravesando mucho países pobres como consecuencia de la pandemia del coronavirus. La presidenta de Manos Unidas apela a la educación y al agua para frenar la brecha entre norte y sur, y anima a la sociedad española a colaborar con la entidad.
¿En qué consiste la campaña “Quien más sufre el maltrato al planeta, no eres tú” lanzado por Manos Unidas sobre la vulnerabilidad de la mujer por las consecuencias del cambio climático?
Cuando todo el mundo habla sobre el cambio climático que esta tan de moda en los últimos tiempos, la gente no piensa más allá que en la temperatura, si hace demasiado calor o incluso si hay una gran tormenta como se sucedió en el mes de febrero. Sin embargo, no se piensa más allá de nuestras fronteras. Este cambio climático nos hace ser conscientes de cómo se está deteriorando la vida de muchas de las poblaciones de los países más pobres. Estas poblaciones suelen ser quien más sufren este cambio con los ciclones, las inundaciones, las sequias prolongadas o las tormentas. Los causantes de todo este cambio climático somos los países del norte debido a nuestro consumo ilimitado y nuestra utilización permanente de los derivados del petróleo tanto para viajar como para consumir. Al final, los ecosistemas y las sociedades más recurrentes al deterioro ambiental serán las más afectadas, sobre todo las comunidades más desfavorecidas, y además se incrementará el número de las personas que pasan hambre y de los pobres. Ahí es donde pensamos que debemos tener un enfoque medio ambiental. Lo primero es concienciar a la sociedad que nuestros actos pueden provocar daños en los países del sur, y que estos no tienen medios para combatirlos. Las tormentas salvajes arrasan en estos países y pueden provocar muchos destrozos e incluso muertos. En nuestro país, tenemos capacidad de reconstruir pero en los países del sur, este cambio climático se llevan por delante cosechas y lo que encuentre a su paso. El año pasado el ciclón Idai, que afectó a África, en concreto a Mozambique y Malaui, se llevó por delante una ciudad entera y estas poblaciones no tienen capacidad para recuperarse. Es en este punto es cuando queremos concienciar a la sociedad española de que quién más sufre una vez mas, no somos nosotros, si no los países del sur quienes son los más afectados, más empobrecidos, y sobre todo las mujeres que son las grandes sufridoras porque al final son las que cosechan el campo, las que no van a la escuela, las que se quedan aisladas en un trienio de derechos Humanos. El año pasado hablábamos especialmente de la mujer, del medio ambiente pero por supuesto siempre vinculados. No es que el cambio climático no sea importante pero tenemos que darle una visión humana de cómo afecta a las personas. Lo más importante de Manos Unidas es que siempre tenemos a la persona en primer lugar y que sea nuestro objetivo.
¿Qué acciones ha puesto en marcha Manos Unidas para las mujeres a combatir el cambio climático y protegerlas?
La mujer ha pasado de ser un sector más a ser un sector transversal. Los proyectos de Manos Unidas van dirigidos muchos de ellos a apoyar y favorecer a la mujer, por ejemplo, en proyectos agrícolas. En los países más pobres, quienes desarrollan este tipo de iniciativas son las mujeres, es decir son ellas las que tienen que ir a cosechar, las que tienen que ir a por el agua y Manos Unidas las ayunda en la construcción y perforación de pozos, y así se evita que tengan que andar muchos kilómetros cada día para coger agua con todo lo que ello implica. El peligro que conlleva de ir por la selva, de ir mujeres o niñas solas atravesando zonas conflictivas, de que son ellas las que dejan de ir a la escuela para traer el agua a sus hogares. Dándoles un pozo y permitiéndoles hacer un saneamiento en las comunidades, les ayudamos. Además, fomentamos las cooperativas y las diversas formas de cultivar, favoreciendo directamente a las mujeres porque son ellas las que al final terminan trabajando el campo. Estos proyectos también favorecen a las familias y a la comunidad. Nuestra misión es siempre ayudar y apoyar a las persona más pobres del mundo pero poniendo especial cariño y foco en las mujeres y niñas.
¿Puedes hablarnos de la finalidad social de Manos Unidas? ¿cómo ha evolucionado todos estos años hasta la actualidad y cuáles son sus principales áreas estratégicas?
Manos Unidas nació hace 61 años de una emergencia. Al principio, la entidad surgió para atender una situación muy puntual, y casi asistencial. Desde entonces hemos ido evolucionando para atender a los más necesitados. Siempre ponemos nuestro foco en las poblaciones más marginadas y pobres por ejemplo, aquellas poblaciones tribales que están marginadas, que les están quitando sus ecosistemas por muchos aspectos y que son los más vulnerables. Intentamos que sean ellos mismos los partícipes de su propio desarrollo. Manos Unidas les ayuda pero no se trata de que sea una mera limosna, si no de involucrar a las comunidades para que sean capaces de ponerlo en marcha. Además, son estas comunidades las que nos piden y transmiten sus necesidades. Es fundamental, que aunque nosotros les apoyemos, sean capaces de labrar su propio futuro. Eso es la corresponsabilidad.
¿Qué proyectos o que acciones estáis llevando a cabo con vuestras entidades colaboradoras y cuales son su principales beneficios y beneficiarios?
En Manos Unidas desarrollamos cerca de 600 proyectos al año y con ellos llegamos a más de 2 millones de personas. Tenemos muchos sectores: el sector agrícola y todo lo relacionado con ayudarles a sembrar y tratar las semillas, con el empleo de las herramientas de trabajo, ayudarles a construir graneros, enseñarles técnicas de cultivo y técnicas de mejora, es decir todo lo que está relacionado con la agricultura. Todo ello está muy vinculado con el agua y por supuesto con los temas sanitarios. Si no hay un buen sistema sanitario, falla todo lo demás. El sector agrícola por supuesto está relacionado con el hambre. Otro sector imprescindible es la educación. Con los años, hemos aprendido que la única forma de que salgan adelante todas están comunidades que están en la pobreza extrema es la educación. La educación les enseña desde como lavarse las manos hasta enseñarles a leer, y adquirir conocimientos. La eduacción no solo destinada a los niños si no también a los adultos. Hay muchos países que disponen de una serie de derechos, y la población no sabe que los tienen. En la India, por ejemplo, hay muchas ayudas estatales pero como no las conocen, la población se deja engañar. Los engañan porque no tienen conocimiento de ello. Si les enseñamos que existen esas ayudas entoncés sabrán cómo acceder a ellas.
También llevamos a cabo pequeñas infraestructuras, como la construcción de pozos de agua que antes he citado y la creación de pequeñas empresas para ayudar a la gente. Cada vez más nos apoyamos en proyectos que ellos mismos favorecen para alcanzar ese fortalecimiento comunitario tan necesario. Por ejemplo, en América Latina apoyamos mucho las cooperativas o enseñarles los derechos que tienen. Se trata de un desarrollo integral, y también de un desarrollo tecnológico de aquellos países en vías de desarrollo con ingresos bajos. Cuando ya se alcanza un nivel superior se les enseña sus derechos. Desde Manos Unidas, se apoya y ayuda a todas aquellas poblaciones respetando sus tradiciones y su forma de vida. Contamos con 600 proyectos al año y abarcamos muchos campos. Siempre estamos al lado de los más necesitados, dando apoyo a las mujeres y a los niños, a la población más vulnerable y marginada.
¿Qué importancia tiene para Manos Unidas la comunicación de esa finalidad social y como lo trabajáis?
Desde Manos Unidas, tenemos dos fines. El primero es sensibilizar a la población española sobre el hambre y sus causas. Gracias a ello, recaudamos fondos con los que financiar temas de desarrollo. Es fundamental sensibilizar a la población española del hambre en el mundo y de como evitarlo empezando por cambiar nuestras propias conductas, nuestras actitudes. Lo que hacemos acaba influyendo en las personas del sur. Por ello es fundamental la comunicación para ransmitir la situación de hambre que hay en el mundo. Existen 822 millones de personas que pasan hambre cada dia, y desgraciadamente esa cifra seguirá creciendo aún más por la situación del coronavirus. Gracias a la ayuda que recibimos de tantos socios y personas en España, somos capaces de cambiar la vida de mucha gente. Es imprescindible concienciar de la situación, y de que también mejorar es posible. La vida de las personas puede cambiar. Yo digo siempre que si nosotros somos una ONG que llegamos a 2 millones de personas imagínate si todo el mundo pusiera de su parte, es que llegaríamos a todo el mundo.
Toda comunicación es absolutamente imprescindible para llegar a la gente. Tenemos contacto directo con nuestros socios, a través de la radio y televisión, y también por las redes sociales que hoy en día son imprescindibles. Comunicar y transmitir, el mundo de la información es fundamental.
¿Cuáles son los próximos retos y desafíos de manos unidas en un futuro próximo?
En un futuro más inmediato, el reto es ayudar a las poblaciones más necesitadas por la pandemia. En este momento hay muchas actividades que a lo mejor no se pueden desarrollar de forma inmediata. Si hay una población que esta confinada, y estaban construyendo o pretendían construir una escuela por poner un ejemplo, ahora ese proyecto estará parado porque lo que están pidiendo es ayuda sanitaria y alimento. Estas poblaciones que viven al día y están confinadas, la ayuda sanitaria y de alimentos son imprescindibles ahora para su subsistencia.
Necesitamos a corto plazo, proyectos sanitarios de alimentación y de agua. Es necesario ir un poco más allá, para que esta pandemia no agrande la brecha norte-sur. Creo que de esta crisis podemos salir todos más reforzados o se puede también agudizar las diferencias. Seria dramático, ya que estamos viendo que cada vez hay una mayor diferencia entre el norte y el sur. Nuestro gran reto son los más de 30 proyectos a los que hemos enviado dinero para paliar los efectos de la pandemia en las comunidades más empobrecidas y vulnerables.
Ante la crisis sanitaria que ha provocado la covid-19 ¿qué planes de contingencia y medidas de seguridad han adoptado manos unidas para hacer frente a esta pandemia?
Hemos sido previsores, y antes incluso de dictarse el confinamiento ya empezamos a trabajar desde casa, y a estar en comunicación con todos nuestros socios con los que estamos en permanente contacto. También trabajamos con los misioneros y colaboradores de otras ONGs. Creo que es un error teletrabajar en casa porque esto implica que estas todo el día trabajando. Al final, te pasas todo el día leyendo informes que te llegan de todas partes e intentas apoyar y mantener toda esa comunicación con nuestros socios y donantes para que sepan que la necesidad no está solo en España, si no fuera de nuestras fronteras. La pandemia está pegando muy fuerte en los países más pobres y las consecuencias son dramáticas.
El día que nos reincoprporemos aplicaremos todas las medidas de prevención: mascarillas, geles hidroalchólicos, distancia social y todas las establecidas por supuesto. No vamos a correr riesgos innecesarios. Mientras tanto el trabajo se hará desde casa, y seguiremos llevando a cabo campañas para concienciar y para recaudar fondos. Tras la pandemia, vendrán momentos difíciles para todos pero es necesario que la gente no olvide que los países del sur lo están pasando todavía peor. Creo que tenemos la obligación moral de ayudar, de concienciar y de dar a conocer nuestros proyectos de una forma inmediata. Estamos enviando muchas donaciones a estos países pero desgraciadamente sabemos que vamos a tener que mandar muchas más para paliar cada vez más emergencias. En cuanto se levante el confinamiento, se pondrán en marcha muchos proyectos de desarrollo ahora parados, pero ahora mismo los propios socios comprenden que lo verdaderamente prioritario es el envío de dinero para ayudas de alimento y sanidad. Esta comunicación directa con los socios nos da la tranquilidad de que si nos solicitan ayuda, sabes que es una ayuda que se va a dar. El trabajo que realizamos de apoyo a las comunidades más pobres es muy necesario.
Puedes escuchar aquí la entrevista a Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas