Esta entrevista forma parte de la Revista Corresponsables 77: Especial ODS18.
En esta entrevista, Sara Blázquez, Directora de Comunicación de Coca-Cola Iberia, habla sobre la importancia de añadir un «ODS 18» a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, enfocado en garantizar una comunicación eficaz que movilice a la sociedad hacia estos objetivos globales.
A través de su experiencia, reflexiona sobre cómo la comunicación puede y debe jugar un papel central en la promoción del desarrollo sostenible y en la construcción de una sociedad bien informada.
¿Por qué es necesario un ODS 18 dedicado a la comunicación responsable?
Siempre se ha dicho que la información es poder y, en muchas ocasiones, con connotaciones negativas. Sin embargo, que un individuo esté bien informado no solo le empodera en el mejor de los sentidos, también nos enriquece a todos como sociedad. Tenemos el derecho a estar informados con acceso a fuentes de información libres, veraces y fiables.
En la actualidad vivimos una situación, cuanto menos, paradójica: nunca antes habíamos tenido al alcance de nuestra mano tantas fuentes, formatos y canales de información. De forma instantánea y global. Y, aun así, nunca habíamos corrido el riesgo de estar tan desinformados.
Entre tanta información veraz y contrastada, estamos expuestos a ser manipulados o desinformados cuando nuestras fuentes no son fiables o nos enfrentamos a fake news. Y esto, lejos de empoderarnos y de enriquecernos como sociedad, nos hace vulnerables. Contar con un ODS como el 18 impulsaría a sociedad civil, sector privado, organismos internacionales y sector público a colaborar para paliar y prevenir este escenario.
¿Cómo puede promoverse un diálogo abierto y constructivo sobre desafíos globales, como el cambio climático y la reducción de la pobreza, a nivel internacional?
Si bien es cierto que la comunicación contribuye a fomentar esos desafíos globales, el hecho de que existan esos propios ODS mencionados en la pregunta ya contribuyen a promover ese diálogo.
Considero que, de cara a avanzar en el camino de los ODS, las alianzas tanto público-privadas como las asociaciones sectoriales son fundamentales y están llamadas a jugar un papel fundamental para que nadie se quede atrás y este diálogo tenga el mayor alcance posible.
Por ilustrar con un ejemplo, en lo que respecta a mi casa, Coca-Cola, en España contribuimos a 14 de los 17 objetivos de la Agenda 2030, directa o indirectamente. Es más, seis de estos objetivos están totalmente alineados con los principales ejes de This is Forward, nuestra estrategia de sostenibilidad. Por eso creo que desde la empresa privada tenemos una gran responsabilidad y oportunidad para que ese diálogo se fomente y, sobre todo, se produzca y tenga consecuencias en la sociedad.
¿Qué medidas concretas pueden tomarse para garantizar la libertad de opinión y prensa en un mundo cada vez más conectado digitalmente?
La única medida que impondría para garantizar esa libertad es, precisamente, que no haya medidas que sean restrictivas de la libertad salvo en lo que se interponga en la de terceros. La libertad de expresión es un derecho fundamental, recogido en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Los medios de comunicación tienen un papel clave para garantizar la transparencia y rendición de cuentas de autoridades públicas y gubernamentales y deben poder ejercer su función pública con libertad y sin presiones. Por eso es imprescindible que se respete esta libertad y no se impongan medidas restrictivas.
¿Cuál es la estrategia más efectiva para combatir la difusión de noticias falsas (fake news) y la propaganda en línea?
La base es simple: fact check. Es preciso emplazar a todos, medios y ciudadanía, a la premisa básica de contrastar las fuentes y no dar por válido cualquier titular. Por eso tenemos que empoderar a las fuentes y reclamar su legitimidad y relevancia, así como la necesidad de recurrir a ellas desde instituciones y medios.
Es preciso enseñar también al ciudadano a identificar fake news y evitar que contribuya a su difusión. En su día a día, y ajenos a la profesión, pueden ser usuarios más vulnerables de información, especialmente la consumida a través de redes sociales.
Es necesario restablecer un mayor prestigio de los medios de comunicación, las agencias de comunicación y las áreas de comunicación de las empresas, porque son en realidad un aliado en esta tarea. La desinformación no es un ingrediente que aliente su negociado y se rigen por la veracidad y la honestidad. Es necesario reclamar su papel y atribuírselo, cuando muchas veces ha sido denostado.
¿Cómo podemos ayudar a las personas a que utilicen de manera responsable y ética los “poderes de comunicación” a través de las redes sociales?
Definitivamente, dando ejemplo. Tanto las compañías grandes como las pequeñas y las personas que formamos parte de ellas, tenemos el compromiso de utilizar las redes sociales corporativas y las personales con sensatez y seriedad.
En muchas ocasiones y sin ser conscientes plenamente de ello, somos referentes para todo tipo de públicos y edades, por eso es importante que reflexionemos antes de realizar cualquier anuncio o publicación.
Desde Coca-Cola estamos muy comprometidos con una comunicación veraz, consecuente, transparente y acorde con nuestros valores como compañía. Reivindicando el derecho a entender, la información proporcionada tanto por las empresas como la administración debe asegurarse de conectar con las personas e incluirlas en la construcción de un mundo diferente y mejor hacia el que nos dirigimos. Si aplicamos esto a las redes sociales, debemos entender el poder que estas ocupan en el día a día de las personas, teniendo en cuenta la influencia que el tejido empresarial tiene en ellas.
Por otro lado, formamos parte de la Asociación Española de Anunciantes (AEA), que vela por que las empresas compartan sus buenas prácticas, aprendan unas de otras y avancen juntas para mejorar el código de conducta común. Entre todos los miembros apostamos por una actividad publicitaria más comprometida tanto socialmente (integración, igualdad) como medioambientalmente, y creemos que esto nos compromete éticamente con nuestro consumidor final y con la sociedad en general.
¿Cuál es el papel de la colaboración entre el sector público y privado en el apoyo al periodismo riguroso y de calidad?
Su papel principal, de forma tanto conjunta como individual, es apoyar la libertad de los medios de comunicación, así como proteger los derechos de los periodistas y los trabajadores de medios de comunicación. Son garante de la democracia y pluralidad.
Ambos son esenciales en cuanto a exponer información imparcial y fidedigna. Su colaboración es esencial para promover un periodismo de calidad y peso, amparando los derechos y libertades tanto de trabajadores como de la propia profesión.
¿Cómo se puede avanzar en la promoción de la diversidad y la igualdad de género en la industria de la comunicación y las relaciones públicas?
El primer paso es que las propias empresas integren esa diversidad e igualdad en su ADN. Es necesario que las personas a las que nos dirigimos con nuestra comunicación sepan y perciban que nuestro compromiso con estos valores es real.
Una de las cosas que más me enorgullecen de trabajar en Coca-Cola es el valor que da a la diversidad, promoviendo un entorno de trabajo en el que todas tenemos la oportunidad de alcanzar el éxito, tanto personal como profesionalmente.
El compromiso de la compañía es claro: ser un reflejo fiel de la sociedad. No solo de la que somos, también de la que aspiramos a ser. Una sociedad diversa e inclusiva, en la que la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres sea 100% real. Nosotros siempre decimos que solo desde la diversidad y la igualdad entre hombres y mujeres podemos crecer como negocio, como compañía y como personas.
Pero el reto no solo pasa por asumir y cumplir unos compromisos. También usar tu capacidad de llegada para convertirte en un altavoz que los promueva en la sociedad. En ese sentido, Coca-Cola lo ha tenido siempre claro: es una marca con propósito, y como tal, toma partido por la diversidad, por la inclusión, por los nuevos modelos de familia o por la fraternidad entre las personas que piensan distinto. En definitiva, por generar un cambio positivo a través de nuestro negocio, nuestras marcas, y nuestra forma de comunicar.
¿De qué manera podemos fomentar, a través de la comunicación, la empatía hacia aquellos que sufren hambre, pobreza, falta de oportunidades, guerra, migraciones forzadas y discriminación?
Como decía, usando toda nuestra fuerza para convertirnos en un altavoz. La credibilidad y alcance de los medios de comunicación tienen que servir para trasladar realidades, a menudo incómodas o más silenciadas, a toda la sociedad. La comunicación tiene una función social para que nada pase inadvertido.