Esta entrevista forma parte de la Revista Corresponsables 77: Especial ODS18.
En esta entrevista, Juan Manuel Bermejo Priego, Jefe de Comunicación y Marketing, Securitas Seguridad España, habla sobre la importancia de añadir un “ODS 18” a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, enfocado en garantizar una comunicación eficaz que movilice a la sociedad hacia estos objetivos globales.
A través de su experiencia, Juan Manuel Bermejo Priego reflexiona sobre cómo la comunicación puede y debe jugar un papel central en la promoción del desarrollo sostenible y en la construcción de una sociedad bien informada.
¿Por qué es necesario un ODS 18?
Extender la libertad de expresión y el derecho de acceso a una información veraz es un objetivo que por su importancia para el desarrollo y bienestar de las personas resulta clave en la consecución de un desarrollo sostenible. Al mismo tiempo, constituye un facilitador fundamental para el cumplimiento del resto de ODS.
¿Cómo puede promoverse un diálogo abierto y constructivo sobre desafíos globales, como el cambio climático y la reducción de la pobreza, a nivel internacional?
Es muy complejo y en el actual panorama de comunicación no creo que haya una receta mágica. Quizá deberíamos empezar por promover algunos aspectos básicos que son necesarios en cualquier debate constructivo: el reconocimiento y respeto a la pluralidad de opiniones; la veracidad entendida no como verdad absoluta, pero sí como la búsqueda de información contrastada (es decir, lo opuesto a la utilización interesada de la mentira en la que se basan las fake news) o el desarrollo de un espíritu crítico.
¿Qué medidas concretas pueden tomarse para garantizar la libertad de opinión y prensa en un mundo cada vez más conectado digitalmente?
Hay que reconocer una realidad y es que la mayoría de la población mundial vive en países donde la libertad de opinión y de prensa está en peligro o simplemente no existe. Muchas de las medidas que pueden tomarse para mejorar esa situación son de tipo político, pero desde el ámbito de la comunicación en los países democráticos podemos contribuir evidenciando cómo el desarrollo económico y social va de la mano con la libertad de opinión y de prensa.
¿Cuál es la estrategia más efectiva para combatir la difusión de noticias falsas (fake news) y la propaganda en línea?
En el largo plazo la educación en general, y en particular del espíritu crítico, puede ser una de las medidas más eficaces. Nuestros jóvenes deberían terminar la educación obligatoria con una formación básica en comunicación social que les permita distinguir fuentes, contrastar noticias, identificar intereses subyacentes… A corto plazo, la moderación en redes sociales, basada en el respeto a los Derechos Humanos, o el papel de los medios de comunicación a la hora de evidenciar las mentiras interesadas son diques de contención que tenemos que mantener y exigir. Y en el plano personal debemos continuar el trabajo incansable de desmontar las noticias falsas en nuestras interacciones cotidianas con nuestro entorno. A veces puede parecer un esfuerzo inútil, pero no podemos resignarnos a normalizar la mentira como una parte cotidiana o intrínseca de la comunicación.
¿Cómo podemos ayudar a las personas a que utilicen de manera responsable y ética los “poderes de comunicación” a través de las redes sociales?
Como decía, la educación es, como en tantos otros aspectos, clave. Por otro lado, un cierto grado de moderación es necesario en un ámbito en el que el anonimato y la impunidad facilitan los malos usos del medio.
¿Cuál es el papel de la colaboración entre el sector público y privado en el apoyo al periodismo riguroso y de calidad?
Creo que la mejor forma de apoyar el buen periodismo es saber identificarlo, respetarlo y valorarlo, algo que no siempre ocurre.
¿Cómo se puede avanzar en la promoción de la diversidad y la igualdad de género en la industria de la comunicación y las relaciones públicas?
Hay una razón ética y de justicia que desafortunadamente hay que seguir defendiendo puesto que no siempre es aceptada. Pero también hay un razonamiento de negocio: la diversidad, de género y también de otros tipos, beneficia la toma de decisiones, la innovación y, en definitiva, el avance de las empresas. Esto, que es aplicable a cualquier sector, es especialmente tangible en el ámbito de la comunicación.
¿De qué manera podemos fomentar, a través de la comunicación, la empatía hacia aquellos que sufren hambre, pobreza, falta de oportunidades, guerra, migraciones forzadas y discriminación?
Desgraciadamente, en nuestro mundo abundan las oportunidades de visibilizar estas lacras, pero al mismo tiempo se está produciendo una desensibilización del público. Es un tema muy complejo en el que intervienen factores de todo tipo relacionados tanto con los medios de comunicación como con la sociedad en general. Quizá no basta con visibilizar, sino que hay que conectar las consecuencias con sus causas, profundizar en la cobertura y tratar de evitar el efecto de estratificación por el que las nuevas crisis invisibilizan las anteriores.