Entrevistamos a Elena Valderrábano, presidenta de DIRSE y directora global de Ética Corporativa y Sostenibilidad de Telefónica que nos habla sobre su trayectoria profesional en la Responsabilidad Social y Sostenibilidad desde sus orígenes y su visión sobre la evolución de ambos aspectos. Esta conversación pertenece al Ciclo de Entrevistas a DIRSE, producto de la alianza entre ObservaRSE y la Asociación de Directivos de Responsabilidad Social (DIRSE).
¿Cómo llegaste al mundo de la responsabilidad social? ¿Qué recuerdas de estos inicios? ¿cómo estaba la responsabilidad social y la sostenibilidad en nuestro país?
Fue hace más de veinte años, y la verdad es que en sus inicios como tal, éramos un grupo muy reducido. Algunos todavía continuamos en esta función, o en actividades relacionadas con la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. Recuerdo que fue una fase de inicio muy emocionante que se constituía en aspectos que ya se habían trabajado en el pasado, lo que eran los orígenes de la RSC de finales de los 90, pero no del concepto de Responsabilidad Social si no de lo que tiene que ver con la RSC.
¿Cómo llegas a DIRSE, cual ha sido tu recorrido en esta asociación?
En el 2014 llego a DIRSE, participando en un brainstorming en el que se planteaba hacia dónde iba la Asocación. Por aquel entonces, yo no peretencía a DIRSE. Toni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA, me animó mucho a presentarme como miembro de la Junta, y después como vicepresidenta. Haré dos años en breve como presidenta.
¿Cuáles consideras que fueron los motores de ese auge de la responsabilidad social en su momento? ¿cómo podemos seguir impulsándola desde las organizaciones?
Los motores de ese auge en su momento, desde los inicios, venia provocado por las acciones visibles y porque era una necesidad de impulsar la RS por la sociedad haciéndolo visible en la parte social, medioambiental y en la parte ética en las compañías. Estas acciones no es que no se llevaran a cabo antes, pero se solian realizar sobre todo en empresas con mucho arraigo y como motor de desarrollo. No había reportes, los reportes eran internos, y estaban muy ligados a la vinculación con los empleados más que a temas medioambientales y sociales. Sin embargo, estos aspectos se impulsaron para que se dirigiesen un poco más hacia afuera, al tema medioambiental en general. Ahora esta acción se ha convertido en un deber, y aún está más presente a raíz del COVID. Esta necesidad de trabajar, es la mejor forma de impulsar la Responsabilidad Social y la sostenibilidad desde las organizaciones.
¿Cuáles son, en tu opinión, las principales ventajas y beneficios para una organización apostar por la Responsabilidad Social? ¿Y los principales errores que se siguen cometiendo en la actualidad en este ámbito?
Con el paso del tiempo han pasado varios aspectos fundamentales en la RS, y sostenibilidad: una de ellas, es que ya no es posible que una empresa opere sin tener en cuenta estos aspectos, y porque culturalmente está arraigado en la sociedad que te lo va a exigir. Ya no es solo que tengas ventajas y beneficios, es que si no estás en el mercado, si no apuestas por la responsabilidad social y la sostenibilidad, es imposible que la empresa se desarrolle. Por ello, en estos momentos no tiene sentido lo que llamamos “Greengwashing” porque hoy en día no es posible por todos los aspectos regulatorios que existen, pero sí en cambio que la empresa se centre más en lo extra y no en lo enraizado del negocio, que se quede solamente en lo que tiene mas impacto marketiniano y en la acción social. Esas tres cosas son para mí los principales acuerdos: quedarse en el reporte, en las acciones que tienen más impacto mediaticamente y en la acción social.
El tejido empresarial español está basado fundamentalmente en la actividad de Pymes ¿Cómo se puede facilitar la proliferación de modelos de negocios responsables por su parte?
La proliferación de modelos de negocio responsables viene deribado sobre todo por la gran cantidad de exigencias regulatorias que hay. A las Pymes, les exige mucho trabajo porque las obliga a tener a alguien, o a un departamento incluso ocupado con esto. Tengo una amplia visión de de miras sobre quien debe llevar esto, y quien lleva esta tarea dentro de la organización lo tiene que entender. En compañías muy pequeñas y que han surgido en los últimos tiempos, lo tienen implícito en su organización. Para las Pymes que son más antiguas les puede suponer un quiebro porque de repente tienen unas obligaciones regulatorias muy fuertes y no tienen a gente capacitada con este conocimient. Además, hay una demanda social en las que las Pymes pueden participar. Se necesitan profesionales con otros conocimientos, con otro expertis, pero no necesariamente se tiene que dedicar recursos extras. Todos los profesionales que vengan de este ámbito deberían hacerse expertos en RSE ya que se requiere estar implicados. Y esa es la única dificultad, el que las Pymes no tengan esa adquisición, ese talento experto. Las Pymes pequeñas tienen incluida la RSE en sus valores. Son compañías con propósito, con valores que realmente las hacen de esta manera porque el mercado lo exige así.
Tras esta crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ¿qué papel jugará la Responsabilidad Social y la sostenibilidad en las empresas? ¿habrá un nuevo modelo de Responsabilidad Social? ¿Qué retos encontramos ahora a futuro en el ámbito de la Responsabilidad Social?
Para mi es clave, pero también tenemos que mirarnos a nosotros mismos, a los profesionales de la RSE. Ahora paraece que todo el mundo está entendiendo la RSE pero lo está entendiendo poque les ha tocado la sensibilidad. Esta nueva situación excepcional nos ha transformado a todos los que nos dedicamos a la RSE. Pero la pregunta que ahora nos hacemos es por qué no hemos conseguido que la sociedad entendiera la RSE antes. Es posible que empleemos lenguajes muy técnicos, y a veces complicados a la comprensión de la sociedad. Me encanta ver a las empresas que ahora hablan de lo humano, del propósito de la compañía… Detrás de esto, hay mucho trabajo que debe seguir haciéndose para que realmente las compañías se deslumbren por este propósito y esté muy metido en su estrategia. Como expertos en RSE, debemos también auto examinarnos y saber que existe un cambio de lenguaje, un lenguaje más próximo a la RSE, y a la sociedad.
Los retos no variarán mucho con respecto a los de antes. Los retos medioambientales, los retos sociales en los que se va a producir un poco más de desigualdad seguirán igual. El COVID-19 está provocado esta situación, es una generación de abordaje de retos que ya estaban encima de la mesa. Este abordaje se ha acelerado por la pandemia. Los responsables de la RSE tenemos que entender como nos están devolviendo los retos que nosotros estamos viendo ya desde hace tiempo, pero tambein como nos lo está devolviendo la sociedad, las instituciones y las administraciones públicas. Hay que saber cuál es rol de las empresa porque esto por un lado nos ha mostrado lo vulnerables que somos todos pero también lo interconectados que estamos. Es muy importante toda esta colaboración. Lo fundamental es saber que papel tenemos cada uno de nosotros en nuestros retos sociales, económicos y medioambientales que vamos a tener que enfrentar.
Puedes escuchar aquí la entrevista a Elena Valderrábano, presidenta de DIRSE y directora global de Ética Corporativa y Sostenibilidad de Telefónica