¿Cuáles son los compromisos y tendencias que más se están adoptando en las empresas?
En nuestro estudio, hemos identificado que el 83% de las empresas conscientes con el clima ha establecido objetivos de cero neto, comparado con el 8% del resto de las compañías. Por lo que mientras algunas compañías avanzan con determinación, otras se quedan considerablemente rezagadas. Esta situación es preocupante, ya que la acción climática requiere con urgencia una respuesta global unificada.
Otra tendencia que revela nuestro informe se conoce como “greenhushing” o “silencio verde”, con un 44% de las empresas encuestadas señalando que la comunicación externa sobre los objetivos climáticos se ha vuelto más compleja en el último año. Es interesante destacar que la dinámica en España es muy diferente. Las empresas españolas, muestran una mayor disposición para la comunicación climática, posicionándose como las menos propensas al “greenhushing” en Europa.
Además, observamos una tendencia positiva adicional en el contexto español: la participación activa de los cargos directivos. Esto, junto a la demanda de los consumidores y clientes son uno de los principales impulsores de la acción climática.
¿Considera que la colaboración intersectorial y la divulgación de buenas prácticas pueden ser clave para superar la tendencia de “greenhushing”?
Estoy totalmente de acuerdo, y es probable que los resultados de nuestro estudio sean simplemente una señal de un período de ‘silencio’ corporativo previo a la inminente tormenta regulatoria. Esta situación inevitablemente requerirá que todas las empresas informen sobre su impacto climático y los progresos hacia sus objetivos. Un ejemplo relevante es la Directiva Europea de Información de Sostenibilidad Corporativa (CSRD, por su siglas en inglés), que busca establecer un marco armonizado para la presentación de informes de sostenibilidad por parte de las empresas.
La cooperación entre diferentes sectores, como empresas, gobiernos y ONGs permite compartir conocimientos, recursos y experiencias, facilitando la implementación de prácticas sostenibles. Además, la divulgación de buenas prácticas no solo resalta los logros positivos, sino que también puede inspirar a otras organizaciones a seguir el ejemplo, generando un efecto multiplicador en la adopción de prácticas más sostenibles.
¿Cuáles considera que son los mayores desafíos que enfrentan las empresas al asignar presupuestos para objetivos climáticos?
El 74% de las empresas españolas que encuestamos respondieron que aumentaron sus presupuestos para avanzar hacia el net zero. Estos fondos se destinan principalmente a la formación y capacitación del personal (81%), abordando así el desafío de la escasez de profesionales capacitados en sostenibilidad, que es el primer obstáculo identificado. Además, la falta de métricas de retorno de inversión (ROI) claras a corto plazo complica la justificación financiera de las inversiones climáticas. Esto, unido a la creciente demanda de transparencia y la presión externa para comunicar acciones sostenibles, añade complejidad al panorama corporativo climático.
España ocupa el puesto 12 entre 94 países en cuanto a cantidad de empresas con objetivos climáticos basados en la ciencia validados por la iniciativa SBT. Son apenas 147 las empresas españolas que tienen su objetivo de reducción de emisiones GEI alineado con el Acuerdo de París, y tenemos que mejorar mucho en ese sentido.
Dada la brecha identificada entre las empresas que toman medidas y las que operan como de costumbre, ¿cómo cree que las empresas españolas pueden desempeñar un papel de liderazgo en inspirar a otras en el mercado?
Creo que las empresas españolas pueden liderar e inspirar a otras en el mercado a través de acciones clave. Primero, fomentando la comunicación transparente, compartiendo tanto éxitos como desafíos mediante el reporte de sus iniciativas climáticas y comunicaciones creíbles. Segundo, impulsando a los proveedores a actuar, proporcionándoles herramientas para embarcarse en un camino hacia el liderazgo climático. Por último, colaborando con otros sectores para avanzar en mejores prácticas y estándares, destacando la importancia del compromiso de los cargos directivos y la proactividad en la acción climática.
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