Acabáis de presentar el nuevo Plan de Sostenibilidad 2024-2026 de Endesa ¿Qué desafíos específicos aborda este plan que no se han tratado en planes anteriores?
Lo primero que me gustaría resaltar es que en este momento de incertidumbre o de cuestionamiento en torno a la sostenibilidad, nosotros como Endesa seguimos comprometidos y seguimos apostando por nuestra hoja de ruta en la lucha contra el cambio climático y de convertirnos en una empresa cero emisiones en el año 2040.
Nosotros tenemos esa estrategia de largo plazo, con unos hitos muy marcados que son la salida del carbón, que ya este año nos hemos salido de todo el carbón peninsular y para 2027 nos saldremos de la única central que queda, en Alcudia, Baleares, abierta por razones de suministro.
Además, en línea con el objetivo net zero, mantenemos el plan de salirnos del negocio del gas como muy tarde en el año 2040, tanto en la venta como en la producción.
¿Qué hemos avanzado este año en cuestión de cambio climático? Estamos haciendo un plan de adaptación al cambio climático de todas nuestras operaciones, analizando la resiliencia de nuestros activos, cuál es el impacto que va a haber tanto en nuestras operaciones actuales como en los potenciales proyectos que tenemos de inversión, y adaptamos esos proyectos a los impactos que podemos sacar desde el punto de vista de los escenarios climáticos.
Estamos también diseñando un plan de respuesta ante emergencias climáticas extremas que puedan impactar en la sociedad. Y luego, analizamos las oportunidades que el cambio climático aporta. Y todo este conjunto lo agregamos a nuestro plan estratégico. La adaptación al cambio climático es la principal novedad.
Desde el punto de vista de biodiversidad, también estamos avanzando. Mantenemos nuestro compromiso de no impacto en la biodiversidad y de no deforestación neta al año 2030, pero además nos comprometemos en este nuevo plan estratégico a hacer una evaluación del impacto de todos nuestros nuevos proyectos que requieran un estudio de impacto ambiental. Para ello estamos desarrollando también una metodología de medición de impacto en biodiversidad, porque no hay nada homologado internacionalmente.
Y luego, por último, desde el punto de vista social y como compromiso con nuestros derechos humanos, hemos realizado una due diligence en materia de derechos humanos en Endesa, como muestra de nuestro compromiso social y en línea con nuestros valores.
En un contexto donde la sostenibilidad se ha vuelto un tema crucial, pero también hay cuestionamientos sobre el compromiso real de las empresas. ¿Cómo describe Endesa su compromiso genuino con la Agenda 2030 y los ODS, más allá de las declaraciones públicas y el greenwashing que pueda existir en la industria?
Nosotros tenemos una estrategia de largo plazo, un objetivo de convertirnos en una empresa cero emisiones en el año 2040 con una hoja de ruta. También objetivos de corto o medio-largo plazo. Son objetivos públicos, que están dentro del plan de sostenibilidad y que se pueden ver desde la página web de Endesa.
Nuestra hoja de ruta está alineada con el objetivo de la ciencia del grado y medio, y está alineado con el SBTI, que es una certificación reconocida internacionalmente, en el cual nuestra empresa Matriz, el grupo Enel, está certificado.
Además, publicamos anualmente el desempeño de estos objetivos. Digamos que son objetivos transparentes, que no son objetivos que se te quedan en el largo plazo, sin seguimiento. Nuestro plan no es un simple eslogan.
¿Cómo integráis el cambio climático y sus consecuencias en vuestra estrategia?
En Endesa tenemos ese objetivo de convertirnos en una empresa Net Zero. Hemos cerrado todo nuestro carbón penisular, y prevemos el cierre de la última central de carbón en el año 2027, los grupos tres y cuatro de Alcudia.
¿Dónde hemos profundizado más es en ese escenario de adaptación al cambio climático, que es diferencial, en donde analizamos la resiliencia de nuestros activos? ¿Cómo lo hacemos? Pues lo que hacemos es: tenemos diferentes escenarios climáticos y analizamos en función de esos escenarios, el impacto que van a tener en las operaciones donde estamos actualmente o en la realización de todas nuestras nuevas inversiones. Además de hacer un análisis de los componentes económicos y técnicos, se hace un análisis de cómo el cambio climático puede afectar en las operaciones de ese proyecto.
Si es una planta solar, por ejemplo, desde el punto de vista de radiación, desde el punto de vista de eventos climáticos, que pueda haber inundaciones y cómo eso afecta a la producción de esa planta. De manera que lo tienes en cuenta como una variable más en tu análisis de rentabilidad.
¿Cómo se involucra a los proveedores y la cadena de valor en la ejecución de este plan para reducir también las emisiones de “Alcance 3”?
Nuestro objetivo para 2040 de ser Net Zero efectivamente involucra el alcance uno, el dos y el tres. Y el tres, en la cadena de proveedores es, digamos, lo que menos control tienes como compañía, es más complicado.
Por un lado, estamos haciendo un análisis de emisiones de CO2 de nuestros proveedores. Les exigimos que hagan una cuantificación de sus emisiones, con el fin de poder hacer un ranking de los mismos y ver cuáles tienen el mayor impacto. También tenemos en cuenta la certificación de impacto medioambiental de sus productos que vamos a adquirir, así como pedimos también un pasaporte de materiales -qué materiales están utilizando en la producción de sus productos- con el fin de, una vez que ya tengan esto cuantificado, exigir una reducción tanto en su impacto medioambiental, en su huella de carbono, como en su consumo de materiales.
En línea con la certificación SBTi, estamos obligados a reducir al máximo posible las emisiones de alcance 3, procedente de nuestra cadena de proveedores, por eso estamos actuando ya. Y luego, por otro lado, las emisiones que quedan, que deben ser mínimas o residuales, entonces compensarlas mediante certificados de absorción.
Además, desde el punto de vista de cómo profundizamos en los compromisos de sostenibilidad, incluimos en nuestras certificaciones lo que denominamos el factor K de sostenibilidad. El factor K de sostenibilidad son requisitos que, dependiendo de la licitación, le exiges o incluyes en la licitación al proveedor, de forma que, si lo cumple, tiene una valoración positiva en la valoración total de esa licitación. Hay una valoración económica, una valoración técnica y una valoración de sostenibilidad.
¿Cómo plantea Endesa la estrategia de seguimiento de objetivos en materia de sostenibilidad?
El plan de sostenibilidad este año lo hemos elaborado de acuerdo a la doble materialidad para dar respuesta a lo que exige la nueva directiva. Ese análisis de doble materialidad, lo que te dice es que tienes que analizar qué temas son más relevantes desde el punto de vista de impacto que la compañía puede tener en aspectos sociales y medioambientales, así como el impacto que los temas de sostenibilidad puedan tener en la potencial valoración de la compañía.
Tenemos más de 90 objetivos que son públicos para nuestro plan estratégico 2024-2026, objetivos que son anuales. Les hacemos un seguimiento y al cierre de año se hace una valoración del cumplimiento de esos objetivos, que también son públicos. A modo de ejemplo, en el plan estratégico anterior, el Plan de Sostenibilidad 2023-2025, tenemos un grado de cumplimiento del 96%.
¿De qué forma integra Endesa la comunicación responsable en materia de sostenibilidad, tanto a nivel interno como externa?
Llevamos mucho tiempo trabajando en la comunicación, tanto interna como externa. A nivel interno tenemos los llamados embajadores de los ODS, que son empleados voluntarios, que lo que intentan es, por un lado, diseminar nuestros compromisos con los ODS y en materia de sostenibilidad en toda la compañía y luego, además, poder integrar esos objetivos en su día a día.
Y luego, desde el punto de vista de externo, participamos en diferentes foros y charlas. Además, en las notas de comunicación siempre integramos un apartado de sostenibilidad con la idea de llegar al mayor número de público posible y dar a conocer cuál es el compromiso de la compañía en materia de sostenibilidad.
A nivel social, ¿cuáles son los mayores retos que afronta la industria energética y qué soluciones plantea Endesa?
Como reto estratégico en el sector energético tenemos la lucha contra el cambio climático, para lo cual es necesario avanzar hacia una economía descarbonizada. ¿Cómo se consigue eso? Pues con una descarbonización del mix energético.
Estamos en plena transición del modelo energético. Ahora, esto no se puede hacer de cualquier manera, porque esto involucra e impacta en las comunidades y en la sociedad en general. Nosotros queremos liderar esa transición energética de una manera justa, inclusiva, sin dejar a nadie atrás.
Y existe una oportunidad única en este cambio de modelo. Es verdad que va a suponer el cierre de muchas centrales y como tal, el impacto en muchas personas, pero a su vez supone un plan de inversión en nuevas tecnologías que son de futuro y que como país deberíamos de ser capaces de poder darle respuesta y crear una industria ad hoc. Además, desde Europa llegan múltiples ayudas cuyo objetivo último es destinarlo a la transformación del modelo energético. Con lo cual nosotros como país tenemos un reto de poder aprovechar esta oportunidad de industrialización y además de hacerlo en las zonas que están más afectadas por el cierre.
El cuidado de la biodiversidad y el entorno natural es uno de los ejes principales del nuevo plan, ¿cómo se están integrando las consideraciones de conservación de la biodiversidad en la planificación y desarrollo de nuevos proyectos energéticos de Endesa?
Desde el punto de vista de naturaleza tenemos el cambio climático como el principal reto, pero hoy en día el cambio climático, la biodiversidad y la salud humana están muy relacionados, con lo cual los temas de impacto en biodiversidad están creciendo en importancia y nosotros como empresa energética responsable, somos conscientes.
Además del compromiso de deforestación neta y de no impacto en la biodiversidad para todos los proyectos en el año 2030 que ya teníamos, este año en el Plan 2024-2026, hemos ido más allá, marcando objetivos más de corto plazo en el sentido de ¿cómo vamos a hacer eso? Pues primero midiendo. Todos nuestros nuevos proyectos van a tener un análisis del impacto en la biodiversidad, con el fin de, si tienen impacto, poderlo reducir.
Luego tenemos el tema de la gestión de los recursos hídricos, que también es importante. Como sector energético, no somos el sector que más consumimos, de hecho no somos el sector relevante. Hay otros sectores como el textil, el agrícola, que consumen mucho más agua que nosotros, pero conscientes de la sensibilidad que hay hacia los recursos hídricos, también tenemos marcados objetivos de reducción. Hemos reducido nuestro consumo de agua en el año 2023 en comparación al año 2022 en un 18%, y en el nuevo plan de sostenibilidad tenemos un objetivo de reducción de un 20% en nuestra captación de agua para 2026.
¿Cuál es la visión de Endesa sobre el papel de la economía circular en la transición hacia un modelo energético más sostenible y cómo se refleja en sus planes futuros de inversión y desarrollo?
La economía circular consideramos que es fundamental para la lucha contra el cambio climático. Es fundamental conseguir un mix energético descarbonizado, pero según estudios, esa transición hacia las energías renovables es capaz de reducir el 55% de las emisiones de CO₂ a nivel global. El 45% restante está asociado al uso de la tierra y la producción de los materiales. Y es ahí donde la economía circular juega un papel fundamental, porque el objetivo es reducir al máximo posible el consumo de materiales, que el consumo de materiales sean los más renovables posibles y, además, alargar la vida útil de los productos. Al final de la vida útil, también poder reintroducir las materias primas en los nuevos ciclos productivos.
En Endesa hemos hecho un análisis del consumo de los materiales de nuestro plan de inversión, reflejado al año 2030, con el fin de detectar cuáles son los materiales que concentran el mayor consumo y poder empezar a trabajar con nuestros proveedores en su hoja de ruta para la reducción de ese consumo de materiales.
Desde el pasado mes de octubre, ejerce el rol de Directora General de la Fundación Endesa. ¿Qué supuso ese paso para integración del plano social a la estrategia de sostenibilidad de la compañía?
A mí, personalmente, me supuso un reto y un orgullo profesional. Siempre he considerado que son dos áreas, la sostenibilidad y la fundación, que tienen lenguajes comunes y que se complementan. Con lo cual que estén juntas permite maximizar la acción social que la compañía tiene en los territorios y en las comunidades.
Desde el punto de vista de sostenibilidad como negocio, lo que buscamos es gestionar los riesgos sociales que nuestras operaciones tienen con el fin de conseguir la licencia social, la licencia de integrar nuestros activos en las comunidades y conseguir ese permiso para poder operar desde el punto de vista de las comunidades.
Pero a través de la fundación, lo que hacemos es dar respuestas a otras necesidades que no tienen nada que ver con las demandas que puedan tener asociadas a nuestro negocio o a nuestras operaciones del día a día. Esto nos permite unir las diferentes demandas y optimizarlas y maximizarlas.
¿Qué nos puede adelantar de sus planes de futuro para la Fundación Endesa?
Acabo de llegar a la fundación y justo finaliza el plan estratégico 2021-2023. En este momento nos encontramos en plena reflexión del nuevo plan estratégico, con unos objetivos claros, como es el de maximizar la huella social de la fundación en todos los grupos de interés. Y cuando hablamos en todos los grupos de interés, estamos hablando de las comunidades, estamos hablando de los socios con los que trabajamos y también estamos intentando conseguir el orgullo y de pertenencia de nuestros empleados.
Con todo ello queremos alinear el nuevo plan estratégico en torno a tres ejes. El primero es alinear la estrategia de la fundación en torno al propósito de la entidad fundadora, que es Endesa. El segundo, realizar una gestión eficiente tanto de nuestros proyectos, como hacer un análisis de todos nuestros socios con el fin de poder identificar aquellos socios de largo plazo, socios estratégicos, que nos acompañen en una visión de largo plazo. Y el tercero, maximizar el impacto que nuestros proyectos tengan en las comunidades, tanto desde el punto de vista de número de beneficiarios como de tipo de beneficio. Porque no es lo mismo el beneficio de una persona que le sensibilizas como el beneficio de una persona que le encuentras un trabajo donde le estás cambiando la vida.
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