¿Cómo ve la situación de la RSE en el mundo?
A nivel global es imposible generalizar, pero lo que es importante es que el progreso sigue, a pesar de que la crisis, que sobre todo en Europa se ha sentido mucho más que en América Latina o Estados Unidos. Pero a pesar de la crisis, la RSE no se ha dejado de lado. Puede que una u otra empresa haya dejado de hacer cosas para ahorrarse algunos costes pero en general ya está en franco despegue en la gran mayoría de los países y eso son muy buenas noticias. Claro está que el progreso es absolutamente variable en diferentes regiones o países.
En el caso de España y Latinoamérica, ¿qué opina del impulso de la RSE y las diferencias entre ambas regiones?
En España el impulso es grandísimo, de entre los países de habla hispana es muy superior, es el líder. Aquí hay un buen ecosistema de apoyo en el sentido que hay muchos medios, como Corresponsables o por ejemplo Dirse, que creo que le va a dar mucho impulso al tema de la RSE porque va a mantener el interés de las bases. En este sentido, la misma internacionalización de la empresa española ha hecho que tenga que adoptar estándares mundiales cada vez más altos que de alguna manera después se permean en el resto de España a las otras empresas, en el tema cuando el desarrollo es bastante más incipiente.
Es algo relativo a un grupo de grandes empresas. Medios de comunicación, empresas de consultoría, conferencias, etc. sí que hay, pero no es como en España que hay muchísimos más. Diría que el ecosistema está un poco más avanzado que la misma empresa, un poco al revés de lo que pasa en España.
¿Y en cuanto al impulso de la RSE por parte de los gobiernos?
Aquí en España hay dos razones fundamentales: Europa porque la CE está desde hace muchos años promoviendo el tema, en buena medida por el liderazgo escandinavo, el linglés o el holandés. Y la segunda razón es que Europa ha influenciado en cierta forma a España, aún y cuando España ha tenido su propia naturaleza. El Gobierno español, sobre todo el PSOE, estuvo muy interesado, a pesar de que los resultados sean pobres.
Pero en América Latina ni siquiera el interés de los gobiernos existe en estos temas. Lo hablan de vez en cuando, cuando alguien en un tratado de libre comercio lo introduce. Pero más allá de lo estándar –digamos leyes laborales, ambientales, etc.-, no hay un liderazgo por parte de ninguno de los gobiernos. Con alguna excepción como Brasil, en general la política pública en América Latina deja mucho que desear.
¿Qué le parece Dirse y cómo ve a medio y corto plazo la función del gestor de RS en las compañías?
Dirse puede hacer una aportación muy importante. Se ha creado en un momento muy oportuno, el comienzo de la salida de la crisis, donde ya hay un gran núcleo de profesionales interesados en este tema, tienen una economía de escala y pueden hacer contribución para sistematizar la profesión. De esta manera se levanta el conocimiento desde dentro y no desde fuera. Por eso creo que es muy oportuno y puede tener un papel muy importante.
En cuanto a la misma profesión, está en una situación totalmente fluida. Cada empresa lo ve diferente y el profesional tiene que tener un comportamiento diferente, pero el futuro es muy claro: es muy positivo.
¿Cómo ve el reporte en el tema de RSE con el borrador del informe integrado y el lanzamiento del G4 del GRI?
Va a ser un paso muy positivo. Sorprendentemente, tengo más expectativa en el informe integrado que en el G4, porque el G4 es hacia el interior de la empresa, les dice cómo pensar porque tiene que tener un proceso. Es cierto que la simplificación es enormemente buena porque ahora vamos a reportar bien sobre aquello que es importante y no mediocremente sobre todo. Estoy muy ilusionado con el informe integrado a pesar de que lamentablemente la gente cree que se trata del informe anual y de sostenibilidad, pero no lo es. El informe integrado es un informe donde se incluye la información financiera y la no financiera, pero no pide indicadores ambientales, laborales, etc. La información no financiera no habla de sostenibilidad, es general y se refiere a la empresa como un todo. Pero quiere hacer pensar a la empresa en seis capitales: financiero, manufacturero, intelectual, capital social, capital humano y capital ambiental. Si el reporte integrado hace pensar a la empresa en otros capitales va a ser sumamente valioso para la sostenibilidad porque al hacerlo se la va a inducir a decir algo o a la acción. Por eso, para mí el informe integrado es pensar hacia fuera y el G4, pensar hacia adentro. Y para acción creo que el informe integrado va a tener más impacto.
Quizás deberíamos quedarnos con lo mejor de cada uno.
Lamentablemente no se hablan entre ambos. El G4 no quería ni ver al reporte integrado porque pensaba que era competitivo, aunque no tenían nada que ver, y ha estado descoordinado. Entonces la salida del G4 podría hasta llegar a perjudicar al informe integrado porque tú te vas a ocupar ahora al informe de sostenibilidad porque el integrado no te exigió lo de sostenibilidad. Hubiera sido genial que el informe integrado hubiera dicho “inclúyase información sobre sostenibilidad tipo G4”. En este sentido, esa es mi expectativa, que en unos 10 años tengamos el informe integrado con el G8 y logremos lo que todos queremos.
¿A nivel global, no considera que ahora más que nunca se necesita más RSE y comportamiento responsable de la empresa sobre todo en temas derechos humanos, transparencia y buen gobierno?
Estoy de acuerdo. Este tema de derechos humanos y empresa ahora con el informe Ruggie también va a tener un muy buen impacto. Aquí en España se está preparando el plan nacional de Derechos Humanos y empresas, que creo que va a fundiconar como lo de los capitales. El informe va a poner a pensar a la empresa porque hay muchas empresas que creen que RRHH se refiere a otras cosas y no se dan cuenta de que se trata de no discriminación, sueldo justo, lugar seguro de trabajo, etc. Estos desarrollos nos van a ayudar muchísimo y creo que vamos a continuar con un progreso sin abrumar. Un poco la preocupación es que abrumes a la empresa.
Un mensaje positivo para el mundo de la RSE.
Más que un mensaje positivo, una llamada a la acción. Si nosotros, los individuos, como trabajadores, dirigentes, consumidores, miembros de la sociedad civil, somos indiferentes, la RSE no va a seguir avanzando.
La Responsabilidad Social de las empresas es responsabilidad de nosotros los individuos, los ciudadanos actuando en nuestro ámbito. Tenemos que premiar a las empresas que sean responsables y castigar a las que no. Mientras nosotros no lo hagamos, depende mucho de la buena voluntad de contratos que se puedan conseguir, de regulaciones gubernamentales, etc. Pero el gran progreso está en nuestra acción.