El Club Nàutic El Balís celebrará a lo largo del año la primera edición de un ciclo de charlas medioambientales, en el marco de su compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del entorno.
El ciclo de charlas se organizará conjuntamente con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y contará con un total de seis ponencias que, de la mano de expertos en los diferentes ámbitos, tratarán sobre la protección del medio ambiente desde varias perspectivas. Algunos de los aspectos que se analizarán en las diferentes charlas serán la posidonia, la gestión de residuos, o acciones para reducir el impacto en el medio marino, así como un taller medioambiental para niños, entre otras propuestas.
La primera charla, que se celebró el 26 de febrero, giró alrededor del cambio climático, sus causas y consecuencias, y fue a cargo de dos investigadores del CSIC: el Dr. Miguel Ángel Mateo, vocal de la Junta Directiva del Balís, Director del Grupo de Ecología de Macròfits Acuáticos, del Centro de Estudios Avanzados de Blanes y Profesor Asociado de la Universidad Edith Cowan australiana, y el Dr. Fernando Valladares, reciente premio Rey Jaime I para la protección del medio ambiente, Director del Grupo de Ecología y Cambio Global en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y Profesor Asociado de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Dr. Fernando Valladares, ¿Qué alternativas sostenibles se pueden utilizar para disminuir el uso del carbono, de los combustibles fósiles, del CO2 y sus variaciones?
Las alternativas pasan sin duda por las energías renovables (eólica, fotovoltaica, hidráulica) y también por la electrificación del transporte y de muchas actividades, así como con el incremento de la eficiencia energética, es decir, aislamientos térmicos en instalaciones y optimización mecánica y física a la hora de emplear la energía eléctrica.
¿Es suficiente que las compañías altamente contaminantes cumplan con las exigencias marcadas por IPPC?
Es imprescindible, pero no del todo suficiente, ya que hay una parte que implica a la sociedad en su conjunto. Pero indudablemente la parte más importante es la que compete a las grandes empresas y en especial a las que son más intensivas en carbono, es decir, que emplean más combustibles fósiles para su actividad. Por dar una referencia muy aproximada, logrando que estas empresas cambien el modelo y reduzcan significativamente sus emisiones, estaremos abordando más del 70% del problema. El resto se reparte entre los ciudadanos y una larga lista de empresas y sectores.
¿Qué consecuencias pueden ocasionar la subida del nivel del mar y desbordamiento marino?
Las consecuencias son muchas y profundas. En zonas de costas someras y especialmente en los trópicos hay millones de personas que ya se están viendo afectadas y que lo serán más en el futuro. En el Golfo de bengala o en el Caribe, además de los cientos de islas bajas repartidas en el Pacífico, ambos procesos dejan sin hogar y sin sustento a millones de personas. Pero también muchas infraestructuras en zonas costeras se están viendo afectadas y se verán más afectadas en el futuro. Los grandes puertos españoles, por ejemplo, fueron diseñados para otro mar, otras corrientes, con otra intensidad y dirección, y para otra altura máxima de ola. Todo eso hay que revisarlo para adecuarlo al nuevo mar que está trayendo el cambio climático.
¿Qué aspectos del sistema socioeconómico actual se deberían cambiar o modificar para mitigar el cambio climático?
Fundamentalmente el uso tan intensivo de energía y en general el mantener una economía en crecimiento constante cuando los recursos son finitos. Hay que abordar, no solo las muchas “R” (reducir, reciclar, restaurar, reutilizar, reparar) y una economía circular, sino una auténtica desescalada económica que permita un empleo sostenible de los recursos.
¿Cuál es el papel que deberían adoptar los gobiernos y la sociedad para afrontar las causas del calentamiento global y qué postura deben incorporar para adaptarse a sus consecuencias?
El papel de los gobiernos es coordinar las acciones de la sociedad tanto de su país como de los demás países. Ante un problema como el cambio climático, de escala tan global, esta labor de coordinación de iniciativas y acciones es clave. La sociedad debe entender la magnitud del desafío y apoyar las medidas de los políticos, aunque algunas sean difíciles. Ante las consecuencias ineludibles que ya están ocurriendo, no cabe, sino maximizar la adaptación y ahí toca poner en marcha una gran batería de medidas sanitarias, ambientales, sociales y jurídicas.
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