¿Qué papel juega la Fundación AstraZeneca en la gestión responsable de la compañía? ¿En qué áreas se focaliza?
La Fundación es la responsable de canalizar toda la RSC de AstraZeneca y tenemos como máxima dar vida a la ciencia. Es decir, queremos aportar un valor real a la sociedad. Tenemos tres áreas principales: talento investigador , pacientes y sostenibilidad social. Cuando hablamos de talento me refiero a que llevamos a cabo muchas iniciativas para promover y dar soporte al talento científico español.
Respecto a los pacientes, trabajamos muchísimo con las asociaciones de pacientes dentro de nuestras áreas terapéuticas. De esta manera, intentamos ayudarles a vivir la enfermedad de una manera mucho más positiva.
El tercer pilar de nuestra RSC es la sostenibilidad social. Contamos con diferentes trabajos y colaboramos con fundaciones para impulsar en España una sostenibilidad social con fuerza.
La memoria de la Fundación lleva el título de “El lado humano de la ciencia”. ¿Qué quieren transmitir?
Nosotros solemos decir que la Fundación lo que aporta es vida a la ciencia. Es decir, la Fundación AstraZeneca es el vehículo más humano para dar vida la ciencia y acercarla a las personas. Detrás de todo tratamiento puntero e innovador debe haber una labor de cercanía con el paciente, con sus necesidades, con sus inquietudes. Y eso es lo que hacemos desde la Fundación.
¿En qué ha estado trabajando la Fundación en los últimos meses y en qué va a trabajar a corto plazo?
En el área del talento científico tenemos un programa que se llama ‘Jóvenes investigadores’ a través del que premiamos a cuatro jóvenes investigadores que han destacado en sus trabajos. Para impulsar sus proyectos, otorgamos una beca de 20.000 euros a cada uno y les damos la oportunidad de visitar los centros de investigación internacionales de la compañía y de entrevistarse con los responsables de captación de talento. España tiene un talento científico increíble y somos responsables como Fundación de una compañía biofarmacéutica, de ayudar a todos estos jóvenes investigadores.
Con las asociaciones de pacientes llevamos a cabo muchas iniciativas. Una de las campañas más destacadas es ‘En diabetes, si pierdes ganas’ y la pusimos en marcha para mejorar la calidad de vida y el día a día de los pacientes con diabetes tipo 2. La última campaña que vamos a lanzar en 2017 justamente va ser la de la enfermedad EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). La hemos llamado ‘Recupera tu ritmo’ y busca ayudar a los pacientes que sufren de EPOC a mejorar su calidad de vida y tener un ritmo a través del ejercicio físico.
En el área de sostenibilidad social, seguiremos trabajando con la Fundación Balia en proyectos como el Young Health Programme para promover hábitos de vida saludables entre los más jóvenes. También mantendremos nuestra colaboración con la Fundación SHE, de Valentín Fuster, con quienes estamos fomentando una educación cardiosaludable en los colegios para ayudar a que niños y jóvenes desde a los 3 hasta los 18 años tengan una vida saludable y no desarrollen riesgos cardiovasculares si se les ha educado desde muy pequeños.
¿También se han embarcado en el Reto Pelayo Vida Trasatlántica? ¿En qué consiste y por qué lo apoyan?
Esta iniciativa es una novedad de este año. Nos hemos sumado al Reto Trasatlántica en el que cinco mujeres que han luchado contra el cáncer están a punto de cruzar el Atlántico tripulando un velero. Ellas son el vivo ejemplo de que el coraje las ganas, la fuerza y la ilusión son fundamentales para seguir hacia adelante. Estas mujeres para mí son un ejemplo a seguir y espero que inspiren sobre todo a personas que hoy están viviendo con esta enfermedad.
Los premios Jóvenes Investigadores son una manera de incentivar la I+D, ¿qué han supuesto para la Fundación?
Siempre decimos que el talento científico español es excelente y estos premios están permitiendo darles un poco de voz, enseñar que lo que tenemos en España es excelente. Nuestro compromiso es ayudarles en su día a día a progresar para que cuatro jóvenes científicos puedan desarrollar líneas de investigación punteras en enfermedades con necesidades no cubiertas.
2016 es el segundo año que otorgamos estos premios y hemos conseguido un 25% más de candidaturas que en 2015. Creo que estamos logrando atraer mucho a jóvenes con talento. La verdad es que las historias de éxito que hemos visto de los ganadores de la primera edición es que han avanzado muchísimo en sus investigaciones.
¿De qué manera trabajan desde AstraZeneca y desde la Fundación para favorecer la accesibilidad a los tratamientos?
La relación es muy buena. Apoyar a los pacientes y a su entorno es una de nuestras principales líneas de actuación y todo lo que hacemos tiene como objetivo último mejorar su calidad de vida. Para ello, la colaboración que mantenemos con las asociaciones de pacientes es clave.
¿Cómo es esa relación con las asociaciones de pacientes? ¿Cómo trabajan la mayor interacción con ellos?
La transparencia y la cercanía son las dos máximas que guían tanto estas relaciones como todo lo que hacemos. Estar cerca de las asociaciones significa estar cerca del paciente, de sus necesidades y de sus inquietudes. Por eso la relación es clave. Queremos desarrollar proyectos conjuntos con ellos para que tengan impacto. Más que ser un patrocinador, a nosotros nos gusta trabajar desde la base en las necesidades que puedan tener nuestros pacientes y, juntos, desarrollar programas que tengan un impacto positivo en su día a día.
También tienen el foco puesto en la sostenibilidad ambiental, desde la reducción de la huella de carbono hasta el impacto que los fármacos tienen en el medio ambiente. ¿Qué iniciativa destacaría? ¿Qué retos os marcáis para los próximos años en materia medioambiental?
Estamos comprometidos con la gestión medioambiental sostenible durante todo el ciclo de vida de nuestros medicamentos, desde el descubrimiento y el desarrollo, pasando por la fabricación, comercialización y uso, hasta su eliminación.
En 2015, fijamos nuevos objetivos para el futuro. Asumimos nuestra parte de responsabilidad, y por eso nos basamos en la iniciativa conjunta del World Resources Institute y el World Wildlife Fund y Carbon Disclosure Project para fijar unos objetivos basados en su informe “Mind the Science: Mind the Gap”. El objetivo de esta iniciativa es desarrollar una metodología que ayude a las compañías a fijar objetivos de reducción de las emisiones con base científica, basándose no en los proyectos de reducción de carbono actuales de sus propios productos en fase de investigación, sino en los niveles que puedan evitar los peores efectos del cambio climático.
Además, para asegurarnos de que nuestros vertidos son seguros, desarrollamos el concepto de concentraciones de referencia medioambiental (CRM) y de concentraciones máximas tolerables (CMT). Nuestras plantas de fabricación de todo el mundo cumplen nuestros criterios de CRM y contamos con un programa permanente para confirmar su cumplimiento