¿Qué importancia tiene para vuestra organización el desarrollo de buenas prácticas en el ámbito cultural respecto al global de vuestra RSC? ¿Qué beneficios os aporta en el desarrollo de vuestro negocio?
La difusión cultural es una de las cuatro líneas de actuación en las que trabaja la Fundación Mutua Madrileña y a ella le dedicamos cerca de una cuarta parte de los recursos de nuestra fundación.
Con el desarrollo de este tipo de acciones buscamos contribuir a hacer más accesible la cultura a la ciudadanía en general y contribuir a que las instituciones culturales puedan seguir llevando a cabo su actividad difusora de la cultura. En este ámbito también se incluyen las diferentes iniciativas culturales que llevamos a cabo que están especialmente dirigidas a nuestros mutualistas y asegurados.
¿De qué forma está vuestra organización apostando por el ámbito cultural y el mecenazgo? ¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución hasta la actualidad?
La Fundación Mutua Madrileña se constituyó en 2003 para apoyar la investigación científica en España y con vocación de beneficiar el interés general. La línea de actuación de difusión cultural se puso en marcha en 2009, dentro de la estrategia de ampliación y diversificación de sus áreas de actividad, y desde entonces solo ha crecido, tanto en el número de actividades que organiza como por las personas que se benefician de las mismas.
Nuestra fundación desarrolla esta labor de mecenazgo apoyando a algunos de los principales museos e instituciones culturales en las labores de conservación y difusión de su patrimonio, entre ellos el Museo Reina Sofía de Arte Contemporáneo, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Museo Sorolla o el Museo Lázaro Galiano, y esto solo en el ámbito de las artes plásticas.
En lo que respecta a la música, nuestra fundación desarrolla un ciclo de conciertos anual, en nuestro auditorio del Paseo de la Castellana de Madrid, dirigido tanto al público adulto como al público infantil, y mantiene también acuerdos de colaboración con el Teatro Real y el Gran Teatro El Liceo de Barcelona para para apoyarles en el desarrollo de sus actividades.
¿Puedes especificarnos algunas buenas prácticas y/o iniciativas concretas que estáis llevando a cabo en esta materia y qué objetivos persiguen?
Destacaría los ciclos de conciertos que organiza Fundación Mutua en el auditorio de Mutua Madrileña. Es un programa de gran calidad que, aunque nació hace diez años centrado en la música clásica, ahora abarca el jazz, la música étnica, el flamenco… Además, la recaudación íntegra obtenida se destina a varios proyectos solidarios que, a su vez, son elegidos por nuestros asegurados a través de una votación abierta en la web de la fundación.
¿Cuál es la situación actual de la RSC Cultural en vuestro sector económico y sus principales barreras y obstáculos?
La RSC Cultural está muy extendida en el sector asegurador y es uno de los pilares primordiales de fundaciones con modelos eficaces y variados de responsabilidad cultural corporativa. Además, se realiza una labor de mecenazgo sostenida en el tiempo, imprescindible para que las instituciones culturales puedan llevar a cabo sus programas.
En lo referente a barreras y obstáculos, el coronavirus ha afectado especialmente a la cultura y precisamente ahora no hay que dejar de apoyarla. La pandemia ha cambiado el consumo cultural y se plantean nuevos retos con las reducciones de aforo, lo que sin duda ha llevado a desarrollar el formato digital u online.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos de tu organización en materia de gestión socialmente responsable?
En una sociedad y en un entorno altamente cambiante como el que vivimos, el reto va a ser adaptar nuestras políticas y nuestras medidas de RSC y sostenibilidad a las necesidades no cubiertas que vayan apareciendo.
La adaptación rápida y contundente, como la que hemos demostrado con el Covid-19, y la concreción en tiempo récord de medidas con un impacto directo en la vida de los beneficiarios a los que van dirigidas son los principales retos a los que nos enfrentamos.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables “Responsabilidad Cultural Corporativa”