¿Qué papel juega la alta dirección a la hora de infundir ese respeto por los derechos humanos y asegurar su cumplimiento?
En Fundación SERES creemos firmemente que la Alta Dirección es una palanca necesaria para impulsar los derechos humanos en las organizaciones. Lo vemos cada día en nuestro trabajo con las 150 empresas que forman parte de este movimiento.
Para llevar a cabo el proceso de forma exitosa, las empresas deben expresar su compromiso con esta responsabilidad mediante una declaración política que se difunda interna y externamente a todo el personal, los socios y otras partes interesadas. Una declaración que sea aprobada al más alto nivel directivo de la empresa, que establezca lo que la empresa espera de su personal, sus socios y otras partes directamente vinculadas con sus operaciones, productos o servicios y que quede reflejada en las políticas y los procedimientos operacionales necesarios para inculcar el compromiso asumido a nivel de toda la empresa.
El compromiso puede adoptar la forma de una política pública única e independiente sobre el respeto de los derechos humanos o incluirse en un documento más amplio como un código de ética o principios del negocio.
Pero aquí es importante destacar que no estamos hablando de actividades filantrópicas. Hablamos de un compromiso público de respeto de los derechos humanos en todas las actividades de la empresa y las relaciones comerciales.
En definitiva, la implicación de la Alta Dirección y la adopción de una declaración política pública han demostrado ser las mejores formas de evidenciar el compromiso de la empresa con los derechos humanos. Ejemplos como videos corporativos, menciones en las cartas de los presidentes o comunicar avances, metodologías y lecciones aprendidas en las propias páginas corporativas pueden servir como palanca y para mostrar lo relevante que es para la compañía, de modo sus profesionales, sus inversores, sus clientes y otros grupos de interés puedan identificar la posición de la empresa de manera sencilla.
¿Qué peso tienen valores como la transparencia y la formación a la hora de defender los derechos humanos?
En lo que respecta a la sostenibilidad, y concretamente a los derechos humanos, las empresas deben ser transparentes en los procesos, en la información sobre la cadena de proveedores, los riesgos sociales y ambientales identificados y los sistemas de control implantados para asegurar que se cumplen los compromisos con los aspectos sociales, ambientales y de derechos humanos. También en los resultados de las auditorías y las medidas preventivas y correctivas, en las formas de actuación en todos los eslabones de la compañía y a nivel de la cadena de suministro.
Las personas son la pieza clave en las empresas y, por ello, se las debe cuidar, escuchar y atender independientemente de la geografía en la que opere el negocio. Además, es importante que existan canales de denuncia y mecanismos de remediación y reparación en caso de que se vulnere algún derecho humano.
En este sentido, también es importante tener en cuenta la formación en derechos humanos. Puede parecer algo intangible o una cuestión poco necesaria en los países desarrollados, pero como pone de manifiesto la Matriz SERES de Derechos Humanos, estos aplican a todas las áreas. En esta matriz, que está viva y cocreamos con nuestras empresas, identificamos con un lenguaje común alineado con los ODS los temas más relevantes que deben abordar las empresas en materia de derechos humanos, incluyendo buenas prácticas nacionales e internacionales inspiradoras.
Cuestiones como las prácticas laborales, la lucha contra la corrupción y soborno, el impacto en la comunidad o en los proveedores, entre otras. En SERES hemos traducido además ese aterrizaje a la realidad de la empresa española, poniendo el foco en temas como la contratación y retribución justa o el desarrollo profesional y la formación. Cada vez son más las empresas que disponen de programas de formación internos, orientados a conseguir que el profesional adquiera las competencias que necesita para adaptarse a los cambios y desempeñar su trabajo de forma efectiva. Esta nueva forma de reentrenar a los profesionales está basada en los conceptos de upskilling y reskilling.
¿Cómo una multinacional debe lidiar con los diferentes marcos regulatorios en materia de derechos humanos en diferentes países?
Somos conscientes de que cada vez nos encontramos con un panorama más exigente con el respeto de los derechos humanos. Los organismos públicos, la sociedad civil e incluso los inversores se han convertido en mecanismos de control frente a posibles vulneraciones de derechos humanos por parte de las empresas. Los cambios normativos también suponen un impulso para que las organizaciones integren el respeto y el desarrollo de los derechos humanos en su estrategia de negocio.
Dependiendo del país donde operan las compañías, deben tener muy presentes las normativas que pueden afectarles. Pero desde SERES trabajamos esta integración en la estrategia desde la oportunidad que reside en este camino de transformación que invitamos a que emprendan las empresas hacia un modelo más comprometido socialmente. En este sentido, llevamos tiempo animando a nuestras compañías a adelantarse a la nueva regulación europea, la Directiva sobre la debida diligencia en materia de sostenibilidad, como una forma de generar valor compartido, para la empresa y la sociedad.
Además, con la Matriz SERES de Derechos Humanos también pretendemos servir de guía, vinculando temas relevantes en relación con el impacto de la empresa en los derechos humanos, como la lucha contra la corrupción, el control de la cadena de suministro o la privacidad de datos con las diferentes regulaciones, estándares e índices, como la Ley 11/2018 de Información No Financiera, la Directiva en Debida Diligencia, la Taxonomía Social Europea, los estándares GRI y EFRAG.
Por otro lado, desde Fundación SERES también estamos al tanto de las principales novedades en derechos humanos, así como en foros vinculados con la materia. Por ejemplo, participamos en el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos que dedicó un informe temático anual de la 77.ª sesión de la Asamblea General para valorar los vínculos entre las prácticas de compromiso político corporativo y la conducta empresarial responsable. Consideramos vital estar presentes en este tipo de iniciativas para dar voz a las empresas.
¿Cuál es el mayor reto que tienen las grandes empresas en materia de derechos humanos?
Los retos a los que nos enfrentamos son muchos y, como ya he comentado, desde SERES los abordamos siempre en clave de oportunidad. Destacaría la importancia de que los derechos humanos se aborden desde todas las áreas de la empresa, de forma transversal. También la anticipación, estar al día en las tendencias en derechos humanos, asegurarnos del correcto funcionamiento en la cadena de suministro, desde la materia prima hasta que el cliente final adquiere el producto o servicio, y, por último, contar con un buen plan de remediación.
En SERES somos conscientes del compromiso de las empresas en derechos humanos prueba de ello es que desde 2018 trabajamos nuestro LabS de Derechos Humanos donde contamos con más 40 empresas participantes de multitud de sectores y cada año se suman más para continuar avanzando en la integración de los derechos humanos en el negocio.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: El impulso de los DDHH desde el ámbito empresarial, realizado con la colaboración de Fundación SERES.