Regus, proveedor mundial de espacios de trabajo, ha presentado el primer estudio sobre el impacto socioeconómico de las oficinas flexibles, entre 2019 y 2029, en el extrarradio y en las ciudades secundarias de 19 países estratégicos para la compañía, entre ellos, España. Entre las principales conclusiones, el análisis realizado por economistas independientes revela que el crecimiento de los espacios de trabajo flexibles a las afueras de las principales ciudades del mundo contribuirá al desarrollo de una economía flexible con cerca de 229.000 millones de euros en los próximos diez años, lo suficiente para construir 360 hospitales de última generación1.
Asimismo, el informe señala que las áreas que cuentan con un centro de negocios generan un promedio de 121 nuevos empleos, así como alrededor de 8,7 millones de euros de ingresos adicionales en la economía local. Además, la presencia de espacios flexibles y la creación de empleo en la zona generan un desarrollo económico con un Valor Añadido Bruto (VAB) cifrado en 25,5 millones de euros.
Esta tendencia al alza se debe en gran medida por las grandes empresas que están adoptando e impulsando políticas de trabajo flexible y, con ello, prescindiendo de una única sede central. De esta forma, estas empresas apuestan cada vez más por tener a sus empleados en espacios flexibles y fuera del centro de grandes ciudades. Muchas de ellas lo hacen con el objetivo de mejorar el bienestar de los empleados al permitirles trabajar más cerca de casa, con su consecuente ahorro de dinero y aumento de la productividad.
Así, las zonas suburbanas que disponen de un espacio flexible o centro de coworking observan un beneficio en su economía local a través de la creación de puestos de trabajo, tanto dentro como fuera del centro, la dinamización de negocios y servicios de la zona, la mejora de la productividad y la aparición de nuevas oportunidades laborales para los residentes locales.
La irrupción de las oficinas flexibles en las áreas metropolitanas de España
España es el 2º país de Europa donde más crece el extrarradio, con un aumento del 139% en los últimos 50 años. A los beneficios socioeconómicos de las economías locales por el aumento de las oficinas flexibles en áreas metropolitanas, las cuales para 2029 albergarán casi 105.000 trabajadores, debe sumarse más oportunidades de empleo a los residentes locales, concretamente, más de 59.000 puestos.
Los economistas concluyen que el VAB de las empresas alojadas en las oficinas flexibles –y sus empleados– generarán 7.224 millones de euros anuales para la economía española, de los cuales 3.876 millones se destinarán a las economías locales. El estudio también extrae el tiempo que se ahorrarán al año los trabajadores en los desplazamientos y que destinarán a fines personales y ocio; en total este ahorro equivaldrá a más de 152.000 días para 2029. Por último, respecto al impacto medioambiental, se espera que el ahorro anual de emisiones de CO2 por la reducción de dichos desplazamientos supere las 46.000 toneladas anuales. Consecuentemente, un menor impacto medioambiental significa una mayor salubridad y, por lo tanto, una mayor productividad de los propios empleados.
El análisis también mide los beneficios asociados que se generarán con la apertura de una nueva oficina flexible en algún punto del país. A nivel nacional, un nuevo centro albergará un total de 222 empleos permanentes y 126 empleos locales adicionales en la zona. El VAB generado por las empresas alojadas en la oficina flexible será en torno a los 14,98 millones de euros anuales; a nivel local, el VAB neto generado por las empresas y los trabajadores será de 8,36 millones de euros anuales. Entre todos los trabajadores de un centro ahorrarán 647 días al año en desplazamientos, de los cuales 323 días se utilizarán mayormente para fines personales. En cuanto a los beneficios medioambientales, se reducirán al año alrededor de 122 toneladas de emisiones de CO2.
Para Mark Dixon, CEO y fundador de IWG, “cuando la gente viaja a las grandes ciudades, invierten su dinero en transporte. En cambio, con trabajos de proximidad, ese gasto se queda cerca de sus hogares. Este estudio muestra el impacto positivo que tiene en las personas y en la zona cuando hay más oportunidades para trabajar cerca de casa o del trabajo”. Además, “las empresas reconocen estos beneficios y estamos viendo una mayor demanda de espacios flexibles por parte de ellas, de todos los tamaños, en ciudades más pequeñas y en el extrarradio”, asegura Dixon. Asimismo, “las empresas de menor tamaño están optando por agruparse y colaborar entre ellas, por lo que las oficinas flexibles son su escenario de trabajo idóneo”.
En cuanto al número de centros disponibles, Dixon destaca que “a día de hoy contamos con cientos de oficinas flexibles en este tipo de lugares, incluso en poblaciones que tienen menos de 10.000 habitantes. Seguimos planeando nuevas aperturas en un futuro cercano, en línea con esta tendencia al alza. Nuestra visión es que haya un espacio de trabajo flexible en cada esquina en los próximos años”.
Descarga el estudio de Regus con el análisis completo del impacto socioeconómico del trabajo flexible en 19 países (Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, China, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, India, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Países Bajos, Reino Unido y Sudáfrica), aquí.
Para más información sobre el impacto del trabajo flexible en el mercado español, aquí.
Entrevistamos a Philippe Jiménez, Country Manager en España de IWG, quien nos amplía la información de este estudio: