Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional de los Derechos Humanos
En el marco del Día de los Derechos Humanos, Kimberly-Clark destaca como un actor comprometido con la transformación social en América Latina, con un enfoque especial en Perú a través de su marca de productos de higiene personal Suave. A través del programa Baños Cambian Vidas, la empresa aborda el acceso al agua potable y al saneamiento, derechos fundamentales que impactan directamente en la dignidad, la seguridad y el desarrollo humano, especialmente en poblaciones vulnerables.
Según Segundo Pérez, Gerente Senior de Marketing para la categoría de Cuidado Familiar en Kimberly-Clark Perú, en este país “3.3 millones de personas no tienen acceso al agua potable y 6.4 millones carecen de alcantarillado”. Esta realidad exige soluciones que van más allá de lo inmediato. “La prioridad para nosotros es poder facilitar el desarrollo nutricional de los niños. Un niño sin agua potable no puede crecer en condiciones óptimas”, enfatizó Pérez, destacando que los niños son el presente y futuro del país.
El programa Baños Cambian Vidas, lanzado en 2015, ha impactado a 5 millones de personas en América Latina. En Perú, en 2024, el programa benefició a 40.000 personas, muchas de ellas en comunidades rurales como Cascas, en el norte del país. Allí, Kimberly-Clark, junto con su socio principal, Water for People, trabaja para garantizar acceso al agua potable y al saneamiento mediante un enfoque integral: construcción de infraestructura, capacitación técnica y formación de las comunidades para promover el uso sostenible del recurso.
“Básicamente, en síntesis, es poner la infraestructura para que el agua llegue hasta el pueblo, pero también capacitar al pueblo para que se organice y lo pueda mantener. Se generan lo que son las juntas del agua, por ejemplo, que es un grupo de ciudadanos que se van organizando de forma rotativa para hacerse responsables por el mantenimiento y el aprovisionamiento del agua. Se tiene que generar mucha conciencia por el uso responsable del agua, incluso capacitación de cómo llevar una higiene adecuada y cómo utilizar el agua”, explicó Pérez.
El programa también se enfoca en llevar agua y saneamiento a escuelas y centros de salud, reconociendo el impacto que esto tiene en la educación y el bienestar infantil. Y, además de trabajar a nivel comunitario, el programa busca un impacto a mayor escala mediante la capacitación de autoridades municipales y distritales. Este enfoque dual permite no solo atender necesidades inmediatas, sino además fortalecer capacidades locales para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
En este sentido, Baños Cambian Vidas se alinea con principios fundamentales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, contribuyendo al acceso a servicios esenciales que promueven la dignidad y la igualdad de oportunidades. De esa forma, “esperamos poder impactar a 10 millones de personas a lo largo del programa”, afirmó Pérez y subrayó que este enfoque es un reflejo del ADN de Kimberly-Clark: “Cambiar vidas para hacerlas un poco mejor”.
En fin, desde sus marcas hasta sus operaciones, Kimberly-Clark integra principios de sostenibilidad y responsabilidad social en su estrategia global. “En todas las categorías tratamos de tener este impacto, desde marcas como Huggies, en donde trabajamos con Unicef, hasta Kleenex, que intenta trabajar por el conocimiento de las problemáticas de salud mental, que cada vez tienen mayor prevalencia en los tiempos que corren”, explicó.
En un mundo donde millones de personas aún carecen de acceso al agua potable y al saneamiento, iniciativas como Baños Cambian Vidas demuestran que las empresas pueden ser un motor de transformación social. Kimberly-Clark, con su enfoque en derechos humanos y sostenibilidad, contribuye de manera tangible a mejorar vidas en las comunidades donde opera.
Una visión que para Segundo Pérez no solo es motivo de orgullo, sino que también es un ejemplo para seguir: “Creo que las empresas son agentes de cambio, cada una dentro de sus posibilidades, pero sin duda las empresas responsables con la ciudadanía y con el medio ambiente tienen un rol fundamental para construir una sociedad mejor. Por eso, queremos inspirar a otras organizaciones a sumarse a este esfuerzo”.