Hace unos meses que fue nombrado nuevo director general de Triodos Bank España, entidad a la que lleva vinculada desde su fundación en España en 2004. ¿Con qué expectativas llega y cuáles son los retos de futuro que se ha marcado?
Creo que después de 10 años funcionando en España, y con el contexto actual en el que estamos, la propuesta de Triodos Bank es de una rabiosa actualidad pero, sobre todo, de una rabiosa necesidad. Estamos intentando ver qué podemos hacer para tomar decisiones más conscientes de nuestro dinero, para mejorar la economía, para mejorar el empleo, etc.
La propuesta de Triodos Bank precisamente es esa: una mayor consciencia en relación con nuestras decisiones económicas, y en ese sentido, todo lo que tengamos que hacer ahora mismo es extraordinariamente actual.
Vuestro modelo de negocio bancario se basa en la transparencia y combina la rentabilidad financiera con la rentabilidad social y medioambiental. ¿Cómo ha sido esa evolución del banco ético?
En España la acogida que ha tenido Triodos Bank ha sido excepcional. Estamos en un país de 45 millones de habitantes donde cuando empezamos se decía que aproximadamente un 10% de los ciudadanos, ya tenía una sensibilidad especial para el medio ambiente o con el sector social. Año tras año hemos superado un crecimiento del 30% aproximadamente así que la acogida ha sido excepcional, aunque sí que es cierto que en estos momentos la gente lo entiende un poco mejor o bien porque lo ha vivido en sus propias carnes o porque ha visto en alguien cercano lo que puede suponer esta crisis económica.
Nuestra propuesta de banca ética es muy sencilla. Se trata de incorporar en las decisiones económicas al resto de la sociedad. Esto significa que cada vez que uno toma una decisión de ahorro, de compra, etc. tiene una repercusión para sí mismo pero también en los demás. Por ejemplo, cuando ahorro ese mismo dinero es un préstamo para otro; cuando compro, hay que tener en cuenta toda la cadena da valor que hay al otro lado de mi compra: tener en cuenta si tienen una vida justa, unas condiciones de trabajo dignas, etc.
En definitiva, se trata de manejar, cada vez con mayor consciencia y responsabilidad, ese equilibrio entre lo que supone para mí una decisión económica y lo que supone para los demás. Esto que antes era un discurso difícil de comprender en España, creo que hoy en día es bastante obvio para muchos de nosotros.
El año pasado tuvisteis un 41% de nuevos clientes. ¿Esto lo relacionáis a la situación de crisis de los últimos años y de tomar más consciencia social?
Yo creo que influyen muchas cosas. Este crecimiento de entre un 30 y un 40% de nuevos clientes lo venimos teniendo desde 2004 porque antes de la crisis ya había mucha gente con una predisposición a hacer las cosas de otra manera pero no tenía una alternativa. Y Triodos Bank abrió esa ventana a una banca alternativa.
Pero sí que es cierto que en los dos últimos años se ha juntado, por un lado esta predisposición, y por otro que el banco ya había desarrollado una red de oficinas y unos productos y servicios que permitían operar con el banco con total normalidad y una mayor consciencia en relación al vínculo que se quiere tener con los bancos.
En 2013 avanzasteis con 10 nuevas iniciativas en su modelo de banca ética y sostenible, como la primera ecohipoteca del mercado, energía verde en todas sus oficinas o el primer TPV con papel FSC. ¿Cómo la RSE en el día a día de Triodos Bank?
Nuestro mayor elemento de RSC es la propia esencia del banco y la propia actividad bancaria. Nosotros desarrollamos una actividad que en sí tiene que ser sostenible y de ahí nuestra política de inversión exclusiva en sector medioambiental, social y cultural. Mantener esta política de inversión es nuestro mayor compromiso de Responsabilidad Social, independientemente de los tiempos o de las modas.
Por otra parte, por supuesto uno tiene que practicar lo que dice. Tenemos desde el restaurante del banco en el que se sirve comida ecológica, utilizamos papel FSC, consumimos energía verde, el tratamiento que damos al jardín es solo con productos certificados de agricultura ecológica, etc.
A nivel interno, ¿cómo se involucran en la gestión responsable de personas?
El hecho de trabajar en una empresa con valores hoy en día es ciertamente excepcional. Trabajar en una empresa donde tus ideales y tu profesión estén combinadas y convivan es nuestra principal propuesta.
Adicionalmente, hay una serie de medidas que hace que los empleados de Triodos Bank trabajen en un espacio ético y respetuoso con el medio ambiente y la sociedad.
La rotación entonces no será muy alta…
Tenemos un ratio de rotación de en torno al 8% en 2014 y no es alta ni con los trabajadores ni con los clientes. El que se acerca a Triodos Bank es porque entiende lo que hace el banco. En cualquier caso, trabajar en Triodos Bank es un reto importante porque queremos hacer viable una propuesta de una institución financiera en un mercado muy competitivo y con una regulación muy exigente. Con lo cual, trabajar en Triodos Bank creo que es un reto a título personal. Si en el exterior están las cosas complicadas de para la gente que quiere cambiar, las personas que trabajamos en Triodos Bank tendremos que tener una vida complicada si realmente estamos comprometidos con ellos. En definitiva, creo que trabajar en Triodos es una oportunidad personal y profesional pero también requiere una exigencia importante porque nuestro compromiso así lo exige.
¿Qué planes tenéis a corto medio plazo?
Ahora mismo nos centramos en ocupar el espacio que nos está demandado la sociedad y esto tiene que ver con el desarrollo del banco. A día de hoy tenemos en torno a 180.000 clientes en España y 18 oficinas abiertas en un país donde, por lo menos, en el medio plazo nos gustaría estar en cada una de las provincias del país. Así que el plan es continuar con el desarrollo del banco en España.
¿Por qué crees que cuesta que la banca ética o la ISR cale en la sociedad?
Aquí se dan varias circunstancias. La primera, la oferta de productos relacionados con la vida responsable todavía no está suficientemente cerca de los ciudadanos. Además, en términos de conciencia o responsabilidad el futuro está muy abierto pero en términos de materialización de todo esto, en España vamos con retraso porque no tenemos la cultura del hacer tan desarrolladla como la cultura del querer. Por ejemplo, nos pasa con la agricultura ecológica. Somos el principal productor de agricultura ecológica de toda Europa pero en consumo estamos al final de la lista.
Por otro lado, a raíz de la crisis, creo que pueden surgir dos opciones: la responsabilidad de hacer algo para que no vuelva a pasar o la cultura de la prudencia por lo que pueda pasar, lo cual hace que el desarrollo sea más lento. Como tercer elemento está el mito de que lo sostenible es más caro, esta dificultad de ver la globalidad de las decisiones que tomamos, especialmente en el consumo responsable. Todavía es difícil que los ciudadanos puedan incorporar esta toma de decisión porque no se facilita información. Si en el etiquetado del producto viniera información sobre el impacto que tiene a nivel económico, social, y ambiental…la toma de decisión podría estar suficientemente fundada.
En este sentido, hay que preguntarse dónde está la capacidad del cambio. Atribuimos la capacidad del cambio a los especialistas financieros, a los banqueros, y la capacidad del cambio la tenemos las personas. Por ello, uno de los principales retos para todos es que incorporemos esta capacidad de cambio en nosotros, especialmente en la banca, donde hay un poder de transformación muy importante. Las cantidades de dinero que se destinan desde los bancos a los sectores de producción pueden desarrollar un modelo social u otro completamente distinto. Si los ahorradores pusiésemos eso como una prioridad, cambiarían muchos las cosas. Si solo pongo el énfasis en la rentabilidad del producto financiero, el cambio puede ir o no en esa dirección porque en lo que se trabajará será en generar la mayor rentabilidad posible y no la mayor transformación social posible.