¿Cómo se ha reforzado el área de sostenibilidad en EY y qué expectativas se han marcado para este curso?
María del Tránsito: Desde EY intentamos estar al lado de nuestros clientes, identificar las necesidades que están en la agenda de la comunidad de negocios en general. Creemos que ahora mismo la sostenibilidad es una pieza clave que debe estar integrada en la agenda de cualquier CEO. Por eso, tanto a nivel global como en España estamos apostando por esta línea de servicio. También entendemos que incluir en nuestra plantilla un equipo del nivel de Javier Garilleti, junto con la gente que tenemos en nuestra empresa, pues va a ser un elemento diferencial. En este caso, una de nuestras expectativas es posicionarnos en el mercado para llegar a ser líderes en el sector a corto plazo con este nuevo equipo que hemos configurado.
Javier Garilleti: Es importante elevar el discurso. Siguiendo la visión global de EY de que la sostenibilidad es realmente un elemento importante en las estrategias de las compañías, este es el momento realmente de hacer una apuesta seria y la visión que tenemos es la de llevar la sostenibilidad a la agenda de los consejos de administración y de los CEO, para que se entienda que es un tema que crea valor, o que lo protege. La sostenibilidad no es para ser buenos o hacer acción social, es para ser eficaces y tiene que ayudar a las empresas a ser innovadoras y a crear valor. En este caso, la visión que tiene EY es una visión muy enfocada a cómo podemos ayudar a las empresas a diferenciarse a través de la cadena de valor.
Recientemente, han presentado resultados, además de que España haya sido uno de los países que más haya crecido, en 2014 EY a nivel global pretende aumentar la plantilla con 55.000 profesionales, cuando en la actualidad son 175.000. ¿En qué manera se va a ver afectada España a nivel global? ¿Y el área de Sostenibilidad?
MT: Para 2014 está prevista la incorporación de aproximadamente 500 profesionales en España en todas las líneas de servicio. Evidentemente ya se ha hecho una fuerte inversión en sostenibilidad y se va a seguir haciendo. Esto es solamente el punto de partida.
Con la crisis, ¿hay mayor demanda de sostenibilidad?
MT: Lo cierto es que en periodos de crisis evidentemente hay muchísimas amenazas para también hay oportunidades. Lo que están haciendo muchas compañías es reinventarse, revisar sus estrategias y modelos de negocio y dentro de ese proceso la sostenibilidad es una pieza clave. Con lo cual, sí que vemos oportunidades en esta área y en este proceso de reinversión de las sociedades.
Hace poco más de un mes que se presentó el borrador de la Estrategia Española de RSE. ¿Qué consideración les merece?
JG: Me parece que está muy bien pero es una aclaración muy amplia. Es un documento muy interesante que puede generar muchas ventajas. Se transmite la idea de que hay que aplicar la RSE y eso requiere recursos y esfuerzos. Si son capaces de traducir un documento tan amplio en políticas prácticas, puede ser un documento de referencia. La clave es traducirlo a la realidad ya sea a través de incentivos fiscales o legales. El borrador va a generar muchas expectativas pero si no se traslada bien al día a día y ayuda a las empresas, generará frustración. Simplemente, tienen que generar una serie de marcos legales e incentivos fiscales que hagan que una empresa entienda que hacer lo correcto es lo más rentable.
MT: El borrador está ahora mismo en periodo consultivo con lo cual quizás es un poco prematuro dar opinión sobre este documento. Pero en todo caso, cualquier iniciativa por parte del Gobierno español que lo signifique para estar en el mapa internacional en materia de RSE, es bienvenida. Está claro que algo se está moviendo y cualquier apoyo por parte del sector público a estas iniciativas siempre es una buena noticia.
La apuesta por la sostenibilidad parece que ya no es una opción, sino una demanda de los inversores y demás grupos de interés. ¿Qué tendencias a nivel global destacarían?
JG: Desde mi punto de vista personal, la sostenibilidad solo tiene sentido en la medida que todo el mundo entienda que es un elemento de valor. Y eso nos lleva a preguntarnos cómo introducirlo en la cadena de suministro de una compañía, en el día a día de las operaciones. El gran reto siempre es conseguir que la gente de las operaciones cotidianas lo asuma. Creo que el primer reto y la primera tendencia es ser capaces de que las compañías entiendan que la sostenibilidad no es ser bueno ni ser verde, sino ser eficiente.
En segundo lugar, es muy importante la evolución de la figura del director de RSE. Hasta ahora era una figura que cuyo ámbito de actuación era la memoria de sostenibilidad, no tenía ningún tipo de mandato. Este tema con el reporting integrado se va a ver muy reducido. Además, creo que el rol del director de sostenibilidad en el fondo es ser asesor de la compañía para entender cómo los cambios que están ocurriendo en la sociedad se convierten en oportunidades de comercio para las áreas. El directivo de RSC tiene que ser una persona capaz de trabajar con todas las áreas (logística, marketing, producción, etc) y que entienda que tiene la posibilidad de hacer un desarrollo en base a esta materia. Por eso creo que la segunda tendencia será el cambio en la figura del director de RSE hacia un puesto más complejo.
La tercera tendencia está relacionada con el branding y la sostenibilidad. Es un tema que va a avanzar mucho. Si hablas de ello con las compañías te das cuenta de que se va a empezar a vincular clarísimamente el desarrollo de nuevos productos, nuevas soluciones y nuevas visiones de negocio en base a elementos de sostenibilidad que tienen que ver con salud, bienestar y desarrollo social.
Todo esto, traerá la cuarta tendencia que es la innovación y la sostenibilidad. Básicamente, la innovación del futuro, a parte de la máquina, también estará muy relacionada con la experiencia del usuario en los productos y servicios. Y eso es pura sostenibilidad.
Yo creo que hay una tendencia evidente a integrar todas las narrativas de la empresa en una única narrativa, que es el reporting integrado. Se trata de ser capaz de contar qué valor he creado y qué valor voy a crear a través de un modelo de información única, que no es hacer la memoria, sino algo más concreto. Ahora estamos cogiendo mucha experiencia en esta materia y considero que el reporting integrado va a suponer una revolución en la narrativa empresarial.
MT: Lo que se intenta es narrar como las compañías son capaces de crear valor de forma sostenible, con los recursos y capital que tienen y sus modelos de negocios y estrategia. Hasta ahora el reporting era un concepto centrado en variables financieras y ahora se va a focalizar también en las variables no financieras. Por ello, las compañías deben ser capaces de contar al mercado cómo son capaces de crear valor sostenible. Al final, el reporting integrado lo que pretende ser es una herramienta para facilitar las decisiones de inversión.
¿Y en el tema de cadena de valor y Derechos Humanos?
JG: Ahí hay un debate profundo. Desde mi punto de vista, los elementos de marco legislativo y marco de relaciones laborales de un país son temas de gobierno. No se le puede pedir a una empresa que vaya a un país y exija un cambio regulatorio porque no es quién para hacerlo, entre otras cosas porque los equilibrios políticos de los países son muy complejos.
Lo que sí que tiene que asumir la empresa es que si hay un marco y un impulso gubernamental hay que apoyarlo y debe cumplir siempre la legislación que se pida. De hecho, lo estamos viendo ahora en Bangladesh. Las empresas pueden exigir el cumplimiento de una serie de temas de revisión de las fábricas, garantías de derechos laborales e higiene pero el debate de derechos humanos solo afecta al tercer mundo.
En el caso de España, el debate de los derechos humanos no tiene sentido porque en el primer y segundo mundo no cumplir un derecho humano es un delito penal; por lo tanto, no se puede poner foco en esta materia. En segundo lugar, en el tercer mundo hay que pedir a los gobiernos que marquen claramente una política que las empresas puedan seguir pero no se puede pedir a una empresa que asuma un rol político que no lo corresponde, entre otras cosas porque puede que al accionista no le interese.
Es importante que entendamos que las empresas pueden jugar un papel evidente en el impulso de innovación y del cambio pero cuando hablamos de política nacional, no pueden entrar en este partido. Pueden ayudar impulsando cambios y dando ejemplo cumpliendo las normas pero no pueden pedir a los países que cambien normativas porque a veces los gobiernos tienen desequilibrios internos que no les permiten hacer cambios que para otro gobierno serian naturales.
¿Cómo van a convivir el G4 y el reporting integrado?
MT: En principio creo que son dos estándares distintos. El G4 es el estándar para la preparación de memorias de RSC y el reporting integrado lo que intenta es satisfacer la demanda de los stakeholders, que en el caso del IIRC están identificados como los inversores, que al final son los que tienen el capital. Creo que ambos estándares van a facilitar la transparencia, que es lo que demandan ahora mismo los grupos de interés.
Al hilo del Gobierno Corporativo, ¿qué esperáis del Nuevo Código de Gobierno de la CNMV?
MT: Estamos expectantes esperando a que se publique. Considero que va a tratar, por un lado cómo, las empresas no cotizadas informan sobre sus actuaciones de gobierno corporativo; y en el caso de las cotizadas se va a hacer un especial énfasis en cuál es la actuación de las juntas de accionistas en las políticas retributivas de los órganos de gobierno. Entonces, tenemos claro que ambas iniciativas suponen un avance en materia de gobierno corporativo en España.
JG: Es un tema muy delicado donde ha habido mucho vaivén y deberían cerrarlo ya porque es una discusión permanente. Este documento requeriría un proceso de consulta.
MT: El encargo de los expertos es analizar el mapa de la situación del Gobierno Corporativo en España, cuáles son las acciones de mejora para mejorar y a partir de ahí abrir un periodo consultivo.
¿Cómo se puede trasladar la Responsabilidad Social y Sostenibilidad a las pymes? ¿Se está haciendo?
JG: Las pymes es un mundo muy complejo porque es más del 98% de la economía española. El peor riesgo es incluir a todas las pymes en un mismo paquete porque hay todo tipo de empresas pequeñas: desde una que formada por ingenieros que crean videojuegos hasta un bar. Por eso hay que segmentar en función de la capacidad que las compañías tengan para afrontar este tema. A partir de ahí, hay muchas compañías que ya están cumpliendo, otra cosa es que quieran ir más allá. En este caso, la única manera de ir más allá es a través de asociaciones porque entre varias empresas sí que pueden hacer una inversión que les permita contar algo.
Por otra parte, la clave también está en las compañías que tengan una cadena de proveedores a la que puedan exigir y apoyar que cumpla una serie de estándares.
Estas dos vías permiten a la pyme trabajar con otros: o bien a través del marco de una asociación o a través de una gran compañía. Hacerlo solas va a ser muy complicado porque no tienen capacidad económica para implantar solos la RSE.
¿Cómo ven el papel del consumidor responsable?
MT: En el caso de España creo que es un reto porque en nuestro país el driver principal del consumidor hoy en día es el precio. Es muy difícil y por eso las marcas tienen que tender a la diferenciación para salir del mercado. Pero el tema del consumidor responsable es un reto, precisamente cuando la gente no llega a fin de mes.
JG: Es un tema crítico. Si preguntas a una persona en la puerta de un supermercado te dirá que está dispuesta a trasladar su decisión de compra a un tema de valores, de ética o medioambiental. Pero cuando entra a comprar, se encuentra por ejemplo con las marcas blancas, vivimos en una etapa económica compleja.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta el perfil del consumidor y la sensibilidad social. Por una parte, en el caso de la gente que puede hacer impacto en masa, en su decisión de compra prima el precio del producto. Y en el caso de la gente que tiene capacidad adquisitiva, hay que ver si estará dispuesta a castigar a sus marcas. Es un tema muy complejo que requiere una reflexión profunda. Tiene que ver mucho con la cultura de consumo, todas las marcas relevantes deberían pararse a pensar ser con el consumidor mejor. Se trata de la relación entre marca, sostenibilidad, responsabilidad y consumo.
¿Cómo ven a las grandes empresas españolas en el ámbito de la sostenibilidad en comparación con otras empresas del resto del mundo?
JG: Si analizas los índices de sostenibilidad, las grandes empresas españolas tienen una historia quizás poco contada pero muy exitosa. BBVA y Santander son punteros, Ferrovial es número uno en el índice de su sector…Las compañías españolas han hecho un desarrollo muy intenso de práctica y de narrativa, lo que ocurre es que a pesar de que hay políticas muy avanzadas… hay poca resonancia, pero sí que hay un compromiso activo de hacer y contar.
La clave es hacer el ámbito de la sostenibilidad más complejo, que los directores de RSE se conviertan en asesores de los CEO, que les ayuden a entender que la sociedad cambia muy rápido y cómo les afecta eso como compañía.
MT: Al final, la sostenibilidad es cada vez más transversal, toca más departamentos de las compañías. La permeabilidad que estamos viendo en los temas de RSC en otros departamentos que hasta ahora habían sido más estancos, no la veíamos antes.