El liderazgo femenino ha sido una cuestión clave en las diferentes ediciones de la Semana Internacional de la Mujer… ¿Qué temas se desarrollarán este año en torno a la Cumbre Internacional de Liderazgo Femenino del 11 de marzo?
Nos gusta enfocar en positivo los temas de Mujer y arrancar cada año con esa autoestima subida y dispuestos a analizar cómo marcha el camino del liderazgo femenino en distintos ámbitos sociales y en distintos países del mundo, con especial cariño siempre hacia nuestros vecinos culturales (Iberoamérica), por ello contamos con integrantes de las embajadas para ese intercambio cultural.
Reconoce y premia a las mujeres líderes con la celebración de los Premios Internacionales de MADRID WOMAN´S WEEK, ¿cuesta encontrarlas? ¿Cuáles son los criterios que se tienen en cuenta para elegir a las premiadas?
Cada vez más, por fortuna, lo que cuesta es excluir a aquellas que se lo merecen y tenemos que dejarlas entre las finalistas. Queremos marcar referentes mundiales para todas las mujeres en ámbitos tan distintos como el social, el político y el empresarial. Pero siempre sobran candidatas, porque hay muchas mujeres influyentes y líderes en el mundo. Aunque los premios no se dan por ellas, sino por las mujeres anónimas, tú y yo, que buscamos estímulos, ejemplos, líderes.
¿En qué consiste exactamente el liderazgo femenino? ¿Existen diferencias entre el liderazgo masculino y el liderazgo femenino?
Somos iguales en los derechos, pero tan distintos en la forma de ser y de afrontar los problemas… Yo siempre digo que hombres y mujeres somos complementarios y necesarios; pero es que lo mismo podríamos decir en la gestión de las organizaciones. Hay organizaciones masculinizadas que sesgan las relaciones humanas, la creatividad y la visión periférica. Las organizaciones feminizadas, en cambio, piensan más en el bien común, en crecer juntos, en obtener resultados en equipo y en no dejar a nadie atrás. Son más creativas, más ambiciosas y mucho más relacionales.
¿Cree que en el entorno laboral actual las mujeres cuentan con las mismas oportunidades que los hombres para aflorar su talento y destacar en un ámbito profesional concreto? Si no es así, ¿qué es lo que debería cambiar?
No. La crisis es la mejor excusa para reducir en aquello que se cree superfluo o, incluso, peligroso: la mujer. La competitividad es otro sesgo masculino. Y cuanto menos espacio profesional hay, más agresivo se vuelve el hombre. Por ello, se minusvalora el talento femenino y todo aquello que quite foco a lo que algunos directivos creen como esencial en la organización: los valores del éxito y la competición, que son propios del hombre.
Cierto es que la estructura laboral ha sido diseñada por y para hombres, ¿qué puede hacer la mujer para cambiar esta estructura?
Las mujeres han ganado muchos galones en determinados sectores laborales y en muchas responsabilidades directivas. Y no se lo han regalado, sino que han demostrado ser mejores en la gestión de personas, la comunicación, la creatividad, la innovación, la publicidad…Pero sigue habiendo enormes frenos en actividades que el hombre considera superiores y en las que se siente amenazado: las ingenierías, industrial y construcción, por ejemplo; o en las finanzas, los consejos de administración y la alta dirección. Esto es lo que más nos cuesta pero vamos avanzando y tenemos grandes referentes.
¿Considera que la igualdad y la conciliación son términos distorsionados en el sector empresarial?
La igualdad y los planes de igualdad son un imperativo legal para empresas de más de 250 trabajadores, claro que sí; pero no es una realidad en el día a día. A veces, se disfraza de políticas de flexibilidad laboral, teletrabajo, permisos de paternidad, guarderías…y conciliación. Pero las verdaderas barreras no están ahí, sino en cómo se gestionan las carreras profesionales, la formación y la promoción laboral.
¿Qué debemos hacer para romper definitivamente el denominado `Techo de cristal´?
Muchas cosas. Pero para resumirlo en dos tendencias actuales: estimular con medidas de desarrollo profesional y flexibilidad laboral en un camino por estimular eso que se ha dado en llamar la ‘meritocracia’; o por el contrario, imponer cuotas que obliguen a atajar un camino que se tardaría décadas en igualar, pero a mi me gusta hablar de cuotas meritorias. Al final, es un factor acelerador del cambio.
¿Considera que está por llegar el ‘Siglo de la Mujer’ o ya lo estamos viviendo?
La mujer ha vivido en todos los siglos. Pero sí quiero pensar que es el siglo en el que las mujeres, que tenemos conciencia de nuestras habilidades, debemos tomar la iniciativa hoy para llegar a un mundo de iguales, en razón de sexo, pero también de diversidad cultural, de culto, lingüística y racial. Aunque a nadie se le escapa que hablamos de una muestra muy pequeña del total de la población mundial. El mundo islámico no piensa igual, países continentales como India y China, tampoco. Así pues, queda mucho camino por recorrer. No lancemos las campanas al viento, aún.
Esta es la tercera edición de la Semana Internacional de la Mujer en Madrid, pero este año el formato estará también en Marbella, Cantabria, Barcelona… ¿Tanto queda por hacer?
En Madrid y desde Madrid, en España y desde España. Es lo que me planteé en el minuto cero de empezar este camino. Cada año, un círculo concéntrico más, llegar a más colectivos y a más ciudadanos. Eso es esencial.
¿Qué novedades encontraremos este año?
Estamos trabajando mucho en ámbitos de emprendimiento, porque en la situación actual creemos que es lo que toca, nuestra manera de echar una mano, ya que nuestras actividades son altruistas y de acceso gratuito. Pero junto a ello, trabajamos contra la violencia de género, por la igualdad a través del deporte… y por acercar aún más a la mujer a la sociedad de la conversación (Social Media) que está llamada a liderar y que es la gran herramienta del siglo XXI para conseguir una mayor igualdad, no sólo en el caso de la mujer, sino también en el de los discapacitados, por ejemplo. La mujer encuentra en las redes sociales y la conversación un espacio natural que le es más propicio que al hombre y que va a cambiar la sociedad entera.